Reseña Película Better Man: La historia de Robbie Williams
Robbie Williams

Reseña Película Better Man: La historia de Robbie Williams

Better Man: La historia de Robbie Williams es entretenida, musical e inconscientemente audaz

Las biografías y documentales inspirados en celebridades llama mucho la atención del espectador, por un momento vemos la vida y obra de quienes han hecho aportes a la industria del entretenimiento con sus lados buenos, malos, trabajos destacables y otros que no han sido lo suficientemente arriesgados para ir más allá de lo que se espera.

La música en este rubro ha jugado un papel muy importante, Elton John, Freddie Mercury, John Lennon, Amy Winehouse, Elvis Presley, The Doors, Kurt Cobain, Whitney Houston, Michael Jackson, Madonna y hasta Selena son algunos de los muchos artistas cantantes que han mostrado más de ellos mismos en estos proyectos.

En 2024 uno más que se une a la lista de cintas biográficas es Better Man del director Michael Gracey y que nos habla sobre la vida del cantante Británico Robbie Williams quién aquí es retratado como un chimpancé antropomórfico con imágenes generadas por computadora.

Un viaje a través de las canciones y la vida de este artista que ha tenido momentos muy buenos y otros muy polémicos.

¿De qué trata la película Better Man?

El cantante británico Robert Peter Williams cuyo nombre artístico es Robbie Williams alcanzó la fama y el éxito como miembro del grupo de pop Take That del año 1990 a 1995, después de esto logró un mayor éxito comercial con su carrera como solista a partir de 1996, pero la historia bajo los escenarios puede ser otra con menos éxitos, un análisis arriesgado sobre las experiencias que dieron forma para convertirse en una estrella del pop tanto dentro como fuera del escenario.

Su carrera artística comenzó con aquella boyband británica tipo menudo, tras el éxito obtenido decidió abandonar al grupo y hacer algo nuevo como solista, su primer sencillo fue un cover de la canción Freedom del ya fallecido George Michael, tanto como miembro de la banda como en solitario su vida ha estado rodeado de polémica, sus constantes agresiones a la prensa y su adicción al alcohol y las drogas lo hacían verse como el chico malo del pop, entonces, estamos ante un fenómeno que normalizaba este tipo de actitudes, muchos pensaron y aseguraron que esta faceta de su personalidad era solo un personaje más pero la realidad era completamente diferente.

Better Man trata sobre el abismo entre cómo lo ve la gente y cómo se ve él mismo, las formas en que sus propios demonios personales y su poca claridad mental se interponen en el camino de disfrutar del éxito que le costó su propia ferocidad. Como cinta documental explora los aspectos más importantes de su vida que van desde una infancia dura, ya que su familia perteneció a la clase trabajadora, la figura paterna que todo desaprobaba y minimizaba, el sexo, las drogas y la presión de ser una figura pública crean y deshacen mitos al rededor de ellos, en los primeros minutos de la película, Williams en una voz en off nos plantea con una frase lo que vamos a ver “Quiero mostrarte cómo me veo realmente a mí mismo” y lo veremos en la figura de un mono antropomórfico representado en un CGI que a momentos se ve espectacular y en otros carece de encanto pero siempre con los ojos la mirada de Williams.

En algunas entrevistas Williams se ha referido a sí mismo como un mono actor y un poco menos evolucionado que el resto de su generación, en su vida real y como el miembro más joven y más atrevido de Take That fue conocido por sus payasadas públicas y su bien documentada historia de consumo de drogas y fiestas, lo que encanta de este trabajo es que su director Michael Gracey se toma las cosas en serio, la descripción y representación videográfica de esta estrella del pop es que constantemente se siente atrapado en sí mismo y cada gesto nos confirma esa disonancia.

Los efectos especiales con captura de movimiento de Jonno Davies hace que el Williams que vemos en la pantalla, sea una mezcla de la fantasía y lo real, un punto medio entre el hombre y un instinto más animal, cada momento está estructurado para que veamos una evolución, muy pocas veces actúa y se viste como una persona pero las suficientes para que podamos entender la naturaleza de lo que quiere mostrar, la película en sí misma permite que un angustiado y desesperado Williams emita chillidos aullantes o hinche el pecho.

Este proyecto va armándose de poco a poco hasta encontrar el equilibrio correcto entre el naturalismo de una persona y sensacionalismo que da el estrellato, algunas escenas se desarrollan como una película de drama que cambia de secuencias a un musical hiperactivo y exuberante que recontextualiza las letras profundamente personales de sus canciones para marcar muy específicamente puntos altos y bajos de su vida, por ejemplo vamos de las secuencias íntimas y personales a secuencias de acción, entre ellas, su expulsión de la boy band por sus constantes excesos, así como la persecución en un auto, la imagen de Williams ahogándose en un lago mientras que está rodeado de paparazzis sin prestarle ayuda o su presentación en Knebworth que representó uno de los puntos más altos en su carrera.

O bien tenemos el punto que más llama la atención y que como audiencia esperamos, es la interpretación de Rock DJ en una secuencia que nos va llevando a través de varias épocas de su carrera y vida artística, el ascenso de Take That con cientos de bailarines llenando Regent Street mientras pasa de un cambio a otro de vestuario que va formulando la pregunta de ¿en qué va a terminar todo esto? Si bien cada musical tiene su propia personalidad es este el que más destaca no solo por la canción sino por la letra que va transformando todo el entorno y lo adapta a su protagonista representando las carencias de su éxito.

