Reseña: Guillermo del Toro’s Pinocchio es una maldita maravilla! Ganadora del oscar 2023
Película de Netflix

Reseña: Guillermo del Toro’s Pinocchio es una maldita maravilla! Ganadora del oscar 2023

Willis O’Brien maravilló a los espectadores del cine en la década de los años 20 y 30 con la técnica de Stop Motion siendo King Kong (1933) su película más recordada, más tarde en los 50’s las películas del género de ciencia ficción tuvo a uno de los más grandes animadores en la historia del cine y discípulo de O.Brien, Ray Harryhausen, quien dio vida a personajes fantásticos en historias increíbles usando la misma técnica.

El stop-motion es una técnica de animación tradicional que crea la ilusión de movimiento en objetos estáticos a través del montaje de fotografías, películas como , The Nightmare Before Christmas (1993), James and the Giant Peach (1996), Chicken Run (2000), Fantastic Mr. Fox (2009) ¡Pirates!’ (2012),  Los Boxtrolls’ (2014), Shaun the Sheep Movie (2015), Ma vie de Courgette (2016) por citar solo algunas de las más populares y taquilleras.

En este 2022 Pinocchio de Guillermo del Toro da un giro a la animación en este estilo y a una historia que conocemos desde lo presentado por Disney en 1941 con un giro completamente nuevo que nos muestra un lado muy diferente de esta marioneta y su creador.

Actualización: El día de hoy 12 de Marzo Pinocho del Guillermo del toro ganó el Oscar a la mejor película de animación.

¿De qué va la película Pinocho de Guillermo del Toro?

Ambientada en Italia durante la década de 1930 Geppetto ha perdido trágica y tristemente a su hijo Carlo, en medio de una profunda depresión decide traerlo de nuevo a la vida en la forma de una marioneta a la que llama Pinocchio para que le haga compañía, esta creación tendrá que descubrir por sí misma el valor de la vida y de todo aquello que lo rodea pero no todo será tan fácil pues el mundo está lleno de peligros de los que tendrá que aprender si quiere volver al lado de quien él llama padre aunque esto pueda costarles la vida a ambos.

Hablar de Guillermo del Toro es pensar en una calidad muy especial y aparte de lo que Hollywood nos tiene acostumbrados, la visión de este creador, guionista y director es muy distinta a la que tiene el estándar actual, es quizá esto lo que le ha permitido abordar historias desde su particular punto de vista, lo que lo ha llevado a ser uno de los favoritos en el género que aborda.

Pinocchio puede ser una historia sencilla de contar, un buen hombre que crea una marioneta que a su vez quiere ser un niño de verdad que vive mil y un aventuras puede tener algo más profundo que contar, también podríamos decir que esta nueva adaptación es semejante al Frankenstein de Mary Shelley presentando a un jóven y moderno Prometeo en la figura retorcida de un niño hecho en madera.

Guillermo del Toro Pinocho

El Pinocchio de Del Toro para la plataforma de Netflix es tan diferente de lo que ya conocemos, sea por el cuento original o las películas de los estudios Disney, no solo porque se trata de un trabajo hecho con la técnica de animación tradicional en stop-motion, la visión que tiene de Del Toro es clara y muy concreta con tintes siniestros que es a lo que nos tiene acostumbrados, podríamos decir que en este contexto hasta el horror cuenta con una peculiar belleza, esta nueva adaptación ocupa de varios temas que de poco a poco se van alejando de lo infantil para entrar en un terreno más adulto, lo que incluye el lidiar con la pérdida de la inocencia, la muerte, los buenos recuerdos, el miedo a lo desconocido y está claramente descrito de manera audiovisual el sentimiento de ser un extraño en un mundo que te rodea y que apenas estás conociendo.

Bien sabemos que algo que predomina en las producciones en donde Del Toro se involucra directamente son sus criaturas que existen como entidades en su propia realidad misma que hemos visto en El laberinto del fauno (2006) Pacific Rim (2013) o The Shape of Water (2017) quienes tienen conceptos y texturas complejas mismas con las que interactúan con actores en roles humanos, pero a pesar de lo sofisticado que esto pueda parecer sigue siendo un elemento básico y fundamental a la hora de contar una historia fantástica y en este nuevo Pinocchio no es la excepción.La película en sí misma decide irse por un tono más maduro, su simetría y complejidad no dejan de lado la parte conmovedora y encantadora del personaje central, esta nueva versión escrita por Del Toro y Patrick McHale sitúa a los personajes en otro ambiente en el que la guerra juega un papel muy importante, Geppetto (David Bradley) es un modesto carpintero que vive su día a día tranquilo y honesto lo que se podría considerar como un ciudadano modelo al lado de su hijo Carlo (Gregory Mann) de 10 años, un niño obediente que cumple con todas las expectativas de su padre y de quién se espera mucho en el futuro.

