Reseña de Eiffel desafía la gravedad de sus elementos

Reseña de Eiffel desafía la gravedad de sus elementos

Uno de los monumentos más representativos en la historia moderna es sin duda la Torre Eiffel, misma que se ha convertido en un icono cultural mundial de Francia y una de las estructuras más reconocibles del mundo, por su diseño, su ubicación, por lo romántico que esto pueda resultar.

Voltear la mirada a este tipo de grandezas nos hace preguntarnos ¿cómo fue que la construyeron, quiénes estuvieron implicados, qué herramientas usaron? si tomamos en cuenta que esto sucedió a finales del siglo antepasado las cosas no eran como ahora pero que contaban con su rasgo de modernidad.

Pero, ¿qué hay de Gustave Eiffel? el ingeniero civil que estuvo a cargo de semejante proyecto que si bien deslumbró con su propuesta tuvo muchos problemas para poder realizar algo que estaba más allá de los sueños de cualquiera, el director Martin Bourboulon estrena una cinta en donde podemos conocer más de su creador y su obra.

¿De qué trata la película?

Una vez terminada su colaboración con la Estatua de la Libertad, el ingeniero Gustave Eiffel (Romain Duris) está en la cima del mundo y es reconocido por todos, ahora el gobierno francés le presiona para diseñar algo espectacular que pueda ser exhibido la Exposición Universal de París en 1889 pero Eiffel, no está interesado en más trabajos a gran escala, todo cambia cuando conoce a Adrienne Bourgès (Emma Mackey) juntos iniciarán un romance clandestino y prohibido que servirá como inspiración para cambiar la imagen de París y construir algo que esté a la altura de ese amor.

Podríamos pensar que estamos ante el típico trabajo romántico con la estructura propia del género viendo como estos 2 personajes desarrollan situaciones y sub tramas que concluirán en el eterno cliché de “y fueron felices para siempre…” aquí eso no pasa, si bien sus guionistas y su director respetan las reglas también juegan con ellas y le dan un giro diferente, no es solo ver besitos y abracitos que rayan en lo cursi sino presentarnos algo que está basado en un hecho real y no me refiero al ridículo romance sino a la construcción de algo que es icónico hasta nuestros días.

Eiffel como película, es un meloso drama romántico, una historia sin sorpresas que tiene como fondo la construcción de la Torre Eiffel. Siendo honestos la parte romántica no parece creíble dado lo que conocemos de la época donde cada regla impuesta para hombres y mujeres era inflexible, estamos ante una sociedad ultra conservadora de los valores familiares, de la reputación de sus miembros acorde a su estatus social.

La trama es sencilla como primer paso nos ubica desde que Eiffel es honrado y reconocido por su contribución a la Estatua de la Libertad, lo que él quiere ahora es diseñar un sistema de transporte eficaz para una ciudad que está en constante crecimiento, con vías a ver hacia el futuro quiere construir un tren subterráneo pero estos planes tendrán que esperar ya que por su talento se ve obligado a crear una estructura para una Exposición Universal que se llevará a cabo en París en 1889; no está seguro de estar preparado para tal desafío por todos los problemas a resolver que esto implica empezando por lo alto de su costo y los recursos humanos que se necesitarían, mientras trabaja en la construcción de un puente uno de los trabajadores cae al agua y es salvado por Eiffel un evento que no pasa desapercibido para quienes lo están viendo, una noche es invitado a una cena donde conoce a una mujer que rompe con todo lo que conocía, su belleza y su forma de pensar hacen que cambie de opinión sobre el proyecto, audazmente empieza con los bocetos del diseño para presentarlos a un concurso donde el ganador será el que lleve a cabo la obra bajo el patrocinio del gobierno francés, como es de esperarse el suyo resulta ser el ganador, la construcción de la torre no es tan fácil como cualquiera de la época podría creer, todo ese entusiasmo y felicidad se va acentuando a manera que se va desarrollando a fondo el proyecto que implica una investigación exhaustiva, millones de francos dispuestos y el amor de una mujer.

