Sabemos que el estudio más grande y conocido en animación es Disney los demás buscan un lugar en esta ficticia competencia, Sony Pictures, Warner Bros Animation, 20 Century Studios, entre muchos otros han presentado excelentes proyectos así como unos realmente malos.
El punto más bajo son aquellos estudios independientes que a base de esfuerzo logran presentar proyectos novedosos que no llegan a trascender como merecen por quedar ensombrecidos por los más grandes, la distribución en muchos casos se ven limitados, las plataformas de streaming han ayudado a que esto llegue a más audiencia.
La película que nos ocupa viene de la adaptación de las novelas gráficas creadas por Chris Grine y publicadas por la editorial Dark Horse, Chickenhare and the Hamster of Darkness es una película animada que es mucho más de lo que puede parecer.
¿De qué va la película?
Los hermanos Peter (Brad Venable, Chris McCuney) y Lapin (Danny Fehsenfeld) son un par de aventureros que están en la búsqueda del místico y cósmico Hámster de la Oscuridad, pero es solo un engaño, sin embargo, en medio de esta aventura encuentran algo más un bebé que es mitad pollo y mitad conejo, Peter decide adoptarlo para criarlo y educarlo como su hijo nombrándolo Chickenhare, a medida que crece deberá descubrir cuál es su lugar en el mundo que no entiende su diferencia física, ansioso por encajar en la vida de los demás y sentirse querido y aceptado, su obsesión por la aventura y llegar a ser un gran explorador a pesar de su torpeza lo llevarán a descubrir mucho más de lo que él espera.
Luego de leer lo anterior se puede pensar concretamente que esto no puede ser en serio, que un proyecto de un pollonejo no es lo suficientemente atractivo para una audiencia que está acostumbrada a ver grandes producciones cinematográficas pero esto aquí no sucede.
Estamos ante un trabajo que puede parecer sumamente pendejo, tiene muchos elementos que pueden justificar este calificativo y más equivocados no podemos estar, la película está hecha para llevar un mensaje muy específico, todo lo que aquí vemos es con toda la intención de burlarse de todos esos clichés y reglas del género al que pertenece y a muchos más, todo lo que vemos es un enorme chiché de sí misma con una ejecución impecable.
La película abre con este par de hermanos conejos o liebres que buscan el Hámster de la Oscuridad, Peter es bondadoso y considerado mientras que Lupin es envidioso y codicioso, quiere encontrar este tesoro para ganarse el reino y el respeto de todos, por años se han burlado de él por tener la oreja derecha rota lo que le ha causado enojo de si mismo y de lo que poseen los demás, tras el fracaso de no encontrarlo Peter descubre a un pequeño bebé que es un conejo con sus patitas de pollo, su noble corazón le indica que debe adoptarlo y criarlo como su hijo a pesar de lo que Lupin y los demás aunque en el fondo sepa que eso va a ser muy difícil.
Luego vemos a Pollonejo ya como un adolescente que lee libros de aventuras y se emociona por los viajes y los descubrimientos que ha hecho su padre y ansía ser parte de todo eso, pero es consciente de que su apariencia causa las burlas de los que cree son sus amigos y la manera para que se gane un lugar entre ellos es ganar una competencia que organiza la Royal Adventure Society para convertirse en un aventurero en la que quién lo haga pasará a formar parte del equipo de exploradores de Peter y vivir esas grandes y maravillosas aventuras que tanto ha escuchado.
Para ocultar lo más evidente de su condición usa unas botas en forma de patas de conejo que más que ayudarlo lo entorpecen y como es de esperarse es la burla de todos al perder en la competencia lo que lo deprime y cuestiona el ¿por qué? es así, por qué de todos él tiene que ser diferente y ser humillado, un cuestionamiento que le hace tomar una gran desición, con ayuda de Abe (Joey Lotsko) su sarcástico mayordomo emprenderá la aventura de su vida al ir en la búsqueda el místico y cósmico Hámster de la oscuridad.
Esto no será sencillo porque Lupin ha sido encarcelado por rebelarse en contra de su hermano Peter que es el rey de Featherbeard, sigue creyendo que ese lugar le pertenece, sigue creyendo que la leyenda del Hámster es cierta y que una vez que lo encuentre tendrá el poder para dominar a todos y ser el absoluto soberano, por un descuido de Pollonejo escapa y se hace también en la búsqueda lo que se transforma en una carrera a contratiempo.
Las cosas han cambiado, Pollonejo y Abe deben detener a Lupin antes de que encuentre el tesoro, debido a su torpeza y su nula experiencia siendo un explorador comete varios errores que le dan la ventaja al villano, es así como conocen a Meg (Laila Berzins) una mofeta artista de las artes marciales, experta aventurera que está dispuesta a enfrentar lo que sea por acompañarlos.
Su final es el que todos esperamos ver, en donde hay acción, una resolución a todo y un mensaje que deja la puerta abierta a que estas historias continúen y ojalá así sea.
