Las películas mexicanas han abordado diferentes y muy variados temas a lo largo de su historia, algunas muy buenas producciones y otras que se quedaron en el intento de solamente entretener.
Cuando hablamos de “basado en hechos reales” bien sabemos que lo que se cuenta y se describe lleva una parte de ficción que hace que las cosas sean más digeribles para el espectador, un caso que puede o no funcionar y depende mucho de lo que se quiera contar.
Mucho se ha dicho que el cine mexicano vive hoy su mejor momento pese a todos los problemas que ha tenido, llevando a la pantalla grande nuevas ideas y nuevas propuestas, una renovación que ha beneficiado a la industria de manera parcial sin llegar a explotar aún todo su potencial.
La Caída es una producción que retrata lo que hay detrás del deporte y lo que sucede alrededor de aquellos atletas que buscan la oportunidad de llegar a ocupar un lugar en competencias internacionales demostrando que en nuestro país no solo hay talento artístico sino también deportivo.
Ganó el Emmy como mejor película para televisión y mejor actuación femenina.
¿De qué va la película?
Mariel (Karla Souza) es una clavadista con sueños de grandeza que poco a poco sucumbe a los deseos de fama y éxito, obtenerlos no será nada fácil siendo veterana en esta disciplina deportiva y es su última oportunidad de participar en los Juegos Olímpicos, cuando una terrible verdad sale a relucir se verá obligada a enfrentarse con su propio pasado.
Es cierto que no todo lo que brilla es oro y que las cosas no siempre son lo que parecen, esta cinta ha causado polémica por estar basada en un hecho real que han vivido muchos atletas a lo largo de sus carreras para llegar a cumplir un sueño, una meta, un propósito pero, si a esto le agregamos toda la corrupción que hay alrededor de quienes organizan y son responsables del deporte mexicano entonces las cosas cambian.
La reconstrucción del caso sucedido en 2004 puede tener un alcance indeterminado sobre todo en estos tiempos en el que el escándalo tiene ya una normalidad en la que todo forma parte de un entretenimiento morboso en el que este tipo de escándalos sirven más para esto que para denunciar abusos.
Los hechos adaptados tienen una variante que hace que todo lo que vemos sea disimulado o sea tratado de una forma semi anónima para empezar su protagonista no lleva el nombre real de Azul Almazán sino el de Mariel una destacada atleta del trampolín que tras varios intentos está a punto de calificar para los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, cerca de sus 30 años es considerada una veterana y se enfrenta a lo que es su última oportunidad para demostrar que con sus años de experiencia puede soportar la presión de los entrenamientos y poder conseguir una medalla.
Esos deseos de fama y éxito tienen un precio a pagar, no solo es el hecho de que se entrene y se tenga la disciplina necesaria y mucho menos una meta personal y profesional, es el hecho de lo que hay detrás y de la burocracia de los organizadores, de una manera muy general y global podemos ver a lo que se enfrentan estos atletas deportivos, impera la ley del más fuerte o en este caso del que tenga más influencias en altos círculos lo que les permite la oportunidad de calificar para un lugar en una de las más altas competencias a nivel mundial, obviamente esto no garantiza que ganen y mucho menos que por el hecho de participar se les reconozca de la manera que merecen.
Lo que podemos ver en los primeros minutos es la presentación de los personajes, conocemos sus limitaciones, sus problemas médicos, sus malos hábitos pero también su determinación para clasificar y competir, como es de esperarse la situación se complica aún más para su protagonista cuando su compañera de rutinas en trampolín para las especialidades combinadas en las que van a competir se lesiona y le es asignada un reemplazo, Nadia (Deja Ebergenyi), una adolescente con un gran potencial y de la que se espera un brillante futuro en los clavados.
