Cuando pensamos en los actores o actrices de Hollywood que admiramos y que nos gustan, muy pocas veces nos imaginamos cómo es su vida tras todo ese glamour que los rodea, los vemos tan hermosos e inalcanzables que perdemos dimensión porque al final de cuentas son seres humanos que también tienen problemas.
En el caso específico de los documentales a lo largo de los años nos han contado de una manera amable como es ese mundo tras los creadores, directores, actores, equipos de producción, y todo aquello que creen que nos interesa saber. Las producciones desde ese entonces no se han arriesgado a contar esos detalles que sin llegar a ser morbosos nos ponen al mismo nivel de quienes vemos.
Amazon Prime ya ha estrenado un trabajo que aborda más lo que ha sido la vida de Val Kilmer y el hombre que está detrás de los personajes a los que ha interpretado.
¿De qué va el documental?
Val, aborda la vida cotidiana del actor Val Kilmer con grabaciones nunca antes vistas y que recopilan 40 años de una trayectoria tanto profesional como personal, así como los problemas a los que se ha enfrentado desde su propia visión que incluyen lo que sucedió en películas como: Top Secret, Top Gun, True Romance, Willow, The Doors, Tombstone, Batman Forever, Heat entre muchos otros.
Lo que vemos aquí es algo más que un minucioso registro de las cosas y cómo sucedieron, incluso plantea la idea de que la ficción es una mentira que llega a ser una verdad mucho mayor e inimaginable, trabajos como este se sienten sumamente auténticos.
No hay nada cuestionable en Val, finalmente nos cuentan las cosas desde una perspectiva más personal y menos glamorosa de lo que son actualmente los documentales, es franco y honesto al abordar temas como la muerte temprana de un hermano, el deterioro físico de la estrella y la sensación de que su carrera fue una decepción para él mismo en relación con el talento que creía poseer.
Pero, de muchas otras maneras juega a ser un ejercicio de manejo de imágenes en el terreno autobiográfico de lo que ha sido su vida estos últimos años profundiza más en el trauma personal y familiar y de cómo esto ha sido un detonante para ser quién es actualmente.
Es importante mencionar que sin un guión lo que se presenta no tendría un sentido literal de eventos en una narrativa fluida y cronológicamente entendible, el propio Val Kilmer proporcionó todo el material necesario y fueron Leo Scott y Ting Poo quienes se encargaron del montaje, aquí no hay ni puede haber una interpretación equivocada, lo que hay es una selección de grabaciones que nos ayudan a entender su estructura.
La edición es a manera de un flashback en forma de una película de muy bajo presupuesto que evoca fielmente la nostalgia y el pesar de su protagonista; hay fragmentos de películas caseras de su infancia, producciones de Hollywood; los archivos de Julliard donde estudió actuación, entrevistas en programas de televisión que forman parte de la videoteca personal de Kilmer, grabaciones hechas con videocámaras en las que por afición ha estado trabajando durante décadas.
Es emotivo como nos cuenta la manera en la que perdió la voz debido a un cáncer de garganta y como es que puede hablar a través de una caja de voz mientras sostiene un dedo sobre la abertura de un tubo incrustado en su garganta mientras que en los flashbacks de épocas anteriores la narración de Kilmer es leída por su hijo Jack en conmovedoras imágenes de su pasado y de su presente, desafortunadamente, Kilmer evita convenientemente lo que refiere a su comportamiento abusivo en los sets de filmación en donde se dice que mientras filmaba The Island of Doctor Moreau (1996) fue acusado por un miembro del staff de haber quemado su rostro con un cigarrillo o de los cargos de crueldad e infidelidad de su ex esposa, Joanne Whalley-Kilmer.
Hay momentos extraños en los que la narración así como la interacción de Kilmer con la cámara hacen que parezca que además se vea este proyecto como una extensión de eventos de fans en los que firma fotografías y memorabilia por dinero en efectivo sin perder su toque artístico.