Mientras esto sucede comienza una relación con Adrienne, hija de una familia adinerada que buscan lo mejor para ella pero, no cuentan con que la chica se ha enamorado del ingeniero que a pesar de su reconocimiento y fama no son suficientes para pertenecer a este status social, al darse cuenta de que si bien los burgueses aman su trabajo y lo que ha hecho no lo aceptan y reconocen como uno de ellos, cuando la clandestina y prohibida relación queda expuesta sale a la luz un embarazo fuera de la santa institución que es el matrimonio, para evitar el escándalo y la condena de esta sociedad deciden alejarlo de él.

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Años más tarde y sin explicación alguna de los hechos, Eiffel es un viudo que ve en su hija mayor Claire (Armande Boulanger) ese apoyo moral que necesita para salir adelante como persona, como hombre, como padre y como ingeniero, cuando la obra ya está avanzada en su primer nivel Adrienne vuelve repentinamente a su vida pero  ahora es una mujer casada con uno de los compañeros de universidad de Eiffel, el influyente y famoso periodista Antoine de Restac (Pierre Deladonchamps) con quién entrará en conflicto y competencia no solo por lo vivido en los años escolares sino por el amor de su mujer.

Si bien el romance es la base de esta historia en cuestión, esta es una película que no pretende caer en ningún tropo Hollywoodense sino que va haciéndose de su propia personalidad más acorde con el cine europeo alternativo pero que la pone por sobre otras producciones especial, nadie retrata el romance y la pasión en la pantalla como los franceses y más tratándose de uno de sus grandes personajes, sin embargo, lo que sorprende son esos giros en el guión que rompe su ritmo y nos presenta otra cosa en paralelo, la planeación y la construcción que parecería que pertenece a una cinta muy aparte de lo que estamos viendo.

Es evidente que los guionistas Caroline Bongrand, Thomas Bidegain, Natalie Carter, Martin Brossollet y el mismo Martin Bourboulon aportan algo muy preciso de la historia real a este trabajo, la explicación sencilla pero efectiva de cómo se eligió el terreno donde se llevaría a cabo la construcción, los problemas del suelo y de cómo solucionarlos ante el peso de la misma, de la elección de los trabajadores y sus derechos como obreros, de los fondos en miles de francos que se requerían para la construcción, los problemas a los que se enfrenta, la mala publicidad por parte de la prensa, una repentina huelga, una comunidad preocupada por los resultados que está en contra del proyecto, el vaticano que ridículamente comparaba la torre con la catedral de notre dame, el descubrimiento de una infidelidad, todos estos elementos se mezclan perfectamente bien en una línea narrativa que si bien no tiene todo lo efectivo que pueda ser sí nos ubica el lo que quieren que sepamos y veamos.

Por su parte el director Martin Bourboulon (Papa ou Maman) estructura la visión de esta como una narración audiovisual de dos historias en diferentes puntos de la vida de Eiffel, algunas películas que intentan hacer esto pueden terminar sintiéndose torpes y muy poco creíbles sin quitarles lo entretenido y eso aquí no sucede, Bourboulon juega mucho con estos 2 elementos y pasa muy fácilmente del romance a la ficción a lo histórico y al drama sin que la cinta pierda ritmo y hace que las cosas se vayan desarrollando con fluidez sin dejar de lado ese elemento importante, las emociones humanas, es brillante como manifiesta por medio de su protagonista la desesperación y la tristeza que ensucian la vida de Eiffel, es casi imposible como espectador no sentirse atraído por lo que vemos y simpatizar con ello.

