Reseña Serie Dahmer – Monster: The Jeffrey Dahmer Story ni es horror ni es documental, es solo morbo para entretener y desechar

Reseña Serie Dahmer – Monster: The Jeffrey Dahmer Story ni es horror ni es documental, es solo morbo para entretener y desechar

La perversidad humana no tiene límites, lo que nace con una inocente mentira puede llegar más allá de lo que cualquiera de nosotros pueda imaginarse, lo monstruoso de esto es que puede ser cualquiera de las personas que vemos día a día a nuestro alrededor incluso con aquellas que convivimos, los lados oscuros son los más peligrosos.

Los asesinos seriales cuentan con un gran número de espectadores, en novelas, series y producciones cinematográficas muchos de ellos basados en hechos reales y que a lo largo de los años han gozado de gran popularidad entre propios y extraños, nos da una curiosidad malsana saber cuales han sido las motivaciones que tuvieron para llevar a cabo sus crímenes.

Dahmer – Monster: The Jeffrey Dahmer Story es la nueva miniserie estrella en la plataforma de Netflix que narra de manera detallada la vida de este asesino en serie que tomó la vida de 17 hombres.

¿De qué va la serie Dahmer?

Durante más de 10 años el asesino convicto Jeffrey Dahmer acabó con la vida de 17 hombres jóvenes de la manera más cruel y atroz, un descuido de este asesino lo llevará a ser capturado luego de manipular y eludir a la justicia en todo ese tiempo.

Es difícil llevar a la pantalla grande o chica una historia como esta, la polémica que ha causado y las opiniones divididas entre propios y extraños le han dado una muy alta popularidad en la plataforma que pretende arriesgarse contando de la manera más fiel posible los hechos basados en un caso real de un asesino en serie que mató a 17 hombres entre 1978 y 1991.

Este tipo de trabajos no trata de traer nuevas audiencias ni tampoco a un selecto grupo de espectadores, la razón básica por lo que la hemos visto ha sido por el morbo malsano de enterarnos qué fue lo que este hombre hizo y el por qué, su estructura es muy particular y muy al estilo de uno de sus creadores Ryan Murphy (Nip Tuck, American Horror Story) que junto con Ian Brennan (Scream Queens) nos llevan a conocer en diferentes puntos de vista lo que sucedió con estas víctimas.

Si bien la serie tiene muy buenos elementos hay algunos más que pueden resultar ser muy incómodos de ver y algunos más que caen en el desagrado y la repulsión, todo esto bajo una muy buena producción que recrea casi 3 décadas de una manera muy convincente sin caer en el cliché nostálgico de estarnos recordando a cada momento lo que estamos viendo, esto es un elemento secundario que ayuda en gran medida a que como espectadores podamos involucrarnos más y más con la trama, ninguno de los 10 episodios que conforman esta miniserie tiene un final tipo cliffhanger a los que estamos acostumbrados es su historia la que habla por sí misma y la que episodio por episodio va generando interés.

Los escritores Ryan Murphy, Ian Brennan, David McMillan, Janet Mock, Reilly Smith y Todd Kubrak han considerado hasta el más mínimo de los detalles en lo que respecta al punto de vista de las víctimas, de algunas personas involucradas como lo son su abuela (Michael Learned) y su vecina Glenda Cleveland (Niecy Nash) y de familiares de las víctimas, pero deja muy de lado otras subtramas que no tienen conclusión como por ejemplo lo que pasó con su madre Joyce Dahmer (Penelope Ann Miller) luego de su divorcio, sabemos que deja solo a Jeffrey y se lleva a su hijo menor del que tampoco sabemos nada.

Los 10 episodios dirigidos por Carl Franklin, Clement Virgo, Jennifer Lynch, Paris Barclay y Gregg Araki le dan su propio sello y personalidad propia destacando unos más que otros, en este caso muy en particular el que rompe intencionalmente con la estructura que requiere su narrativa es el episodio 6 a cargo de Paris Barclay en donde conocemos la vida de “Tony” Anthony Hughes el chico afroamericano sordo con aspiraciones a ser modelo, vemos desde su nacimiento, la razón de su sordera y de cómo se ha ido abriendo paso en la vida siendo gay, es casi imposible no simpatizar con este hombre y dejar en claro y sin lugar a dudas que Jeffrey Dahmer era un aunténtico hijo de puta al que no le importó causar el sufrimiento desu víctima y sus familiares, lo destacable es la sutileza siniestra con la que se aborda su asesinato que es muy diferente a lo que le ocurrió realmente, con base en las declaraciones de Dahmer Tony fue drogado para luego ser estrangulado y dejó su cuerpo en el suelo de la habitación durante tres días antes de ser desmembrado fotografiando el proceso, su cráneo fue retenido e identificado a partir de registros dentales, en la serie no lo vemos explicitamente pero sabemos que lo golpea con un martillo en la cabeza para posteriormente en un acto de canibalismo comer un trozo de su carne.