El punto más bajo a considerar es el segmento donde aparecen algunos de los co-protagonistas de Kilmer como Sean Penn, Kevin Bacon, Robert Downey Jr. y Tom Sizemore, respaldando el hecho de que él era un perfeccionista que intentaba hacer que cada proyecto fuera lo mejor posible sin tomar en cuenta que esa actitud y comportamiento desagradable estaba dañando la producción y molestando a sus colaboradores porque en lugar de expresar arrepentimiento o remordimiento por sus excesos, Kilmer parece haber decidido que todo lo que salió mal en un set fue culpa de otras personas que tienen la mente muy estrecha o que se interpusieron en el camino de su supuesta genialidad como actor.
Es difícil saber si el mensaje que aborda este metraje se presenta en nombre de la honestidad de un hombre exitoso que cayó en desgracia o creer que lo que estamos viendo en los clips lo reivindican y cae en el cliché del pobreteo y de qué mal ha sido la industria cinematográfica con él al darle la espalda y negarle apoyo.
Nos resulta increíble ver que a pesar de que este actor retirado está tan afectado emocional como físicamente por su enfermedad por los largos tratamientos y varias cirugías se ve socavado por el hecho de querer crearnos conciencia de lo frágil que es y lo vulnerable que somos como individuos ante las enfermedades y las lesiones que cualquier cosa nos pudiera causar, una de las escenas más desgarradoras es una toma fija, larga y sin editar de Val Kilmer sentado en la mesa de una convención de fans firmando autógrafo tras autógrafo hasta que se siente agotado y tiene que retirarse.
Cumpliendo fielmente las reglas del género que nos ocupa no podía faltar la parte en la que habla nostálgicamente de uno de sus recuerdos más gratos en su vida, de cuando su padre lo llevó al set donde se filmaba la serie de Batman del 66 y se sentó dentro del batimóvil, así como su encarnación de este héroe y los muchos problemas que tuvo al vestir ese traje de hule en el cuál no se podía mover ni escuchar nada, cuestiona el hecho de que quienes más se lucieron fueron sus compañeros Tommy Lee Jones, Jim Carrey, Chris O´Donell y Nicole Kidman cuando el crédito principal lo llevaba él.
Entendemos bien que Kilmer se culpa así mismo por tratar de vivir del pasado de esta manera, es un caso típico en el que se es muy duro consigo mismo, parece enojado por no ser indestructible, por no poder detener el paso del tiempo lo que nos hace preguntarnos ¿por qué no hizo más por sí mismo y con su vida luego de lo que le sucedió con su enfermedad?especialmente cuando vemos imágenes de sus hijos adultos interactuando con él.
Como documental se toma algunos respiros de sus partes más dramáticas cuando vemos detalles de la propia filosofía que tiene para actuar citando a poetas, filósofos, dramaturgos y mentores que comparten su opinión sobre el valor del arte así como defender de manera necesaria su actuación como una forma de ayuda a nosotros como espectadores a comprendernos a nosotros mismos con la mente y el corazón abiertos ante un actor que muestra sus propios pensamientos y sentimientos.
La musicalización de Garth Stevenson en algunas partes ayuda a sostener con sus piezas lo que se está narrando pero siendo muy sutil y respetuoso, algo que no pasa desapercibido pero que si no estuviera tampoco sería de extrañarse.
En conclusión, Val como documental funciona bien porque cumple al pie de la letra con las reglas haciéndolo honesto, franco y crudo pero que en partes cae en la condescendencia de su protagonista, como trabajo es sorprendente de ver más porque lo que presentan es por un lado a un hombre de éxito y por el otro a una persona común con problemas personales, laborales y familiares.
Por todo lo anterior es un trabajo digno que sobrepasa por mucho a lo que ya hemos visto antes en otros y de otros, una buena recomendación y un ejemplo de que las estrellas de Hollywood no tienen un brillo eterno.
Val ya está disponible en la plataforma de Amazon Prime.
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