La diferencia de edades descontrola a Mariel que de una o de otra forma ve reflejada su vida en sus inicios deportivos en su compañera, esa ilusión, ese temperamento temerario de “yo puedo con todo y con todos” esa fuerza y energía que tiene pueden resultar apabullantes para un adulto que está por terminar un ciclo sin haber hecho nada, la verdadera competencia no es calificar para los Juegos Olímpicos sino estar a la par de su nueva compañera, hay cosas muy evidentes en la relación que llevan, no hay una química personal que las identifique como amigas cada una compite con la otra, vemos del lado frustrado de la juventud que aspira a algo mejor que a ser compañera de una veterana.
Como dije antes, no todo es lo que parece el verdadero conflicto en la historia es cuando se revela algo estremecedor, la madre de Nadia acusa a Braulio (Hernán Mendoza) quien es también el entrenador de Mariel de abusos sexuales, Mariel empieza a vivir con el dilema de callar o denunciar, sabemos que este hombre es talentoso en lo que hace y que puede darle el ansiado pase a calificar para los Juegos Olímpicos pero también sabemos que es un manipulador de mierda y déspota en su trato, también se revela que él cuenta con la protección por parte del comité olímpico mexicano quienes sirven de tapadera para sus actos de abuso.
Algo que hay que reconocer de este proyecto es su narrativa, paso a paso va mostrando y revelando la hipocresía y la corrupción en la que vivimos actualmente en donde la sociedad nos ha hecho creer que debemos sacrificar parte de nuestra vida con tal de tener un poco de reconocimiento ya sea de familiares, amigos, nuestra pareja o incluso en el ámbito laboral, las redes sociales han jugado un papel muy importante en esto, sabemos de los retos que han hecho varios jóvenes y que les ha costado hasta la vida por destacar en un mundo virtual competitivo en el que demostrar que somos mejores que los demás a manera de “likes” es lo más importante.
El guión escrito por Lucía Puenzo, Tatiana Mereñuk, Monica Herrera, Samara Ibrahim y María Renée Prudencio, no se va por el lado del feminismo como se podría pensar, esto pretende ser una denuncia y una visión muy limitada de los hechos verídicos, una denuncia a todos aquellos que piensan que una mujer veterana en el deporte ya no es capaz de ser tomada en cuenta para competir y no por su género sino por su experiencia en un deporte, lo que buscan es que muchas mujeres que han pasado por abusos sexuales se sientan identificadas con este conflicto, pretende ser un catalizador motivador para que se denuncie y eso aquí funciona muy a medias, como historia tiene potencial pero es el mismo guión el que entorpece el desarrollo porque una vez más vemos que no se arriesga en contar las cosas como son.
Durante la primera mitad de la película ya sabemos quien es quien y lo que ha sucedido, hay una denuncia en contra el entrenador de Nadia y Mariel, dando como resultado que habrá consecuencias, que a Braulio lo respalda su gremio aún cuando más de uno saben qué es culpable, luego vemos la presión y la degradación a la que es sometida la madre de Nadia hasta que finalmente cede y se retracta de lo dicho para no perjudicar más la imagen deportiva de su hija ni la de su compañera que más que ser eso ve en lo sucedido una oportunidad para seguir estando a la cabeza de esta dupla.
Hacia su final vemos que Mariel decide enfrentar sus traumas y ve la realidad tal cual es, al final no es tan importante ganar una medalla, ni participar en las Olimpiadas, lo importante aquí es ser íntegro como persona y atleta, un final más que predecible para su protagonista pero no para su antagonista que no sufre de ninguna consecuencia por sus abusos, lo que hace frustrante para nosotros como espectadores que no se haga nada al respecto y que gente mierda como esa siga haciendo lo que hace respaldado por otras mierdas como él y lo peor, que ponen al deporte mexicano como algo secundario que no merece un reconocimiento a nivel mundial.
