Cuando pensamos en una película clásica recordamos aquellas que veíamos cuando éramos niños, o de las que nuestros padres han comentado durante años lo que hace que permanezcan en la memoria colectiva y sigan siendo vigentes hasta nuestros días.
Este año se conmemora el 45 aniversario de una de las películas que ha marcado la historia de todo un género, un horror elegante que es única en su tipo, mezcla ese horror psicológico y sobrenatural con el misterio y lo religioso, The Omen no es una película perfecta, tiene elementos que a los ojos de quienes la entienden sí lo es.
Es interesante el como se aborda el tema del anticristo renacido y su ascensión al poder, The Omen se toma todo esto muy en serio como corresponde al género que nos dio películas como Rosemary’s Baby (1968) y The Exorcist (1973) son la base para contar el inicio de todo esto, las películas sobre Jesús fue para la cinematografía de la década de los cincuenta como el diablo lo es para la de los setenta, por eso todo este material se aborda con mucho respeto no solo en las representaciones en pantalla de sus historias sino también en la fotografía, la música y su edición.
La historia está basada en una idea original del productor Harvey Bernhard quien a su vez contrató al David Seltzer para preparar el guión de cómo contar esta historia sin que sonara trillada o que agrediera la sensibilidad de la iglesia católica en aquellos años teniendo como eje base la política que en aquellos años los representantes de las embajadas eran de vital importancia para expandir el comercio mundial entre otras muchas cosas, una idea que sonaba muy propia para una época que estaba en constante cambio ya que así este demonio podría expandir su mal en la tierra.
Robert Thorn (Gregory Peck) es el nuevo embajador estadounidense en Gran Bretaña pero ha pasado por un momento terrible en su vida, su hijo ha nacido presuntamente muerto y para reparar esa pérdida ante su esposa Katherine (Lee Remick) adopta a un bebé del que no sabe absolutamente nada y que a medida que crece empiezan a suceder eventos extraños lo que por supuesto este hijo tendrá acceso al establecimiento político estadounidense a largo plazo lo que proporciona a la película una superposición de mayor importancia ante las demás de su tipo, las profecías bíblicas son una fórmula que se usa muy bien en su narrativa para explicar ese espíritu maligno que habita en el infante y el uso del signo cabalístico 666 que será lo que defina la personalidad de este personaje.
Una película para televisión que fue dirigida por Richard Donner fue lo que le abrió las puertas a este proyecto, cuando leyó el guión entendió que la visión que querían presentar no iba a ser un horror sangriento y delirante sino una película lo más realista posible, en la que una familia es acechada por el mal que se apodera de ella en poco tiempo sin tener excesos sobrenaturales, sin la aparición de demonios con cuernos, lo que le importaba a Donner como director era que en el guión no se incluía nada que no pudiera ocurrir en un contexto real y que hasta la conclusión de la misma fuera contada con su propio estilo en 3 actos y que nosotros como espectadores entendiéramos que el mal está presente en la forma que menos esperamos en este caso la de un niño.
The Omen se ha convertido al paso de los años no tanto en una película de horror y mucho más en un thriller icónico, asustar a la gente es el fin básico de este género y este trabajo realmente no hace eso, no hay momentos tensos o espeluznantes en los que estás esperando que suceda algo, todo se centra en un misterio que va desarrollándose de poco a poco con una narrativa que para el día de hoy pareciera lento y hasta aburrido, pero es ese ritmo el que ayuda en gran parte a que todo quede entendido y lo que abre paso a continuar con esta historia en sus secuelas Damien: The Omen II (1978) y The Omen III: The Final Conflict (1981).
Al verla ahora entendemos que nunca va a asustar realmente pero puede describirse perfectamente como escalofriante, la historia de un niño pequeño que en realidad puede ser el hijo de Satanás y los efectos que este causa en quienes lo rodean, ofrece momentos increíblemente espeluznantes que se han colocado como las más impresionantes en la en la historia del cine.
