Los viajes en el tiempo existen pero tu, todavía no lo sabes…
Netflix como plataforma se ha posicionado en un lugar muy privilegiado entre sus seguidores, en parte es por el contenido que tiene su ya extenso catálogo y por otro por los actores que ha fichado para sus producciones originales.
Ryan Reynolds es un ejemplo de esto, un actor de Hollywood que ha sido muy popular gracias a películas como The Amityville Horror (2005), The Proposal (2009), R.I.P.D. (2009), Deadpool (2016) y su secuela (2018) Free Guy (2021) por mencionar solo algunos, 6 Underground (2019) y Red Notice (2021) son un éxito en esta plataforma y ahora regresa con una nueva producción.
The Adam Project es lo nuevo que tiene para este servicio y pretende ser un éxito en cuanto a la comedia de ciencia ficción se refiere, mezclar estos 2 géneros junto con drama y acción resulta ser bastante atractivo pero aún más su historia y los actores que participan en ella.
¿De qué va la película?
Adam Reed (Ryan Reynolds) es un viajero en el tiempo del año 2050 quien se arriesga en una misión de rescate para buscar a Laura (Zoe Saldaña) su esposa y la mujer que ama, que se perdió en el continuo espacio/tiempo en circunstancias misteriosas. Cuando la nave de Adam sufre una falla es enviado al año 2022 y al único lugar que conoce de esta época, su casa donde vive su yo del pasado cuando tenía 13 años, ahora tendrá que encontrar la manera de regresar a su tiempo mientras descubre que pasó con su amada y poder salvar el futuro.
La premisa es interesante, una historia que involucra directamente la ciencia ficción y los viajes en el tiempo que tanto gustan, pero, aquí estamos ante una película meramente familiar que toma lo anterior como un pretexto para llevar un mensaje directo sobre como son estas relaciones y plantea una respuesta a la pregunta de ¿si pudiéramos viajar en el tiempo qué podríamos cambiar para beneficio propio? y es comprensible, la mecánica de los viajes en el tiempo permite infinitas posibilidades.
Varios autores y escritores del género de ciencia ficción están de acuerdo que solo hay una razón lo suficientemente válida para viajar en el tiempo y es “hacer que muchas cosas no sucedan” la idea de corregir o bien prevenir un error es una fantasía irresistible que muchos de nosotros hemos tenido en algún o algunos puntos de nuestra vida, así como imaginarnos qué es lo que sucedería con ese cambio en nuestras vidas y en la vida de los demás, ya sea que se trate de proteger a la futura madre del único hombre que puede liderar una rebelión contra una inteligencia artificial que quiere acabar con la humanidad como la conocemos o de que tus propios padres se enamoren para que tus hermanos y tu puedan nacer.
Las películas no tiene que ser del todo realistas, tienen que ser verosímiles y hacernos creer que eso puede suceder, que abordan directamente este tema han aportado mucho al género y a la cinematografía mundial, con temas tan variados que han sido o bien o mal desarrollados, que han sido o no un éxito de taquilla, lo que es cierto en esto es que nos han entretenido y nos han permitido fantasear con esta posibilidad The Adam Project tiene todos estos elementos y respeta las propias reglas del mundo que establece.
La película abre con una excelente secuencia de acción espacial en donde con muy poco se nos explica qué está pasando y establece el rumbo que va a tener y hacia dónde nos quiere llevar, vemos a un Adam herido y volando su avión/máquina del tiempo a través de un agujero de gusano que crea mientras intenta escapar rápidamente de Maya Sorian (Catherine Keener) es así como llega del año 2050 al 2022 y herido se encuentra con su yo que es aún un niño (Walker Scobell) que sufre de bullyng en la escuela, la revelación de quién es sucede en un marco de humor muy bien llevado y establece que hay una amenaza latente, los caza temporales que vendrán por él por romper una regla fundamental en ese mundo.
En el año 2022 donde el yo de 12 años de edad de Adam pasa más tiempo suspendido de la escuela que en clase y aquí nos enteramos de que hace más de un año que su padre Louis Reed (Mark Ruffalo) murió en un accidente automovilístico y el joven Adam está teniendo dificultades para adaptarse a esta nueva condición de vida, su madre Ellie (Jennifer Garner) hace todo lo posible para sobre llevar esta situación pero ella, también está en una constante lucha entre saber educar a su pequeño y vivir sin su esposo.
El Adam del futuro necesitará de la ayuda del Adam del pasado para poder viajar al año 2018 donde espera descubrir la verdad sobre la desaparición de su esposa Laura, como una viajera del tiempo ella regresó a esta época en contra de las instrucciones de sus superiores y no se volvió a saber de ella, para llevar a cabo esta misión tendrán un problema, resulta ser que estos aviones están sincronizados con el ADN del piloto pero con el futuro Adam herido no le será autorizado pilotearlo, entonces es cuando decide reclutar al joven para que lo ayude a arreglar su avión y puedan hacer ese salto en el tiempo.
