Las producciones cinematográficas que estaban destinadas a las salas de cine cambiaron sus estrenos por la situación que vive esta industria a causa de la pandemia, siendo las plataformas quienes se han encargado de hacer lo propio estrenando en sus servicios de streaming algunas de las películas que quedaron en el limbo.
En el caso concreto de Enola Holmes y de los muchos problemas a los que se enfrentó desde sus grabaciones hasta su post producción es un claro ejemplo de que las cosas están cambiando, quizá para bien, quizá no.
Desde que conocimos a la joven actriz Millie Bobby Brown en la serie Stranger Things no ha parado de estar vigente ya sea por su trabajo televisivo o su paso por Godzilla King of The Monsters, en este caso en particular toma el rol de productora en cinta con muy buenas intenciones pero insuficiente para Netflix.
¿De qué va la película?
Enola (Millie Bobby Brown) es la hermana menor del legendario detective Sherlock Holmes (Henry Cavill) que un día despierta para darse cuenta que su madre Eudoria (Helena Bonham Carter) ha desaparecido en circunstancias muy misteriosas y busca desesperadamente la ayuda de sus hermanos Sherlock y Mycroft (Sam Claflin), para encontrarla. Sin embargo, la llegada de ellos trastorna la vida de nuestra joven protagonista quien eventualmente buscará tomar su propio camino para encontrar a su progenitora sin saber que sus acciones la llevarán a enfrentar otro gran misterio relacionado con la desaparición y con lo que ha sido su vida.
Enola Holmes es una variante juvenil de aquél gran detective creado por Sir Arthur Conan Doyle, basada en la novela de la escritora Nancy Springer nos llega con una propuesta muy atractiva de ver, un elenco conformado por una actriz en ascenso (Brown), una figura importante en la televisión británica (Clafin), un rostro ya conocido en Hollywood (Cavill) que no ha encontrado a un director que saque todo su potencial como actor, una primera actriz con una trayectoria impresionante (Bonham Carter), y una co-producción de Netflix y Legendary pero, todo lo bien que sonaba este trabajo con estos actores se ve muy entorpecido por una trama que se siente a ratos muy forzada y una dirección muy pobre por parte de Harry Bradbeer.
Vamos a ver, el guión fue diseñado para tratar el tema del empoderamiento de la mujer, cosa muy políticamente correcta en nuestros días y lo sitúan en una época donde hacer esto parecía impensable y más para una adolecente que está viviendo aventuras en vez de quedarse en casa a esperar al que será el amor de su vida, claramente vemos que este personaje protagónico rivaliza de todas las maneras posibles con el personaje de Conan Doyle
Uno de los grandes fallos que tiene la cinta en su narrativa es el abuso constante del rompimiento de la cuarta pared donde la protagonista nos habla a nosotros como espectadores, hay escenas donde no era necesario como tampoco que la trama lo requiera.
Todo inicia de una manera muy contundente con el misterio de la desaparición de la madre y establece el rumbo que tendrá todo el desarrollo de la trama, conforme van estructurando los eventos esta idea se va diluyendo por el segundo misterio que involucra directamente al personaje de Tewkesbury (Loius Patridge) luego, por la lucha que lleva Enola para abrirse paso como una joven mujer independiente, aventurera y contestataria que rompe toda regla en la época en la que se sitúa, el resultado es poco creíble y efectivo, termina siendo mucho más anecdótico que entretenido.
Brown logra de una manera directa carga con todo el peso de la película pero no de la manera correcta especialmente por la construcción tan confusa del guión que básicamente se centra solo en ella y su perspectiva ante lo que tiene que hacer, Cavill, Claflin y Bonham-Carter logran un buen trabajo secundario que se siente más como que están para apoyar a la protagonista que como personajes establecidos que juegan roles importantes.
La ambientación es correcta, precisa, evoca todo aquello de una época victoriana con un brillo espectacular, la fotografía con esas tomas espectaculares de un mundo creado en parte por el CGI toma un rol importante cuando la narrativa parece no ir hacia ninguna parte.
La música de Daniel Pemberton es buena aunque por lo comentado anteriormente, los giros extraños en la trama hace que luzca muy poco en la cinta, lo que nos demuestra una vez más que el director hizo lo que pudo con lo que tenía pero no solo eso, es saber equilibrar perfectamente bien todo para que el resultado final sea sorprendente y no quede con cosas desperdiciadas como las actuaciones o las piezas musicales.
Enola Holmes resulta un trabajo muy cómodo para llevar a una plataforma de streaming sin tener que preocuparse por nada más que un número en la popularidad de la misma, quizá la post producción para salas de cine nos contaría algo completamente diferente a lo ya visto o bien, que toda la estructura fue planeada así desde un principio, no es una trama que encaje en lo juvenil pero tampoco es una cinta adulta que entretenga y nos mantenga interesados en la trama como lo hizo Robert Downey Jr en su momento al encarnar al personaje de Holmes para la pantalla grande.
La conclusión y resolución de los misterios nos dejan con más preguntas que respuestas porque al parecer la intención de todo esto es crear un sub mundo ya conocido en las novelas de Doyle con esta joven como protagonista para futuras entregas, porque, de ser así funcionará más como una serie que como película.
Enola Holmes no deja de ser una propuesta interesante con muchas buenas ideas e intenciones pero que falla en su camino por entender la esencia del personaje en el que está basada y en su intento por darle una personalidad propia que justifique de manera correcta y creíble todas las acciones que se le presentan así como sus conclusiones, el trabajo queda solo en que cumple con el cometido que es entretener.
La película ya se encuentra disponible en Netflix.