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Como es de esperarse en esta historia, la belleza y tranquilidad de todo se ve opacado por una desgracia, en medio de la guerra y del cielo cae una bomba, una clara referencia a la misma que existe en el Espinazo del Diablo (2001) y destruye la iglesia en donde se encuentra Carlo (Alfie Tempest), llevándose consigo la perspectiva idílica de un padre que se siente muy orgulloso de su hijo, la dualidad de sentimientos hace que sea una de las escenas más conmovedoras de toda la cinta, de poco a poco vemos la transformación de este hombre que está viviendo una gran pena y un gran dolor ante la pérdida de su único hijo, de ser ese hombre modelo pasa a ser un hombre atormentado que ha encontrado en el alcohol un fantasioso consuelo, ante la desesperación de sentirse abatido y solo toma una de las decisiones más importantes y quizá escalofriantes de su vida, traer a su hijo fallecido de vuelta.

Paralelo a esto conocemos a Sebastian J. Cricket (Ewan McGregor) un insecto educado y sibarita quien es experto en contar sus hazañas es esa voz que va narrando esta tragedia, con Mussolini en el poder, Geppetto corta un árbol seco en donde vive este insecto muy cerca de la lápida de Carlo para tallar en el una marioneta que no es el títere colorido de aspecto humano divertido que todos conocemos, aquí es una figura de madera esquelética sin terminar, sin ojos, sin ropa con una cabeza deforme y sin un rostro definido, es la creación dolorosa de un borracho.

Esta aberrante creación cobra vida gracias a una entidad del Bosque (Tilda Swinton) una nueva versión del Hada Azul, una figura alada sin expresión, también vemos a otra entidad una quimera que representa a la Muerte quien se encarga de mostrarle a la marioneta su estatus en este mundo y la posibilidad que tiene de ser inmortal, la ignorancia de esta recién nacida criatura le impide comprender lo que está sucediendo y lo que está por suceder así como las consecuencias de sus actos sean buenos o malos, la conciencia representada por este insecto no tiene una gran relevancia puesto que todo lo que hace no es tomado en cuenta como mentor.

Guillermo del Toro Pinocho

Pero, sus esfuerzos tendrán una recompensa ya que esta entidad del bosque le dará a cambio un deseo, el que él quiera, es evidente que Del Toro y McHale presentan una historia que tiene sub tramas muy intensas e interesantes, no caen zonas de confort ni en lugares comunes de cuentos de hadas basados en una rectitud imposible escritos hace décadas, aquí se aboga más por el cambio a presentar algo completamente nuevo que sale del canon de lo conocido y cursi, incluso el mensaje que da es muy distinto a lo chocante y trillado de las producciones más recientes, esto es sustituido magistralmente por la sabiduría que se encuentra en perdonarse a uno mismo por los errores del pasado, el admitir los fracasos y los triunfos con la que se definen nuestras vidas, la responsabilidad de crecer y de aprender en un mundo asolado por la guerra, el encajar en un modelo de rectitud, los valores personales, la comprensión sobre la muerte y el saber quién eres y qué lugar es el que ocupas en el mundo.

Sin embargo y a pesar de lo inocente que es Pinocho desde un principio lo vemos cantando sobre cada objeto que encuentra como un descubrimiento increíble, lo que lo hace un personaje dinámico y fascinante, su personalidad es típica del comportamiento de los niños que todo quieren saber y se arriesgan a conocer su entorno, Geppetto no acepta de inmediato a su nueva creación de hecho, se asusta de lo que él mismo ha hecho motivado por un gran dolor y una profunda desesperación, lo que ha creado es un monstruo más que una representación de su hijo fallecido, es de esperarse que en esta sociedad conservadora en este ficticio mundo crean bajo los preceptos que esto es una aberración, que es brujería, mientras que el abatido hombre cree en sí mismo que puede darle la personalidad de Carlo sin tomar en cuenta que por sí mismo ya tiene algo propio.

