Hace unos días cuando me enteré del fallecimiento de George Michael lo primero que me vino a la mente fue la canción Faith de su disco homónimo de 1987.
Y pues no me pegó la letra literal, pero el espíritu general de la rola de tener confianza en uno mismo y chance en algo más grande que nosotros.
Viene al caso porque, precisamente esa tarde había visto una película que al parecer no corrió con la confianza de los exhibidores. La cinta en cuestión se titula Risen, y aparentemente tuvo una muy limitada corrida comercial en nuestro país bajo el título de La Crucifixión de Cristo.
Entiendo que a pocos se le haya ocurrido la idea de meterse a ver una película con ese título tan de catequesis, falda a la rodilla y suetercito; y hasta ahora me pongo a pensar cuánto daño nos han hecho esas películas que explotan la religión y llaman a las beatas, y parecieran producidas por alguien cercano a Eduardo Verastegui.
Y es que Risen es una película muy interesante, con grandes valores de producción como estar filmada en set reales, una concepción artística realista de un dogma que podemos aceptar o no, pero que habla de la importancia de aceptar la esperanza en nuestra vida.
Joseph Fiennes y Tom Felton llevan la carga actoral, recordamos al primero como Shakespeare en la acreedora al Oscar como mejor película de 1999, dónde se enamora de una (entonces) adorable Gwyneth Paltrow; y el segundo es ni más ni menos que el higadito de Draco Malfoy, en la saga de Harry Potter.
La historia se centra en Calvius, un militar romano de alto rango al que Poncio Pilatos le encarga investigar la desaparición del sepulcro del cuerpo de Jesús. Calvius al ser devoto de los dioses romanos tiene que cuestionar sus propias creencias ante lo que se presenta a sus ojos y lo que toda la vida ha defendido: El Imperio Romano.
Sin duda representa una muy buena manera de reconciliarse con este tipo de cine, se encuentra disponible por HBO GO.
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