No, esto no está relacionado con el inminente estreno del documental sobre Parchís en marzo, próximo. Ni siquiera con revivir las glorias de Televicine con Lucerito, Mijares, Pedrito Fernández, Alejandra Guzmán, Garibaldi, Gloria Trevi y hasta Yuri…
Lo cierto es que aquello del documental ya se hizo en 2008, en una pieza que recogía sucesos durante el segundo reencuentro de los otrora niños, celebrando el 25 aniversario de la formación de la agrupación, y se llama La misma piedra.
Timbiriche viene al caso por el reciente estreno de la enésima versión del argumento de Perfectos desconocidos que conocimos en su versión española dirigida por Alex de la Iglesia hace un año, y el avasallador éxito de su aproximación mexicana a cargo de Manolo Caro (No sé si cortarme las venas o dejármelas largas, Elvira te daría mi vida pero la estoy usando).
El origen de esta “franquicia” se dio en Italia a inicios de 2016, con Perfetti Sconosciuti. Filippo Bologna, Paolo Costella, Paolo Genovese, Paola Mammini, Rolando Ravello nunca imaginaron que su argumento original fuera replicado tantas veces alrededor del mundo, y lo cierto es que la versión mexicana -a pesar sus terribles tráilers- aporta algo a lo ya manoseado.
Tener 5 actores con suficiente cartel en el cine mexicano – que cada uno pudiera estar protagonizando su propia película- es un buen inicio aunque también podría haber sido la receta para el desastre. Por supuesto, la cinta está hecha para el lucimiento de Cecilia Suárez, que ha sido la actriz fetiche y parte fundamental del éxito del director.
Los valores de producción están al nivel de la producción nacional, y tomando en cuenta que prácticamente toda la acción sucede en sólo un set, eso facilita las cosas. Las aportaciones al argumento no se ven forzadas y ayudan a que el publico conecte genuinamente con la trama -¡Vamos, no es que nadie fuera a buscar el sentido de la vida!-; pero tal vez lo más relevante es el uso de canciones ampliamente conocidas para redondear la acción.
Sí ya sé. Yo también odié el tráiler musicalizado por Besos de ceniza, y hasta pudiera ser un spoiler de la trama. Pero hacer que todas las canciones que aparecen en la trama pertenezcan a la discografía de Timbiriche, pero que además se haga de una manera medida, viene a finalmente redondear el aspecto kitsch que no siempre logra Caro.
En resumen, entré a ver la película sin ninguna expectativa y salí sorprendido. Si no te has topado aún con alguna de las versiones originales esta es una buena opción para no quedarse fuera de la conversación.
Descubre más de Aztechin
Suscríbete para recibir las últimas publicaciones en tu email.