Entre muchas otras cosas lo que vemos en el nacimiento de este ser es lo más asqueroso del lado humano, el esfuerzo por hacer algo que no comprende y que sólo se ajusta a las normas impuestas para ganar la aprobación y cariño de quién llama padre, una vez más Del Toro retrata fielmente y a su manera el mundo de los incomprendidos para aquellos cuya apariencia, origen y estética los aísla y pone aparte de lo aceptado por la sociedad sea moderna o no,  este niño de madera representa a aquél símbolo que camina y habla del poder indomable que tiene la naturaleza, de la suerte, de todos aquellos factores impredecibles que pueden traer consecuencias buenas o malas según sea el caso y el aprendizaje, es el claro ejemplo de lo que como seres humanos no podemos ni queremos aceptar.

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El fascismo toma un papel importante con una ideología peligrosa que exige la sumisión y obediencia para servir a una patria que está políticamente en ruinas por no aceptar a los hombres y a sus hijos por quienes son y no por quienes desean ser, es curioso ver que los padres en esta historia participan en una perversa dinámica de control, tenemos a Podesta (Ron Perlman) un funcionario del gobierno que cría a su hijo Candlewick (Finn Wolfhard) con una estricta disciplina para servir únicamente a la patria por la que se está peleando en una guerra o el villano circense el Conde Volpe (Christoph Waltz) con su descarado maltrato a su compañero babuino Spazzatura (Cate Blanchett) a quién humilla por considerarlo menos que nada y sin un valor personal propio, incluso un Mussolini (Tom Kenny) inteligentemente ridiculizado en la figura paterna para toda una nación que desaprueba su actuar.

El tema más delicado es el cómo se aborda la religión que tiene una ideología similar, si bien sirves a ti nación tambi´pen debes y tienes la obligación de servir a Dios porque como hombres somos seres indignos y por lo cuál debemos escuchar las enseñanzas de su antigua práctica representada por un Cristo de madera en una cruz, la imagen de una deidad imperfecta que nos mira y nos condena como pecadores.

Con y pese a lo anterior, este trabajo creado por Guillermo Del Toro y Mark Gustafson es una experiencia original y sorprendente, el énfasis que pone y describe en lo material, en lo que podemos ver y sentir, en el aquí y el ahora nos habla de lo equivocados que hemos estado al pensar en banalidades propias del entorno moderno, la noción de que nuestro breve paso por este mundo no se mide en nuestros grandes logros sino también en las pérdidas que hemos tenido y de cómo las hemos superado a pesar del dolor que viene con nuestras limitaciones de carne y hueso y de lo imperfectos que podemos ser como humanos, de la voluntad que tenemos a sí mismo para reponernos, aceptar lo sucedido y la voluntad de seguir adelante.

No todo en esta producción es perfecto, el fallo que tiene es que su mensaje es demasiado marcado y raya en el regaño, lo que plantea es evidentemente cierto pero la manera de abordarlo es lo que descuida otros aspectos de la historia en los que lo que nos conmueve nos causa culpa y viceversa, este ejercicio hubiera quedado mejor y se habría entendido más si el énfasis en hacerlo no fuera tan pretencioso.

Como película es un gran logro cinematográfico, la animación Stop-Motion es impecable, cada detalle en los personajes y su entorno ha sido perfectamente cuidado para que parezca real en el contexto que en sí misma maneja, a manera personal pensé que nada podía superar la terrorífica simetría que tiene The Nightmare Before Christmas y no ha sido así, esto es algo completamente nuevo no para una nueva generación sino para hacer un aporte nuevo a está técnica y a la cinematografía en general, algo que solo la mente de un genio como Del Toro podría crear, cada cosa está en su sitio y resulta como algo perfecto que visualmente nos sitúa en un lugar y momento específico.

Guillermo del Toro Pinocho

El cast cuenta con las voces de Gregory Mann, David Bradley, Ewan McGregor, Finn Wolfhard, Cate Blanchett, John Turturro, Ron Perlman, Tim Blake Nelson, Burn Gorman, Christoph Waltz y Tilda Swinton hacen un trabajo impecablemente maravilloso dando vida a estos personajes con su propio estilo y personalidad.

La música compuesta por Alexandre Desplat, Nick Cave, Matías León es justo lo que se esperaba de ellos, piezas que van de lo alegre a lo triste y a lo siniestro en una armonía casi perfecta, el hecho de que también tenga canciones rompe con la estética audiovisual que estamos apreciando.

En conclusión, Guillermo del Toro’s Pinocchio es simplemente una maldita maravilla que merece tener un lugar muy alto en cuanto a los aportes cinematográficos que tiene y en que esto marca un antes y un después en la narración de historias basadas en cuentos clásicos.

Guillermo del Toro’s Pinocchio ya está disponible en la plataforma de Netflix.

 


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