Gracey como director junto con los guionistas Simón Gleeson, Oliver Cole y Michael Gracey intentan hacer algo más profundo que solo burlarse de Williams, refuerzan la imagen autocrítica que el cantante tiene de sí mismo hasta su conmovedora escena final, su narración en una voz en off insiste en que su éxito se debe simplemente a ser la representación artística y decadente del cabaret más extravagante en Gran Bretaña, cada cosa ha sido cuidada y supervisada por el propio Williams que además es productor ejecutivo en este documental, esto le da la facilidad de exponer los puntos más simples y los más arriesgados.

No se trata solamente de un auto homenaje servil también es una película que aboga constantemente en recordarnos visualmente el autodesprecio de su protagonista hacia sí mismo y hacia una industria que no entiende ni lo entienden y la percepción que tiene el mundo sobre él transmitiendo un mensaje moral inquebrantable en un discurso muy subliminal sobre que hay que tener claro lo que queremos y hasta dónde podemos llegar, la valentía, la autoestima, la amistad, el amor, los excesos y sus consecuencias, el poder lidiar con problemas personales y de cómo las cosas más simples de un día a día se vuelven muy complicadas al ser una figura pública y perder toda intimidad y privacidad.

El fallo que veo y que tiene como documental es que va perdiendo personalidad cuando imita los patrones estructurales de otras películas biográficas musicales, el ascenso, la caída y finalmente la redención mientras va forjando una identidad musical, encuentra y pierde el amor y vuelve a ser el centro de atención lo que nos resulta muy repetitivo y en momentos hasta aburrido, lo que queremos ver para alimentar ese morbo de saber cómo ha sido su vida es retratado con pensamientos intrusivos que lo miran desde esa gran multitud que lo acosa y lo llena de dudas sobre sí mismo, se plantea que encontró un poco de falso consuelo en el alcohol y la cocaína para disgusto de su novia Nicole Appleton (Raechelle Banno) este período oscuro es tratado como tal y sin tantos adornos pero que en momentos rompe con la narrativa y transforma estas escenas en algo dramático y con una profundidad pretenciosa cayendo en el cliché de pobrecito y de que tenemos que justificar y entender su proceder.

Por lo demás, la película es en su mayor parte la historia telenovelesca del pobre que se hace rico y no puede controlarlo, lo que le ayuda a no caer en lo común y simple es el hecho de sus efectos especiales, que sea un mono en vez de un Williams real es lo que la salva y la hace un poco diferente a las demás, este concepto trata de brillar y de beneficiarse a sí misma, ser algo más espectacular de lo que se cuenta y funciona de manera limitada, el acierto que tiene es que se supone y dan a entender de manera clara que ese mono que representa a Williams solo él puede verlo en sí mismo y que nosotros como audiencia vemos lo real y no se trata de que esto sea lo que robe cámara sino de todo lo que está alrededor.

No negamos que su director ya tiene experiencia en este tipo de trabajos como Moulin Rouge (2001) y The Greatest Showman (2017), su visión es casi perfecta de lo que quiere mostrar, las secuencias y escenas que vemos en Better Man son más del tipo que se inclina hacia lo simple de un video musical sin tener que preocuparse por tomas arriesgadas o que sean más cinematográficas, es simplemente la reinvención de lo ya hecho.

Al final de todo no sabemos hacia dónde quiere llegar este proyecto, cuál es la intención de que veamos todo lo que sucede, esto no queda ni definido y al final tampoco importa Williams y Gracey nos dan un musical biográfico con éxitos musicales muy disfrutables y muy bien coreografiados que se entrelazan con una historia de fama y excesos en un concepto nuevo pero nada más, algo que fue hecho para vender discos y que su protagonista siga vigente en el gusto musical de propios y extraños pero que al final carece de esa chispa que pudo hacer de esto algo mucho mejor.

La banda sonora original fue compuesta por Batu Sener.y en conjunto con las canciones de Robbie Williams que aparecen en la película son Feel, I Found Heaven, Rock DJ, Relight My Fire, Come Undone, She’s the One, Something Beautiful, Land of 1000 Dances, Angels, Let Me Entertain You, Better Man, My Way y la nueva composición y sencillo Forbidden Road, reinterpretadas por Carter J. Murphy , Steve Pemberton, Tom Bales, Adam Tucker, Kayleigh McKnight y el mismo Williams son el marco perfecto para dar el hilo conductor y emoción del momento a lo que vemos en la película.

En conclusión Better Man no es más que un proyecto ambicioso que muestra la faceta ya conocida de un Robbie Williams artista que se drogaba, saboteaba todas las relaciones importantes de su vida, atravesaba dolorosas crisis de adultez con su pareja y que no pudo tener en América el mismo éxito que tuvo en Asia y Europa, una película entretenida e inconscientemente audaz que satisface el morbo de propios y extraños pero que vale la pena de ver.

Better Man estará de estreno el 27 de febrero en salas cinematográficas de nuestro país. Cinepolis y Cinemex.


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