Los 2 Adam viajan al 2018 y una vez allí buscan la ayuda de su padre Louis, un profesor universitario que imparte la materia de física y que sabe un poco sobre viajes en el tiempo, así es como los tres trabajan juntos para esencialmente salvar el futuro, las revelaciones no causan el impacto que deberían de tener estas escenas y la razón es simple, ese cliché tan gastado de los valores familiares y el amor y la amistad así como la cooperación y los buenos valores están presentes en cada momento recordándonos a nosotros como espectadores que valoremos lo que tenemos y como si fuera un meme “nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde o que más bien debería ser siempre supiste lo que tenías pero pensaste que nunca lo perderías” aquí aplica perfecto porque estos 2 Adam tienen la oportunidad de sanar viejas heridas y apreciar verdaderamente el tiempo que pasaron juntos como padre e hijo/s.
El director Shawn Levy que ha trabajado en producciones como la trilogía Night at the Museum (2006-2014), Real Steel (2011), la serie Stranger Things (2016) y Free Guy (2021) no desconoce este género de ficción pero, aquí se esfuerza demasiado en atraernos más hacia el lado emocional usando esta dinámica familiar poco ortodoxa para explorar, desarrollar y justificar esos sentimientos de amor, pérdida, dolor y arrepentimiento, incluso es muy adivinable lo que va a suceder y cuál será la resolución de toda esta aventura, lo que entorpece a cada paso su narrativa, porque nos saca de un estado para ponernos en otro y luego unos chistes y regresarnos de nuevo a la acción y al drama.
Si bien The Adam Project nos cuenta una historia de ciencia ficción medianamente original, se nota la influencia de clásicos como E.T. y Back to the Future entre otros pero que aquí da un giro repentino a los acontecimientos y lleva las cosas a un nivel muy diferente, el guión escrito por Jonathan Tropper, T.S. Nowlin, Jennifer Flackett y Mark Levin no es perfecto y tampoco pretende serlo, lo que han hecho aquí es algo muy ligero y familiar que tiene como base la ficción de los viajes en el tiempo, tampoco se toma la molestia de explicar de manera detallada como es que suceden las cosas y como estas pueden afectar los eventos futuros, lo que vemos es lo que hay como una historia aparentemente autoconclusiva que no da pie de manera inmediata a pensar en que pueda haber futuras secuelas, quizá algún spin off e algunos otros personajes y de como se desarrolla la tecnología que hace posible viajar en el tiempo.
La historia equilibra muy hábilmente la acción que debe de tener con la comedia, ambas versiones de Adam son muy buenas, la pareja que forman Reynolds y Scobell es perfecta, saben muy bien como llevar este humor sin transgredir o llegar a la burla, cada diálogo que hay entre los 2 está muy estudiado para tal fin y se nota en pantalla, en ese sentido la película no arriesga tanto como debería y se queda solamente desarrollando sus puntos más sencillos.
Su diseño de producción está a la altura de lo que se requiere, es muy sencillo plantear un futuro que no vamos a ver del todo para volver al pasado que en este caso es nuestro presente para tratar de arreglarlo, no cuenta con grandes efectos especiales y los que vemos están para enmarcar la acción y para hacer una comparativa entre la tecnología utilizada en el futuro y la que tenemos hoy en día, y esto, en nada enriquece ni a la historia que están desarrollando y mucho menos al género pero entretiene y se siente fresca aunque no novedosa, en donde la película tiene éxito es en su acto final el cual se convierte en una conclusión concreta y claro muy conmovedora y conmovedor y sí, muy adivinable.
El cast integrado por Ryan Reynolds, Walker Scobell, Catherine Keener, Zoe Saldaña, Jennifer Garner y Mark Ruffalo es estupendo, cada uno entiende perfectamente bien lo que tiene que hacer y sabe desarrollarlo de la mejor manera, esto ocurre cuando pones a un buen actor a encarnar a un personaje sencillo que no tiene más trasfondo, que no tiene que hacer una gran interpretación para hacer creíble lo que vemos.
La música compuesta por Rob Simonsen tiene sus altibajos, en momentos se siente muy pertinente y en otros muy fuera de lugar, las piezas no varían mucho una de la otra y se esfuerza por ser parte de una atmósfera futurista sin conseguirlo del todo pero que cumple con lo que se requiere, así mismo, las canciones de Pete Townshend, Boston y Led Zeppelin que escuchamos a lo largo de la cinta están muy bien plantadas sin llegar a ser exageradas.
En conclusión, la película queda muy bien para una plataforma y cumple cabalmente con el cometido de entretener y de divertir pero nada más, tampoco pretende ser un clásico en la ciencia ficción, ni trascender más allá de lo que presenta, es una buena opción para ver en familia en la que ninguno quedará defraudado con su acción y su mensaje familiar.
The Adam Proyect ya está disponible en Netflix.
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