Los héroes de acción han tenido una muy activa participación en el cine y la televisión por décadas, cada generación ha visto y ha tenido a sus favoritos y es un género que goza de popularidad entre propios y extraños.
Estas producciones tienen una regla ya establecida y es que los actores van evolucionando y adaptándose a nuevos medios dejándoles la batuta a otros, durante la década de los 80 y 90 vimos nacer a quienes ahora son grandes estrellas del celuloide, Sylvester Stallone, Arnold Schwarzenegger, Jean-Claude Van Damme, Bruce Willis, Wesley Snipes, Harrison Ford, Steven Seagal, Kurt Russell, Jackie Chan y Mel Gibson entre muchos otros.
La nueva generación de héroes ha traído consigo diversas y muy variadas historias que van desde la lucha contra narcotraficantes, trata de blancas, secuestros, conspiraciones, robos a gran escala y todo apegado a la modernidad de la época en la que vivimos siendo Tom Cruise, Dwayne Johnson, Keanu Reeves, Liam Neeson, John Cena, Robert Downey Jr, Chris Hemsworth, Ryan Reynolds, Chris Evans, Vin Disel y Jason Statham quienes ahora son los encargados de llevar la acción a un nuevo nivel.
Con producciones que van desde las más complejas y exitosas hasta las más simples que terminan siendo parte de un catálogo en alguna plataforma de Sreeaming, buenas, regulares, malas, y muy malas producciones nos deja en claro que hay de todo para todos, el director David Ayer presenta en este inicio del 2024 una cinta que cumple las reglas con un enfoque diferente, The Beekeeper plantea lo peligrosa que puede ser la modernidad.
¿De qué trata la película Beekeeper: Sentencia De Muerte?
Los llamados Beekeepers son elementos que forman y aplican un programa especial fuera de toda cadena de mando, hombres y mujeres trabajan sin piedad durante las circunstancias más extremas que impliquen una emergencia nacional, cuando Adam Clay (Jason Statham) un Beekeeper retirado descubre una conspiración en los niveles más altos del gobierno tendrá que desbloquear todos sus conocimientos y mecanismos de defensa para cumplir con una nueva misión, una venganza en contra de quienes creen ser intocables y estar por encima de la ley.
No podemos negar que este género es por demás entretenido, teniendo una primicia como esta en la que vemos al actor Jason Statham hacer alarde de todo lo que conoce sobre artes marciales y peleas resulta sumamente agradable para quienes gustan de este tipo de películas, la idea de que exista una elite “secreta” que ponga orden donde los demás no pueden es sumamente cliché y trillado, aquí no hay absolutamente nada nuevo ni nada que enriquezca pero si algo que entretiene.
Adam Clay es un un excombatiente sigiloso que busca venganza al más puro estilo de golpes, patadas, disparos, persecuciones contra aquellos técnicos que lucran utilizando el internet y los medios electrónicos para robar a la gente en línea, Clay es una versión moderna y actualizada que nos recuerda aquella trilogía dirigida por Sergio Leone y protagonizada por Clint Eastwood en 1964, el famoso Man with No Name de las películas italianas del género del spaghetti western, un hombre que sabe como moverse, que cuenta con un entrenamiento táctico de alto nivel, conocimiento de armas de fuego y defensa personal con el plus de que ahora y ya retirado vive en el campo criando abejas y vendiendo su miel lo que significa que no es un apicultor común y corriente.
Como punto de partida para todo este embrollo de acción conocemos a su vecina y amiga, una mujer mayor llamada Eloise Parker (Phylicia Rashad) que vive en la granja cercana a la suya y le alquila un espacio en su granero para trabajar en el proceso de la miel, la amistad que hay entre los 2 tiene sus reservas Eloise es la única persona que lo cuida y con la que él puede platicar, el típico hombre que ayuda al necesitado sin importar la causa y las consecuencias.
Eloise ignorante de los riesgos que implican usar la internet para hacer trámites bancarios comete el terrible error de responder a una estafa phishing que técnica que consiste en el envío de correos electrónicos que suplantan la identidad de compañías u organismos públicos solicitando información personal y bancaria al usuario, en pocos minutos su cuenta bancaria queda vacía y la cuenta de una organización sin fines de lucro que ella ayudó a fundar, lo que la lleva a cometer un acto que suicidio Clay inmediatamente cambia sus ropas de apicultor por un equipo de comando para hacer frente y detener a esta organización criminal haciendo lo que la ley no hace o no puede por estar en el centro de la corrupción.
