Corea del Sur ha estado muy activa en cuanto a películas sobre zombies se refiere, desde que Train to Busan consolidó este género en ese país, las nuevas producciones han retomado el tema y lo han explorado más a fondo desde diferentes perspectivas.
Netflix estrenó en su plataforma, #Alive, una película dirigida por Cho Il-hyung que se adapta a la situación actual de encierro y cambia al COViD-19 por un virus que transforma a la gente en muertos vivientes.
¿De qué va la película?
Joon-woo (Yoo Ah-in) es un joven streamer que se encuentra solo en su apartamento hasta qué los gamers con quiénes juega online empiezan a comentar un raro suceso, al parecer hay gente que está matando y comiéndose a otras personas. Posteriormente se da cuenta gracias a la información que ve en los noticieros, que es algo contagioso, volviéndose la situación más crítica con el paso de las horas.
Desde su propia ventana es testigo de lo que sucede en el estacionamiento de su edificio, es por eso que decide encerrarse y sobrevivir el mayor tiempo posible, teniendo una comunicación limitada y no sabiendo nada de su familia ni de las personas que tenía como vecinos. El terror va invadiéndolo poco a poco conforme pasan las horas y los días, la falta de agua y alimento son otro problema hasta que es contactado por Yoo-bin (Park Shin-hye) una chica que vive en los apartamentos del edificio de enfrente y juntos tratarán de sobrevivir a un encierro, a una pandemia desconocida y a el peligro latente que los rodea.
En cuanto a la historia, llama bastante la atención. Tenemos al protagonista cuya familia quedó atrapada en otro lugar y él se las tiene que arreglar para sobrevivir. Es interesante como el director hace un estupendo trabajo al mostrarnos esa imperiosa necesidad que tiene el protagonista de seguir su vida normal e irresponsablemente, como si todavía no entendiera la gravedad de su situación, parece correcto y hasta adecuado para un personaje con un perfil definido que desde los primeros minutos de la cinta nos hace ver como es su estilo de vida, sin embargo, lo que hace que #Alive sea cautivante se va perdiendo a medida que avanza la película terminando por tomar un camino más sencillo, genérico y predecible.
La película está basada directamente en Alone del director Johnny Martin y en la francesa, La nuit a dévoré le monde de Dominique Rocher.
Se reconoce la labor de edición porque hay momentos con mucha adrenalina, una trama que a momentos es dramática con personajes muy simpáticos y zombies muy bien caracterizados lo que le da otro punto a favor al cine coreano al demostrar lo que pueden hacer con este género en particular. con su propuesta fresca que no pretende ser algo en serio, con una situación de encierro muy actual y con zombies de por medio, pareciera que su poster promocional juega con la situación riesgosa de las selfies pero nada más allá de su terrible realidad.
La trama por momentos nos recuerda lo sucedido en Train to Busan y pareciera que el guionista juega con eso al ponernos en una posible situación de que las 2 películas comparten un mismo tiempo y espacio con una pandemia con las mismas características.
El maquillaje logra hacer muy bien su trabajo y son los actores quienes terminan de darnos esa sensación de horror y peligro. En este caso, los zombies se comportan de una manera errática pero que también parecen funcionar como una comunidad primitiva que ataca en jauría, el único detalle que no se aprecia de manera correcta en este trabajo es que estos seres recuerdan tareas y cosas de su “vida pasada” que no va más allá de ser una excusa para complicar la trama y permitir cosas que de otra manera no tendrían ningún sentido.
Aun así, la caracterización es tan buena que da más pavor que los zombies norteamericanos y se debe a que quienes tienen este peculiar papel le dan un toque único.
La trama falla en mostrarnos que el deterioro psicológico y el uso de redes sociales a las que hace alusión desde un principio son opacados por situaciones que más allá de ser necesarias para concretar más la trama, se sienten repetitivas y ya vistas, entretiene pero le quita toda emoción porque para la mitad de la película como espectador ya tienes asumido y el giro final no sorprende y se siente muy forzado lo que no combina en nada con la idea inicial.
En conclusión #Alive termina siendo una película muy básica y hasta palomera para pasar el rato, al principio llama mucho la atención y engancha pero al final termina siendo una película más de zombies que al final nos da el mensaje del uso responsable de las redes sociales.
Esperemos que en futuros trabajos se centren más en contar de dónde vienen las cosas y no dejarnos a los espectadores con la tarea de imaginar las situaciones, porque parece que es más cómodo hacerlo de esta manera que concretar ideas que enriquezcan la trama y la hagan más interesante, en vez de hacernos perder el tiempo con escenas de relleno y situaciones que no llevan a ninguna parte.
La película ya está disponible en Netflix desde el pasado 8 de Septiembre.
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