Han sido meses desde que seguimos todos los pormenores de la campaña presidencial en Estados Unidos, y aún faltan las semanas de la ronda final.
Particularmente está última semana, a nivel mediático nos cuestiona: ¿Qué chingados tenemos que ver en esa elección?
Sí, si… Trump nos involucró cuando hizo declaraciones ofensivas sobre los mexicanos, pero quien metiera los dos pies al proceso fue Peña Nieto con su estupidez de invitarlo y no sólo no pedirle que se disculpara sino además justificarlo.
Debemos aceptar que es bastante kitsch ver a Vicente Fernández dejar el retiro para apoyar a Hillary, pero es importante recordar que los mexicanos (documentados o no) son la primera minoría en la unión americana.
Los mexicanos de Estados Unidos fueron desplazados por la falta de oportunidades o por su exceso de talento, al primer grupo es al que le puede hablar directamente Don Chente, quienes a fin de cuentas luchan todos los días por mantener su identidad y la música de mariachi es un pilar fundamental.
Pero lo cierto es que en esa elección se juega el destino “del mundo libre”, si ya de por sí sufrimos los embates del sistema económico solapado por nuestro vecino del norte, que es quien podría poner un estándar para un mundo más justo, imagínate si decisiones torales recayeran sobre un racista poco inteligente, irreflexivo y precipitado.
Nunca antes se había sentido tan personal una elección fuera de nuestras fronteras.
Pero también llegó alguien más a tratar de salvar el día…
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