Es probable que ya lo sepas, pero ya se emitieron dos de los capítulos de la segunda temporada de The Handmaid’s Tale a nivel internacional y la premier tiene uno de los momentos más aterradores de toda la historia hasta ahora (y eso es decir mucho).
Si no sabes de qué hablamos The Handmaid’s Tale es una de las series más galadornadas en las pasadas entregas de premio, protagonizada por Elizabeth Moss, la otrora Peggy Olson de Mad Men, que por cierto se ve mejor que nunca.
Algo que me sorprendió de Moss conforme fui avanzando en la primera temporada es su edad – apenas 35 años -, seguramente debido a que la conozco hace mucho pues Mad Men inició en 2007 y por la ambientación del fantástico serial sobre el despacho publicitario Sterling Cooper y los avatares que sus creativos y la propia empresa van sufriendo. Viéndolo en retrospectiva sólo puedo atribuirlo a que había una conexión verdadera entre la serie y el momento en que la vi (AKA si no las has visto échale un ojo).
El caso es que con The Handmaid’s Tale, la actriz está fijando un muy buen parámetro de sus capacidades al interpretar un personaje de con muchos matices y aunque en la letra no pareciera tan distinto de Peggy, Offred/June es una creación totalmente distinta.
Eso sin contar con lo fabuloso de la historia basada en el libro homónimo de Margaret Atkins, que encuentra unos paralelismos con lo que estamos viviendo que pudieran convertirse en escalofriantes predicciones de a dónde nos dirigimos si seguimos por este camino: June es una de las relativamente pocas mujeres fértiles que quedan en el mundo, una élite hiperconservadora se ha hecho con el poder y estas mujeres son obligadas a ser las concubinas de los poderosos – sin derechos y en la misma casa que su esposa- para engendrar herederos y perpetuar la especie y el sistema.
Hace pocas semanas por fin se estrenó la primera temporada de The Handmaid’s Tale en la televisión por cable para la región con casi un año de retraso, pero siendo futurista no pierde relevancia, al contrario a lo mejor a la luz de los acontecimientos hoy pueda ser incluso más estremecedora que cuando originalmente se transmitió de manera internacional.
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