Es de esperarse que los hechos se presenten de esta manera para no caer en exageraciones y sobre todo por lo que han dicho los creadores es por respeto a las víctimas y aquí me pregunto ¿cuál respeto si han sido recreados y exhibidos en una situación inimaginable? Es justo aquí donde empiezan los problemas de esta mini serie, pretende ser arriesgada, original y muy respetuosa contando por primera vez en este formato la vida y obra de un asesino serial que ha pasado a la historia como uno de los más crueles y sanguinarios pero que muestra todo a medias cambiando la cronología de los eventos con una justificación muy pobre, era más honesto decir que fue por morbo y no por respeto y aquí cabe hacer otra pregunta ¿era necesaria esta serie y enterarnos de la vida de este hombre y de lo que hizo? la respuesta está en el criterio de quién la vea.

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Los 10 episodios son:

1. Episodio uno.

Después de que su vecina Glenda le cuestiona a Dahmer sobre el hedor proveniente de su apartamento, Jeff se dirige a un bar local en donde conoce a un chico afroamericano quién acepta una oferta tentadora y peligrosa que terminará por exponer los crímenes de este asesino.

2. Please Don’t Go.

En su infancia Jeffrey Dahmer se enfrenta a problemas escolares con sus compañeros y entre sus padres que causarán la ruptura familiar, años más tarde su extraño comportamiento se convierte poco a poco en actos asesinos que culminan con su captura y la recolección de evidencia en su apartamento.

3. Doin’ A Dahmer.

Dejado por su madre viviendo solo y después del problemático divorcio de sus padres, Jeff, estudia el último año de secundaria con muchos problemas de comportamiento, con su identidad sexual y alcoholismo, la rutina que lleva se rompe cuando invita a su casa a un chico que encuentra en la carretera pidiendo aventón estableciendo su primer víctima.

4. The Good Boy Box.

Desde que terminó la escuela y hasta el ejército Jeff lucha por encontrar estabilidad emocional y un empleo mientras vive en la casa de su abuela mientras frecuenta bares gays y saunas en busca de nuevas víctimas a quienes drogar para después asesinarlos.

5. Blood On Their Hands.

La lista de víctimas de Dahmer crece sin que haya una investigación policiaca completa, su frustrado crimen a un joven afroamericano y el encuentro con un adolescente menor de edad lo lleva a la cárcel y a ser más precavido, al no poder vivir más con su abuela consigue su propio apartamento.

6. Silenced.

Tony es un estudiante y aspirante a modelo que se muda a Madison, una noche en un bar gay conoce a Jeff con el que comienza una relación a través de notas escritas a mano que toma un giro siniestro y oscuro así como conmovedor.

7. Cassandra.

Una destacada activista se reúne con Glenda quien le cuenta sus desgarradoras experiencias viviendo al lado de Jeffrey Dahmer y cómo sus preocupaciones y sospechas de que algo estaba pasando con los hombres que entraban a su apartamento fueron ignoradas en gran medida por la policía que nunca abrió una investigación al respecto y lo que les costó la vida.

8. Lionel.

Mientras Jeff espera el juicio donde se le dictará sentencia su padre tiene que lidiar con sus propios demonios, la inepta y corrupta policía de Milwaukee trata de cubrir las apariencias y las familias de las víctimas comparten su angustia en desgarradoras historias.

9. The Bogeyman.

Glenda, las víctimas que sobrevivieron y sus familias hacen todo lo posible por seguir adelante a pesar de los recuerdos inquietantes de lo que han vivido, mientras que Jeff atrae la fama y popularidad desde la cárcel.

10. God of Forgiveness, God of Vengeance.

En prisión la nueva fama de Jeff lo convierte en un objetivo para los demás reclusos que lo quieren muerto, sus padres buscan el cierre del caso y Glenda presiona por un monumento en un terreno familiar para honrar a las víctimas de los asesinatos, finalmente Dahmer es asesinado pero su legado de crímen permanecerá vigente como uno de los casos más impactantes y horrorosos en la historia.

Sería exagerado decir que esta serie trata de humanizar y romantizar a un asesino, simplemente cuenta con morbo malsano los hechos ocurridos, aquí cabe hacer la pregunta ¿10 episodios de más de 40 min cada uno eran suficientes para contar una historia como esta? la respuesta en mí parecer es no, hay varias partes en varios episodios en los que los diálogos son muy innecesarios, en otros pareciera que no sucede nada sino hasta casi el final y se siente que lo anterior está de relleno disfrazado de una tensión permamente que llega a ser cansada y hasta aburrida.

En otras palabras, ni los creadores, ni los escritores ni los directores se averguenzan de nada de lo que aquí sucede, además de centrarse en los actos cometidos por este asesino en serie, tenemos las historias desde la perspectiva de las víctimas y sus familias así como la grotesca ineptitud policial que permitió a este hombre seguir cometiendo sus crímenes, es evidente que tanto Glenda como las víctimas afroamericanas sobrevivientes no les fueron tomados en serio con sus declaraciones y llamadas por su etnia y condición sexual, Dahmer logró evadir cargos e investigaciones por ser un hombre blanco, la serie también denuncia abiertamente el racismo y homofobia en esos años.