La directora Lucía Puenzo hace un buen trabajo muy a secas, quedamos nuevamente a medias al momento de presentar lo más fuerte de este conflicto, uno de los grandes fallos es que ya sabemos lo que sucede desde la sinopsis y el trailer y cuando eso es presentado en la cinta ya no sorprende porque tampoco está manejado de una manera en la que podamos pensar que eso está mal, por un lado lo del abusivo entrenador, por otro el de la víctima y por último la que sabe todo y calla, todo sucede en un marco de normalidad en el que podemos pensar y preguntar “ahh ok ya abusaron de ella pero, ¿sí van a ir a las Olimpiadas o no?” toda esta parte de la historia que es fuerte en sí misma y que tiene un gran potencial de desarrollo cae como en muchas otras producciones de su tipo en el morbo y aquí ya no nos importa si sufrieron o no, si hubo consecuencias o no, lo que queremos es ver a alguien que estaba arriba y que ha caído para nuestro deleite y entretenimiento.
Es equivocado el mensaje que lleva porque más que denunciar todo se va transformando en un circo en el que lo que importa es ver que a alguien le ha ido mal y compararlo con nuestras propias vidas, algo que ni la directora ni sus guionistas tomaron en cuenta al momento de estructurar un trabajo en conjunto que tuviera un fin común y que se presentaran las cosas con el debido respeto que merecen, se nota que evitaron caer en lo morboso a toda costa y que eso al final no funcionó, como audiencia somos más críticos y difíciles en lo que al cine que se produce en nuestro país se refiere, podemos ser muy hipócritas y permisivos con cintas extranjeras pero criticamos lo que aquí se hace tildandolo de malo o mediocre aunque esto tenga una muy buena calidad.
Poco se habla aquí de las consecuencias del abuso, bien sabemos que causó traumas pero que no se explora en su totalidad, no es atrevida en ese sentido, creo fielmente que para llevar una historia con un tema como este se debe tener una visión muy amplia de las cosas tomando en cuenta al público al que va dirigido, no todos entendemos ni comprendemos el alcance que esto pueda llegar a tener y por supuesto a herir susceptibilidades, o se hace cómo se debe o mejor no se hace porque una y otra vez hemos quedado a medias o se equivocan los mensajes.
La actuaciones son convincentes, hemos de reconocer que Karla Souza ha evolucionado mucho como actriz y que aquí el papel de Mariel le queda corto para su capacidad histriónica, sabemos que en su caso muy particular pudo haber dado más en un guión mejor estructurado y con una dirección más determinante, por el lado del antagonista Hernán Mendoza demuestra con su talento que es perfecto para este personaje y se confirma una vez más que es uno de los mejores actores que ha dado nuestro país pero que igualmente queda muy por encima de su propia historia y es aquí donde vemos que estos 2 actores están sobre calificados para representar a estos personajes que existen en la vida real con otros nombres pero que han sido tratados de una manera muy blanda por su directora y por un guión que cae a ratos en lo mediocre y aburrido.
El elenco lo complementan Dèja Ebergenyi, Fernanda Borches, Claudia Lobo, Enrique Singer, Mabel Cadena, Christian Vazquez y María Renée Prudencio quienes hacen lo que pueden con lo que tienen y que resultan convincentes en un nivel muy básico, puesto que cada uno de ellos pudo haber desarrollado más a sus personajes si (volvemos al punto) el guión fuera más sólido y estuviera mucho mejor estructurado.
La música compuesta por Mauricio Gonzo Arroyo tiene sus momentos pero que queda muy por debajo de lo esperado, si bien las piezas son buenas tampoco tienen el impacto suficiente cuando se necesita contar o revelar algo que impacta en la trama.
En conclusión, La Caída es una cinta que pretende llevar un mensaje pero que se equivoca al momento de plantearlo, una cinta que entretiene por el morbo más que por su trasfondo, una cinta que se queda a medias entre lo que pudo ser y lo que es, una cinta que no logra destacar su conflicto principal que se ve opacado por otras subtramas que nos parecen más interesantes.
La Caída ya se encuentra disponible en Prime Video.
Descubre más de Aztechin
Suscríbete para recibir las últimas publicaciones en tu email.