¿Por qué todo mundo está hablando de Mindhunter?

Hace un mes se lanzó sin mucho ruido una nueva producción original de Netflix, pero poco a poco ha empezado a cosechar muy buenas críticas y cuando uno se acerca a ella es imposible dejar de notar sus logros.

Mindhunter, es una serie creada por Joe Penhall, cuyos puntos aureos de su currículum se limitan a haber escrito el guión de la película basada en la novela de Cormac McCarthy – que no tiene nada que ver con Pedro Sola-, The Road, en la que Viggo Mortensen buscaba la manera de sobrevivir junto con su pequeño hijo en un mundo post-apocalíptico.

La serie retrata la incorporación de la psicología como parte integral en la comprensión del crimen por parte del FBI, y está basada en las memorias de uno de los agentes involucrados. Toma lugar durante los años 70’s y durante los capítulos podemos ver el proceso reflexivo de dos agentes y una psicóloga que tratan de generar un entendimiento de los asesinos seriales (incluso acuñar este término), mediante entrevistas con criminales condenados para entender sus motivaciones, sentimientos, antecedentes comunes,etc.   

Involucrado en el proyecto está también David Fincher, un viejo apasionado del tema al que le debemos cintas como Se7en o The Zodiac, y que funge como uno de los productores y dirige 4 de los 10 episodios de esta primera temporada.

Los logros de los que hablo en el primer párrafo son una narrativa con un ritmo intermedio, muy distinto a los que acostumbramos ver en las series, ni vertiginosos ni reflexivo, y con unos destellos de estilo narrativo muy particulares que seguramente empezarán a imitar otras series; su diseño de producción es impecable, por supuesto la psicología de los personajes es un punto a favor y si bien no es sorpresiva, es poco predecible y te deja queriendo saber más.

El reparto está lleno de caras poco conocidas, encabezadas por Jonathan Groff – Glee, Looking – que viene a romper con el mito de los actores fuera del clóset no pueden crear personajes heterosexuales creíbles.