Se explora muy poco sobre la psique de Dahmer, se presume que es un homosexual reprim ido que ha cometido asesinatos para de alguna manera ser aceptado, tener el control sobre sus víctimas y matar esa parte de sí mismo que no se acepta como tal, esto en un marco sutil y poco estudiado que retrata más a los homosexuales como simples, descuidados y atacados por la comunidad recordemos que el VIH en esos años estigmatizaba cualquier práctica sexual entre personas del mismo sexo condenándolas a que sufrieran las consecuencias de sus actos por la iglesia, la sociedad y la política quienes decían que sí merecían una enfermedad así o bien ignorar parcialmente los crímenes cometidos por esta basura humana.

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Junto con esto vemos que Jeffrey Dahmer aprendió que ser un hombre blanco podía permitirle una inmensa libertad a una edad muy temprana tanto como para comprar alcohol como para no ser sospechoso eludiendo a todos con simplemente decir que eran cosas de homosexuales o nosotros los homosexuales… hacía que la policía fijara su atención en eso y no en lo más importante y así mantener alejadas y tranquilas a las personas que antes lo habían denunciado, esto familiariza con el hecho de que sus infames asesinatos podrían haberse evitado y destaca el hecho de que hay una gran razón por la que la mayoría de los asesinos en serie a lo largo de la historia de los Estados Unidos son blancos y hombres y el poder se los da el hecho de que creen que pueden salirse con la suya siendo más inteligentemente estúpidos que la policía y creer también que no podrán ser capturados.

La poca empatía de las autoridades se ve reflejada cuando los policías entran a su apartamento y encuentran algunas fotos hechas con una cámara instantánea polaroid en donde se muestra a un joven de 14 años, después de mentirles y decirles que era su novio de 19 años, la policía toma eso como un problema aislado de una pareja, Glenda es quien los llamó termina con la advertencia de que deberían terminar con sus denuncias o serían arrestadas, el jóven en cuestión terminó siendo asesinado de una de las maneras más crueles, Dahmer lo drogó y le hizo una incisión en la base del cráneo en donde inyectó ácido clorhídrico directamente al cerebro.

Aunque traten de presentar esto con sutileza es aterrador la manera en la que tan simplemente lo presentan así como los casos en los que asesinó estrangulando y desmembrando los cuerpos para conservar ya fueran las cabezas, el corazón y genitales como trofeos para hacer un altar en el que pudiera apreciar su obra y dedicarlo al diablo que según este enfermo mental era el único que lo entendía y a quien debía rendirle culto, no sé si decir que afortunada o desafortunadamente este espantoso plan no se llevó a cabo.

Aunque la serie destaca el racismo y la intolerancia por parte de las autoridades que existían en ese momento en esa sociedad nos recuerda que hay un progreso en las cosas pero hay otras que necesitan urgentemente remediarse, la policía tampoco ha estado exenta de estar en el ojo del huracán por racistas y su constante abuso de autoridad en contra de la comunidad afroamericana y latina a quienes también los han asesinado de manera brutal y a la vista de todos, la serie pretende que este discurso siga vigente y se haga algo al respecto pero falla terriblemente en la manera de transmitirlo porque se queda a la mitad entre ser arriesgada y solo un producto morboso que causará un plausible interés para luego quedar en el olvido.

Ryan Murphy como creador, escritor y director es brillante y domina muy bien este género pero tiene una tendencia a estructurar las historias y a prolongar las cosas más allá de lo necesario su estilo de tono y ritmo narrativo caen en lo  sombrío y lento que solo funciona mientras no haya revelaciones importantes o giros de tuerca que sostengan algo que es inminente que se diluya y termine con perder el interés.

Las actuaciones principales por parte de Evan Peters, Niecy Nash, Molly Ringwald, Michael Learned, Richard Jenkins y Penelope Ann Miller son destacables y logran desarrollar y transmitir muy bien  la terrible agonía de lo que están viviendo sus personajes hasta llevarlos a un límite que se balancea entre la cordura y la locura dejándonos a nosotros como espectadores la sensación de que las personas que vivieron eso en la realidad debió ser 100 veces más aterrador.

La música compuesta por Nick Cave y Warren Ellis refleja mucho de las épocas que aborda así como éxitos musicales populares en las discotecas, destaca más por su simpleza que por el impacto que pueda causar de manera audiovisual en el espectador.

En conclusión, Dahmer – Monster: The Jeffrey Dahmer Story es una bio serie documental para verse con mucho cuidado, su popularidad la ha vendido como una de las mejores series de horror de los últimos años en esta plataforma, nada más alejado de la realidad ni es horror ni es documental es solo simple morbo para entretener y desechar, esperemos que esta rara tendencia de llevar estas historias a la pantalla invariablemente terminan en algún lugar entre el tedio y el aburrimiento.

Dahmer – Monster: The Jeffrey Dahmer Story ya está disponible en la plataforma de Netflix.


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