La elección de su protagonista es uno de los puntos más altos que tiene este trabajo, desde sus primeros minutos vemos como Romain Duris con toda esa preparación que tiene se convierte totalmente en Gustave Eiffel y su actuación lo demuestra, desde esas escenas de amor arrebatadoras y tan bien filmadas y planteadas hasta aquellos momentos de depresión y desesperación que los matiza con suma sensibilidad, Duris brilla en grande tanto como la torre realizando una actuación maravillosamente poderosa y de las mejores en su carrera, en cuanto a Emma Mackey tiene que alcanzarlo y estar a la altura del drama y la emoción pero falla no porque no sea la adecuada para el papel sino que su personaje es el de una mujer más liberal en obra y pensamiento, algo que termina por no ser convincente, una mujer con las características de Adrienne queda completamente fuera de tiempo en la trama y se ve y se siente demasiado transgresora y moderna en una sociedad conservadora.

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La ambientación está perfectamente diseñada para que como espectadores estemos viendo y viviendo en ese entorno parisino de finales de 1800, cada detalle en el vestuario fue estudiado para re crearlo a la perfección incluso, se usaron diseños para los trajes y los vestidos inspirados en modas reales, los interiores e incluso la música son acordes a la época lo cuál alimenta en gran medida lo creíble que pueda ser la trama y más en los momentos técnicos con el uso de las grúas y los soportes de aire comprimido que se usaron para estabilizar la torre hasta el día de hoy, que si bien ha tenido sus remodelaciones y sus implicaciones más modernas podemos ver el origen de todo y de cómo esto iba a revolucionar la industria de la construcción en el siguiente siglo.

El fallo que tiene es que en sus 115 minutos de duración no logramos ver todos aquellos detalles faltantes en la trama como por ejemplo, lo de la esposa, los hijos de Eiffel y su viudez así como tampoco vemos el final de la construcción ni la resolución de los problemas sociales y culturales, las sub tramas quedan inconclusas y hacia su final se siente apresurada sin dar tiempo a que como espectadores entendamos más las motivaciones de sus personajes, no hay un final feliz en cuanto al romance que en este punto pasa a ser una trama secundaria para dar protagonismo al monumento en cuestión para al final revelarnos lo que ya desde antes de la mitad sabíamos, la torre tiene la forma de una “A” que simboliza la inicial del nombre de la mujer amada y de una relación que no pudo ser, en este caso a Adrienne Bourgès que bien merecería una película aparte.

La Torre Eiffel inició su construcción entre 1887 y 1889, mide 300 metros y se usaron 18,038 piezas de metal y hierro forjado a medida, 2,500,000 remaches, pesa 7,300 toneladas, hay 1,665 escalones desde su base hasta la cima, la torre ha sido repintada por completo al menos 19 veces desde que se construyó ocupando 60 toneladas de pintura libre de plomo para la conservación de la misma y del medio ambiente, cuenta con 2 restaurantes en su primer nivel el Le 58 Tour Eiffel y Le Jules Verne, ha sido visitada por 300 millones de personas de todo el mundo desde su inauguración el 31 de marzo de 1889, tiene la forma de una A que se puede apreciar desde sus 4 puntos cardinales.

Su casting conformado por Romain Duris, Emma Mackey, Pierre Deladonchamps, Armande Boulanger y Bruno Raffaelli hacen un estupendo trabajo con muy poco esfuerzo, el desarrollo de sus personajes aunque no es el adecuado para entenderlos del todo tienen lo básico que se necesita para seguir con la trama.

La música compuesta por el gran Alexandre Desplat (The Grand Budapest Hotel, The Shape of Water) brilla como un trabajo impecable en cada una de sus piezas, la música tan de corte clásico y francés queda a la altura de sus actores e incluso más arriba de la propia trama.

En resumen, Eiffel es una película hermosa y hecha con mucho corazón pero a la que le llega a faltar sentimiento pero que bien puede ocupar un lugar importante como una de las más fieles en cuanto a ambientación y a la idea pero que se queda muy corta como una película biográfica y más como una de romance.

Eiffel ya está disponible para su renta en las principales plataformas.


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