El mejor ejemplo de esto es la escena en el triciclo, con el pequeño Damien paseando por el pasillo, su Madre balanceándose sobre un banquillo tratando de arreglar una canasta colgante, lo que vemos a continuación se explica por sí mismo y tampoco es una sorpresa, es un claro testimonio de lo que es su influencia en las películas de terror de hoy, la fotografía es muy sencilla y nada pretenciosa lo que se ofrece mucho más integral y esto es lo que aporta para influir y enriquecer más este género.
El casting de actores seleccionados ayuda aún más Gregory Peck, Lee Remick, David Warner, Billie Whitelaw y Harvey Stephens quienes interpretan personajes limpios y hasta cierto punto heroicos los cuales son fáciles de desarrollar porque no se necesita mucho para entender lo que están haciendo y a dónde quieren llegar con eso, sus motivaciones y su desesperación por encontrar la verdad en los hechos que tienen presentes.
Es una buena película con una buena dirección pero como dije en un principio no excepcional, es más una película que reúne momentos fantásticos, siniestros y memorables, envueltos en una historia lo suficientemente fuerte e intrigante porque su guión tiene la estructura de narrar más que de revelar, de ir llevando al espectador por un camino desconocido en donde se pone a prueba la fe y las creencias de los pasajes de un libro tan místico como antiguo.
La música a cargo de Jerry Goldsmith es tan distintiva como el trabajo mismo lo que le valdría a este compositor el premio Oscar a la mejor partitura original, las piezas que enmarcan los momentos más espeluznantes son una pieza clave y un personaje más en esta historia, es muy reconocible que el Ave Satani define la misma esencia del mal en su protagonista.
Las versiones en VHS contenían un material editado y recortado para este formato lo que causó el desagrado de muchos fans de esta saga de películas, fue hasta sus versiones en DVD que se incluyó el corte original junto con una serie de documentales que van del detrás de las cámaras a desmentir el mito de que mientras se filmaba sucedieron cosas extrañas e inexplicables como el hecho de que muchas escenas se tuvieran que repetir porque la cinta se velaba o que los actores se sentían observados por algo que no podían explicar.
Cabe señalar que antes del estreno de la cinta en cines el vaticano estuvo totalmente en contra argumentando que lo que se narraba era totalmente falso y que confundiría a los devotos de esta iglesia, consideraron que lo que se pretendía con esto era desprestigiar la credibilidad de lo escrito en la biblia, que películas como estas solo atentaban contra la moral cristiana.
En el año 2006 se estrenó un remake a cargo del director John Moore, su estreno se programó de manera estratégica el 6 de Junio del mismo año haciendo referencia al ya cabalístico 666, la película no tuvo el éxito esperado a pesar de contar con un elenco destacado, su principal problema fue que dejó de lado todo ese misterio para enfocarse más en lo visual y en escenas gore.
Lo cierto es que con todo lo que ha rodeado a esta producción su historia es de las mejores contadas en el cine, que Demian Thorne será el emblema perfecto de lo que es la maldad en el mundo, la contraparte del bien que quiere dominar a la humanidad, la encarnación del demonio en una persona normal que seguirá conquistando a futuras generaciones.
The Omen es una película de la que pocas veces se ha hablado y que se considera un punto y aparte en este género, es afortunada porque ha resistido dignamente el paso de los años que si la re-visitamos podemos ver claramente la diferencia con las películas de hoy y la influencia que esta tuvo con ellas.
El pasado 5 de julio el mundo de la cinematografía perdió a uno de sus grandes exponentes, Richard Donald Schwartzberg a quien todos conocimos como Richard Donner dejó un legado de películas muy importantes que ya son un clásico en la historia de la cinematografía.
Gracias Richard Donner por tus trabajos, por todo lo que aportaste a abrir ese camino que consolidó este género y otros en lo que podemos ver hoy en día, gracias por ser un gran director que con muy poco contaba mucho, gracias por tu gran talento.
La película ya se encuentra en diferentes plataformas y formatos caseros.
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