Este trabajo es muy honesto en lo que presenta, los directores Ben Stassen y Benjamin Mousquet junto con el escritor Dave Collard no se andan por las ramas ni con nimiedades al momento de presentar lo que quieren y como lo quieren, no escatiman nada en los momentos emotivos así como en los más divertidos, esta no es una historia de origen, no sabemos de dónde viene ni como es que es una mezcla entre 2 especies diferentes solo sabemos lo básico que este Pollonejo tiene la vestimenta y la actitud descarada de Harrison Ford personificando a Indiana Jones en una parodia de Raiders of the Lost Ark, cada sub trama que tiene está muy bien puesta y justificada dentro de la historia que concluyen con todo de una muy buena manera.
El mensaje que lleva es trillado, es un cliché a todo lo que hemos visto antes en producciones animadas y live action de los principales géneros, en este caso, la tolerancia hacia los demás y quienes son diferentes que va desde la apariencia hasta las limitaciones físicas, el hecho de que este niño sea mitad pollo y mitad conejo provocaría la risa de cualquiera, en el caso de Meg por ser una mofeta apestosa no ha tenido amigos y su infancia ha sido terrible que es algo que comparte con el protagonista, el aislamiento y las limitaciones que los propios traumas les han causado o en el caso de Abe una tortuga que nació sin caparazón y que usa uno prestado de uno de sus tíos que ya ha muerto y que evidentemente le queda grande.
Ante todo vemos que el desarrollo al tratar este tema es con sumo respeto dentro de toda la burla que pueden hacer, plantea para chicos y grandes que un problema o una limitación física no define lo que puedes hacer y ser como individuo en una sociedad que no entiende que esto es parte de ella y parte de un todo, que pueden vivir grandes aventuras sin la necesidad de ganar una competencia que demuestre lo que puedes o no puedes hacer, el otro mensaje es el de la amistad y de como a lo largo de lo que vemos se encuentran aquellos que también han buscado un lugar a donde pertenecer, le sigue el mensaje sobre la familia y el apoyo que podemos tener de ellos aunque en muchos casos lamentablemente no sea así, vemos a un padre que adopta y que quiere lo mejor para quien considera que es un hijo, por último tenemos el mensaje de que el poder de hacer las cosas está en nosotros mismos y no en un cetro que puede liberar un gran poder, el respeto que le tengamos a los demás depende de tenerlo primero para nosotros mismos.
Todo esto funciona muy bien porque este tipo de temas no tienen por qué ser del todo solemnes y apegados a lo políticamente correcto, esto demuestra que se pueden llevar a cualquier audiencia sin restarle importancia y seriedad al hacerlo divertido pero sobre todo entender que eso que vemos que ellos hacen puede hacerlo cualquiera y no es referente de que se busque un tesoro perdido sino a tener una valía por sí mismos con las capacidades adquiridas.
El trabajo de animación es impecable en todo momento porque tampoco pretende ser tan serio y engañoso como hacen muchas otras de otros grandes estudios con exorbitantes presupuestos, esto es algo muy artesanal que se siente fresco, novedoso, agradable y con lo que muchos nos podemos sentir identificados, sigo pensando que la idea de un pollonejo es pendeja pero es así su estructura desde su base original y que manera de cerrarme la boca.
Es curioso como han cambiado las cosas, mientras Lightyear está cayendo con estilo en taquilla por ser mala y aburrida, tenemos este trabajo que llega sin problemas y altas expectativas a una plataforma de streaming, cosa que considero injusta porque esto es algo para salas de cine, un proyecto del que todos deberíamos ser parte y apoyar el talento de quienes lo hacen que con muy poco han logrado mucho y que pueden lograr aún más llevando estos mensajes y otros de diferentes y muy agradables maneras.
El cast de voces tiene a Jordan Tartakow, Joey Lotsko, Laila Berzins, Brad Venable, Chris McCune, Danny Fehsenfeld, Joseph Camen, Dino Andrade, Cedric Williams y Marcus Griffin quienes hacen un muy buen equipo, que saben perfectamente bien como dar vida a estos personajes que gracias a su dirección y desarrollo se vuelven entrañables.
La música a cargo de Puggy tampoco es nada serio pero sí muy relevante, ayuda a subrayar las diversas y muy complejas emociones de los personajes, cada pieza musical traduce un sentimiento o una situación en la película, un trabajo que está a la altura de lo que se espera y de lo que vemos.
En conclusión, muy bien por los estudios nWave y Sony Pictures quienes están detrás de esta maravillosa aventura y uno de los principales estudios europeos de animación, muy bien por ese guión que tiene de todo lo que se necesita para hacer de algo así algo muy divertido y digno de ver, muy bien por todos aquellos que han puesto su mejor esfuerzo en llevar a cabo este proyecto que a diferencia de otros nos deja con ganas de seguir viendo las aventuras y desventuras de un personaje tan extraño y tan entrañable con el mensaje de que nuestras diferencias son las que nos hacen especiales.
Chickenhare and the Hamster of Darkness ya está disponible en la plataforma de Netflix.
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