1954 marcó un antes y un después en el cine de la ciencia ficción y la fantasía, este género tan popular en nuestros días ha visto desfilar en la pantalla grande y la pantalla chica un sin fin de historias, que van desde las más originales hasta las adaptaciones de novelas de grandes escritores contemporáneos.
Toho Co., Ltd. es una empresa japonesa de alto entretenimiento que se destaca principalmente por la producción y distribución de películas y la producción y exhibición de obras de teatro, este estudio fue el responsable de llevar por primera vez a la pantalla a uno de los monstruos más icónicos en la historia del cine.
Godzilla es un gigantesco monstruo ficticio okaiju su creación y concepción a mediados de la década de los años 50 terminó en una cinta dirigida y coescrita porIshirō Honda y desde entonces esta colosal criatura se ha convertido en un ícono representativo de Japón y de la cultura pop, apareciendo en 32 películas japonesas producidas por Toho Co., Ltd.,cinco películas estadounidenses y numerosos videojuegos, novelas, cómics y programas de televisión.
2023 marcó el regreso a la gran pantalla de este okaiju en Japón, Godzilla Minus One es su treinta y treseavo film, dirigida por Takashi Yamazaki esta cinta es probablemente un reinicio de toda la franquicia como la conocemos hoy en día o bien, es abrir la puerta a un multiverso de probabilidades en el que podremos ver cosas nuevas con tintes más viejos.
Godzilla Minus One fue la ganadora al Oscar por mejores efectos visuales.
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¿De qué trata la película? Spoiler alert
Después de la guerra, un Japón desolado y devastado es testigo del surgimiento de un monstruo llamado Godzilla llevando al país a una destrucción aún más grande, en el momento de mayor desesperación los habitantes unirán fuerzas para tratar de combatir a esta amenaza antes de que acabe con todo y con todos.
Que Japón retome a este personaje en la pantalla grande es una de las mejores cosas que le pudo pasar a esta franquicia, si bien por un lado tenemos el monsterverso occidental que cada vez se vuelve más popular es el original el que causa más expectativa entre propios y extraños, en este 2024 Godzilla cumplirá 70 años y para celebrarlo su empresa matriz Toho Co., Ltd. adelanta su celebración por todo lo alto.
Hablar de Godzilla es hacer referencia a una franquicia que ha sido muy exitosa con el paso de los años, podemos decir que Godzilla Minus One es la cinta más convencional de los últimos tiempos o bien el trabajo más aleccionador y menos extravagantemente pretencioso producido en Japón desde la original de 1954, esto no pretende ser un reinicio ni una continuación a lo que ya conocemos, es un punto medio entre un prometedor futuro que abre y transforma su franquicia original y un pasado que aún tiene mucho que contar.
Ambientada en 1946 en donde un grupo de exmilitares agotados tras el paso de una guerra se unen para tratar de vencer a una criatura desconocida por todos, un ser del que no saben absolutamente nada y que amenaza con terminar la devastación, entre los sobrevivientes está el piloto kamikaze Koichi Shikishima (Ryunosuke Kamiki) que después de una parada en una isla es testigo de que no pueden detener a Godzilla, destruirá Ginza y luego todo Tokio.
Koichi sufre por la culpa del superviviente, por no haber hecho lo necesario para defender a su pueblo y a sus compañeros caídos en batalla, así abre la cinta, ubicándonos en la isla Odo es donde este gigante hace su aparición destruyendo el campamento de militares sobrevivientes, Koichi desde su avión apunta a Godzilla y siendo presa del pánico no se atreve a dispararle, como resultado varios de sus compañeros mueren, uno de los ejes fundamentales en la historia es el hecho de que su personaje principal tenga que revivir el sentimiento patriótico y las consecuencias que esto trae a su vida posterior a la guerra.
Este tipo de pasión nacionalista es aparentemente esencial para luchar contra Godzilla y al mismo tiempo tiene que cuidar de otros supervivientes la mayoría de los cuales también han perdido a sus seres queridos, sus hogares y su voluntad de luchar, podemos ver de manera muy superficial los estragos que causa una guerra, el hambre, la falta de recursos, el miedo de las personas a lo desconocido, el enfrentarse a una cruda y cruel realidad en la que ninguno tiene más que su propia vida, esto último es crucial y no pretende darnos un discurso moral simplemente plantea lo que harían los sobrevivientes ante una amenaza aún mayor.