Hasta aquí las cosas se plantean de una forma lineal en la que ninguno de los personajes está establecido del todo, Tenemos al héroe de acción, a los villanos de la corporación malvada, a la víctima, a la agente del FBI que investiga el suceso y quien resulta ser la hija de Eloise Verona Parker (Emmy Raver-Lampman) lo que esperaríamos de esto es que todos y cada uno fueran desarrollándose a la par de la historia principal, que cada revelación si bien no es un giro de tuerca impresionante nos pudiera dar como espectadores una idea más general de las cosas pero eso no sucede y no sucede por la simple razón de que pretenden que esto sea una saga que tenga más entregas, algo que parece no pasar de moda en Hollywood.
Siguiendo con la trama, cuando la agente Parker se entera de la muerte de su madre inmediatamente toma el caso y arresta a Clay bajo sospecha de homicidio, cuando se determina que la muerte de Eloise fue un suicidio él es liberado, la agente revela que este grupo que robó a Eloise ha estado en la mira del FBI por algún tiempo pero que son muy difíciles de rastrear, su actitud va de neutra a pesimista de si serán encontrados y juzgados, queriendo hacer justicia para Eloise Clay contacta a sus ex compañeros Beekeepers para encontrar a los estafadores responsables.
En este punto ya la misma cinta nos dice para dónde van las cosas, este arco narrativo ha sido constante en presentar pequeños actos que abren nuevas subtramas, esto es así por querer contar las cosas de diferente manera, desde aquí ya sabemos que Clay tendrá aliados en su búsqueda, que los encontrará y habrá un despliegue de acción en donde los buenos se enfrentan a los malos y terminan saliendo avantes de una situación que mucho nos tiene preocupados y que en el proceso veremos persecuciones, peleas, explosiones, más peleas, más persecuciones y más explosiones que cumplen con la regla que así mismo establece.
Pareciera que es un gran mérito que la película nunca de más detalles de cómo surgen estos personajes, de cómo nacen y operan estas organizaciones criminales, tampoco establecen quién era Adam Clay antes de convertirse en un comando de esta élite secreta, como es que sin tener una identidad existe fuera de toda estructura gubernamental conocida, solo se establece que es un agente que opera bajo los términos y condiciones del grupo que lo entrenó, del que tampoco sabemos nada ni lo que han hecho.
El director David Ayer no es ajeno al género de acción, uno de sus fracasos más populares es Suicide Squad (2016) o por ser quien abrió la saga de películas de The Fast and the Furious (2001) y aquí quiere mostrarnos que parece fácil hacer cintas con esta temática y no solo se trata de dar chingadazos a lo pendejo sino que lleve una historia actual con un mensaje social en el que todos debemos de cuidarnos unos a otros sobre los fraudes y el valor de la amistad mientras que el tema de las abejas y el discurso ecológico de lo que representan se diluye por completo, es solo un mero pretexto para darle un giro a la identidad del protagonista.
El guión escrito por Kurt Wimmer (The Thomas Crown Affair, Street Kings y Point Break) tampoco es ajeno a este género, su guión carece de fuerza y del impacto necesario que la coloque en un nivel en el que lo que vemos tenga una simetría, las cosas pasan por casualidad y por beneficio del mismo, establece como regla que no importa si los personajes son establecidos o que su extrema y exagerada acción justifique los 105 min de duración, tampoco hay diálogos relevantes que den más seriedad y credibilidad, solamente se enfoca en la acción, en que la justicia para todas estas víctimas de fraudes cibernéticos es más importante que seguir la ley, en los efectos especiales que van desde el uso desmedido del CGI hasta efectos más prácticos.
Hacia su conclusión vemos que cada personaje ya actúa por cuenta propia y pareciera que estamos viendo segmentos de películas diferentes, la edición es muy dispareja lo que ocasiona que tenga más fallos de los antes mencionados, los agujeros de guión y aquí se desaprovecha tiempo que bien podían haber utilizando en dar una idea más general de las cosas con aquellos socorridos flashbacks, los agentes del FBI investigan una cosa, Clay madrea a todos sin ton ni son, los villanos intentan reestablecer su propio orden y una línea de defensa, todo esto con el fin de que si esto funciona puede haber más sagas utilizando principalmente al personaje de Adam Clay en otras misiones y si no tampoco importa porque fue una película entretenida y olvidable.