El factor humano en las cintas de Godzilla es fundamental y sirve como hilo conductor de una historia vista a través de los ojos de alguien aparentemente común, regla establecida por Ishirō Honda desde el inicio, ya sean hombres o mujeres o niños o bien toda una población la que es testigo de la devastación que provoca este gigante al enfrentarse a una humanidad vulnerable o a un enemigo a su altura, en este caso hay una intensa necesidad de demostrar la valía que tienen las personas al enfrentar a un enemigo desconocido y a un futuro aún más incierto.
Koichi hace equipo con Kenji Noda (Hidetaka Yoshioka) un ex ingeniero de armas y Sosaku Tachibana (Munetaka Aoki) un ex mecánico de la Marina, cada uno tiene un desarrollo paralelo al del protagonista, la cinta establece que sus miedos se basan en sus traumas de la posguerra, no puede faltar la coprotagonistas femenina la cariñosa y desinteresada Noriko Oishi (Minami Hamabe) y su recién huérfana hija adoptiva Akiko (Sae Nagatani) son el motivante para pelear en otra guerra en donde nadie sabe en qué acabará.
Si bien vemos muy poco a Godzilla dentro de la cinta es por otra de las reglas establecidas por Honda, a diferencia de sus apariciones aquí podemos ver y apreciar que sus apariciones están muy bien calibradas y es simple, aparece cuando debe de aparecer, ni antes ni después, esto es lo que enriquece mucho este proyecto, como conocedores y fans de este género estamos más que complacidos con el resultado y para quienes no lo son se llevarán una grata sorpresa.
El escritor y director Takashi Yamazaki se enfoca en representar más una cuestión de honor nacional que a un monstruo gigante que destruye todo, trama que se complementa muy bien con las sub tramas que involucran directamente parte de lo que es la cultura militar japonesa, inmediatamente salta a la vista cuando los lugareños maldicen a Koichi por no cumplir con su deber y permitir que continúe la devastación incluso dos años después los traumas lo llevan a preguntarse si es la vida real o solo está atrapado en un infierno de posguerra como castigo a su cobardía.
Temas que son profundos y serios como para tratarse en medio del ataque de algo gigante y desconocido, posiblemente es en este punto muy en específico donde radica el éxito de Godzilla Minus One, la historia en general no se toma tantas restricciones ni tampoco se preocupa por caer en el exceso de explicaciones, idea que se toma y homenajea de la de 1954 en donde a cada momento podemos hacer una comparación entre ambas sin restarle mérito e importancia a cada una.
Por muy convincentes que sea la parte humana dentro de este mismo trabajo, Yamazaki no permite que esto sea un distractor del evento principal, el propio Godzilla, otra cosa que sorprende en pleno 2023 es que esta película sea de un cine más limpio y más honesto, mientras que otras producciones hacen un impresionante derroche en efectos visuales que sirven para complementar una trama aquí las cosas cambian, como director de efectos visuales junto a Kiyoko Shibuya, Yamazaki presenta un Godzilla muy diferente a su actual homólogo estadounidense sin perder esa maravillosa sensación de tener a una persona vistiendo una botarga hecha de tela y goma.
La calidad de los efectos está al nivel de lo que se requiere para una cinta de este tipo, lo que nos debe impresionar no es sólo la criatura sino el cómo interactúa con su entorno no se trata de destruir por destruir, si bien se pensaría que hacer una maqueta y poner a alguien que cause estragos en la misma es sencillo, la realidad es que es más complicado de lo que parece, un proceso de filmación así no solo lleva horas de planeación sino días y hasta semanas en su ejecución para que se vea lo más realista posible dentro de lo fantasioso que puede ser.
Su final es algo completamente nuevo y digno de ver, algo que nos dice que habrá más de este Godzilla en un futuro y que al parecer no es tan indestructible como en cintas anteriores, este aporte enriquece mucho a esta nueva franquicia y lo lleva a otro nivel dentro de sí misma, la reinvención no es algo que se pueda manejar tan fácilmente y aquí es tan sencillo de plantear que no solo convence a una audiencia exigente también hace alarde de todo lo que podemos esperar, ¿un monstruo que muere pero que puede regenerarse? la idea suena descabellada pero aquí está perfectamente bien ejecutada y justificada.
Quizá y digo quizá el mayor fallo que tiene esta cinta está en las proporciones de pequeño a grande y viceversa, lo mismo que su perspectiva al momento de cambiar de una escena a otra por ejemplo, en la parte casi culminante vemos a un Godzilla muy bien plantado y equilibrado en un fondo marino, momentos después vemos que la profundidad del océano en el que están la supera de 100 a 1, esto parece ser algo ya establecido y no un error secuencial, lo hemos visto en otras producciones propias del género, series animadas, y hasta en cómics.