Algo más que tiene su guión es que peca de indiscreto en sí mismo, las referencias a otras cintas del género es evidente así como la recreación de escenas que nos recuerda a la saga de Mission: Impossible, The Fast and the Furious y aquellas cintas clásicas de serie B de artes marciales protagonizadas por Bruce Lee, la cinta juega a estar entre la acción y la fantasía combinada con la ciencia ficción que aborda un tema actual con un mensaje social, la mezcla de estos elementos es la que la hace muy poco creíble pero tampoco importa, el género en sí mismo no es para tomarse en serio solo es para entretener.
Es cierto que ninguno de nosotros está exento a ser víctima de un fraude así, el mensaje que trata de darnos carece de seriedad y cae más en el chiste o en la broma de que una mujer de campo no puede o no deba tener más de 2 millones de dólares en una cuenta sin ningún tipo de protección, una vez que se toma la resolución de que el personaje se suicide no dan ninguna explicación o indicio de si recuperaron o no ese dinero, se sobreentiende que si en un juego en el que tanto el director como el guionista lo dejan al criterio del espectador.
Planteando ya sus fallos podemos decir que no todo aquí es tan malo, hay secuencias de peleas muy bien coreografiadas lo mismo que las escenas de persecución, Ayer tiene un manejo muy singular sobre las tomas y lo que quiere que veamos en ellas, los constantes cortes no nos permite apreciar en su totalidad todo ese trabajo y cae en que nos preguntemos, ¿que dijo cuando dije qué dijo? Aún en estos tiempos se piensa y se tiene la tonta creencia de que esto ayuda más a que la acción se vea espectacular y no es así, simplemente confunde y nos saca de ritmo.
Todo este derroche de entretenidos errores funciona sobre su propio contexto, una fantasía sobre lo satisfactorio que sería brutalizar y matar a esta clase de delincuentes que se aprovechan de personas inocentes sin temor a ser castigados, un tema que por demás es actual pero que ha sido tratado de maneras diferentes durante décadas, ya sabemos que los gobiernos conocen de esto y no hacen nada, lo mismo los departamentos policiacos especializados en delitos cibernéticos los cuáles están amparados por una red de corrupción interminable que va desde las calles hasta las altas esferas sociales y políticas.
The Beekeeper como producto comercial es completamente ridícula y excesiva en casi todos los sentidos, y quizá es por esto que cumple con lo que promete, es pretenciosa y presume de ser algo novedoso que creen que nos hará pensar que queremos ver más de esto, habrá quienes sí y habrá quienes no la propuesta pierde todo lo interesante que pudo ser y quizá esto en otras manos tendría un resultado diferente para bien o para mal, como espectadores lo que queremos es pasar un rato agradable que nos distraiga de la cotidianidad de nuestro día a día y no somos tan exigentes en este género como en otros.
El cast lo conforman Jason Statham, Emmy Raver-Lampman, Josh Hutcherson, Bobby Naderi, Minnie Driver, Phylicia Rashad, Jeremy Irons y nuevamente decimos que hacen lo que pueden con lo que tienen, algunos más, otros menos pero el apellido Statham vende y hace números en taquilla, aquí no se necesita más de lo que pueden dar.
La música compuesta por Dave Sardy y Jared Michael Fry es justo lo que se espera de una producción como esta, cumple con la regla de ser un acompañante audiovisual sin ninguna otra pretensión que ser un buen trabajo.
En resumen, The Beekeeper es asombrosamente mala y quizá eso la haga ser entretenidamente buena, una vez más vemos lo que pudo ser y no fue, una oportunidad más perdida, algo que pretende abrir una nueva saga en el género que la ocupa sin ninguna brillantez y sustancia, algo que puede o no deleitar a los aficionados pero que está ahí pretendiendo ocupar un lugar dentro de las mejores cintas de acción.
The Beekeeper ya está disponible en salas cinematográficas de nuestro país.
Descubre más de Aztechin
Suscríbete para recibir las últimas publicaciones en tu email.