Otro detalle a considerar si estamos hablando de una criatura colosal, algo muy similar sucede con los movimientos en tierra que son más torpes o bien con el desplazamiento del agua cuando está nadando, estos detalles si bien pueden pasar desapercibidos y justificarse porque estamos ante un trabajo meramente fantástico que pretende ser lo más realista posible.
A diferencia de la última producción de Toho Co., Ltd, la igualmente excelente Shin Godzilla (2016), el diseño del monstruo sigue teniendo bases fundamentales de algo parecido a un dinosaurio, aquí podemos ver una evolución parcial, un joven Godzilla que aparece al principio y que nos recuerda una secuencia de ataque del T-Rex en la primer cinta de Jurassic Park (1993) y es hasta la mitad y hacia el final donde podemos verlo en todo su esplendor, otro aporte que hace Yamazaki a esta franquicia es reinventar su aliento atómico, aqui es visto como una acumulación de energía atómica que se activa junto con las escamas de su lomo cuando se vuelven azules, seguido de una nube en forma de hongo en el punto de impacto que destruye el área circundante que primero se irradia y luego implosiona, cuando vemos esto en pantalla hay una ausencia total de sonido lo que le da más dramatismo a la secuencia.
No se puede pasar por alto que el mensaje central en la cinta de 1954 era el uso de las armas atómicas, Godzilla de Minus One representa una vez más la destrucción incontrolable que estas causan y las consecuencias que hay en su entorno y en su fauna, está muy bien planteado que Godzilla aquí es el resultado de esto, un ser que no es un dinosaurio sino que es una criatura humanoide mutante que quizá solo busca un lugar en un mundo que no conoce y que igualmente le aterra como a nosotros como humanos su presencia, aquí ya existe un vínculo entre el monstruo con las guerras en general, un sinónimo de destrucción y muerte aparentemente imparable sin una motivación que nos resulte comprensible.
Este repentino y sorpresivo cambio en la línea del personaje no solo revela una ambición comercial de los estudios sino competir con su homónimo estadounidense que se aleja por completo de cualquier tipo de nacionalismo y mensaje patriótico, a pesar de toda la violencia en pantalla Godzilla Minus One es una película infinitamente esperanzadora que reafirma la supervivencia de los humanos como especie dominante que ve en Godzilla una representación de la naturaleza guerrera que tenemos para enfrentar la adversidad y la determinante voluntad de vivir.
El cast lo conforman Ryunosuke Kamiki, Minami Hamabe, Yuki Yamada, Munetaka Aoki, Hidetaka Yoshioka, Sakura Ando y Kuranosuke Sasaki quienes entienden perfectamente bien a sus personajes y a lo que deben enfrentar, la construcción de los mismos sigue estando basado en la primer cinta que aquí es recreado de una manera más actual, moderna, convincente y aterradora.
La música compuesta por Naoki Satō tiene los samples precisos de lo compuesto por Akira Ifukube para el Gojira de 1954 sin perder su propia personalidad, cada pieza está perfectamente bien cuidada y sincronizada para que como espectadores podamos involucrarnos audiovisualmente en un gran espectáculo.
En conclusión, Godzilla Minus One es el claro ejemplo y nos demuestra que con un presupuesto muy modesto de menos de 15 millones de dólares se puede hacer una gran película, que no es necesario hacer un derroche comercial para presentar un producto mediocre, que cuando proyectos como este están en las manos correctas con un planteamiento concreto y preciso de a dónde quiere llegar estos son los resultados.
Un trabajo digno, honesto y muy impresionante, retoma todos los elementos clásicos como el grito de Godzilla entre ellos y los transforma no de una manera moderna sino con una visión al pasado que marca el inicio de un nuevo futuro, algo muy digno de presentar a las nuevas generaciones y que está a la altura de competir con cualquier monsterverso, lo que a occidente le tomó 5 películas, una precuela en cómic y una serie de televisión a oriente le bastó solo con hacer esto para captar la atención mundial.
Una cinta que se ha colocado ya como una de las mejores del año que ya es todo un clásico y que planea tener un reestreno en Japón en un formato más clásico en blanco y negro, sin duda que los proyectos de este estudio darán mucho de qué hablar en el futuro y esperamos con ansias más trabajos como este de muy alto nivel.
Godzilla Minus One ya está de estreno en salas cinematográficas de nuestro país.
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