Las adaptaciones live action de las películas clásicas animadas de Disney en sus versiones libres y basadas también en clásicos de la literatura no han tenido el éxito que se esperaba, sabemos que esto ha sido una estrategia comercial para atraer a nuevas generaciones a un nuevo tipo de cine.
Este tipo de trabajos no son una novedad, si recordamos que el primer proyecto en llegar a la pantalla grande fue con Rudyard Kipling’s The Jungle Book de 1994 a cargo del director Stephen Sommers que servía como secuela del animado Jungle Book de 1967, sobra decir que esto fue un fracaso en taquilla y a esta le siguieron 101 Dalmatians (1996), 102 Dalmatians (2000), Alice in Wonderland (2010), Maleficent (2014), Cinderella (2015), The Jungle Book (2016), Beauty and the Beast (2017), Dumbo (2019), Aladdin (2019), The Lion King (2019), Lady and the Tramp (2019), Mulán (2020) y Cruella (2021), todas y cada una de estas cintas nos han dado una nueva visión al contar su historia.
Ante la carencia de nuevas ideas estos estudios han visto en estas versiones la oportunidad de que sigan vigentes en el gusto del público, en este 2022 toca el turno a Pinocchio que viene de su versión animada de 1940 y basada en la novela homónima del escritor italiano Carlo Collodi publicada en 1883, son más de 40 versiones las que ha tenido este personaje en cine y televisión todas con un punto de vista diferente.
¿De qué va la película Pinocho?
Geppetto (Tom Hanks) es un solitario carpintero al que se le concede un deseo, que su marioneta cobre vida. Este inquieto ser se embarca en una emocionante aventura para convertirse en un niño de verdad.
No voy a negar que este tipo de producciones me parecen completamente innecesarias, no hace falta hacer alarde de tecnología para saber como se ve un clásico animado en acción real, es una completa necedad el querer hacer un nuevo clásico de otro clásico y pretextos puede haber muchos que van desde lo económico hasta lo políticamente correcto y en esto último a Disney no le ha ido muy bien recordemos su más reciente y ridícula controversia por el beso de dos mujeres en Lightyear y Pinocchio no es la excepción.
Este remake de un clásico animado puede ocupar un incómodo lugar entre mantenerse fiel a su material de origen y aspirar a ser un nuevo clásico para un público moderno, la reinvención de esta historia quita y pone elementos según le convenga al guión y claro no puede faltar ese discurso sobre la responsabilidad y las consecuencias de nuestros actos, el amor, la amistad, el hacer lo correcto, el aprender de nuestros errores, la importancia de la familia y bla, bla, bla.
El uso del CGI y de la alta tecnología están muy bien aplicados y en esto Disney sabe muy bien lo que hace por eso le dio la responsabilidad a un director con una visión muy particular al contar sus historias, Robert Zemeckis se mantiene fiel al material original de la novela infantil italiana mezclandola con la versión de 1940, este nueva versión respeta la estructura musical con nuevas y forzadas canciones y referencias a la cultura pop.
La cinta tiene un comienzo diferente, Una noche Jiminy Cricket camina por las calles hasta llegar a una casita en donde vemos a Gepetto darle los últimos toques a su marioneta a la que por estar hecha de madera de pino la llama Pinocho, el solitario hombre pide un deseo a una lejana estrella, que le da vida a su juguete, Blue Fairy (Cynthia Erivo) entra al taller y cumple el deseo pedido, puede convertirse en un niño de verdad si demuestra ser valiente, sincero y desinteresado, Jiminy es asignado a ser su conciencia para ayudarlo en esta misión mostrándole lo que es el bien y el mal, todo empieza a complicarse cuando se integra a la sociedad , en su primer día de clases Pinocchio se encuentra con el interesado y perverso zorro Honest (Keegan-Michael Key) que a manera de engaños tiene otros planes para el niño.
En estas escenas hay cambios significativos Disney se homenajea así mismo con los relojes que Gepetto tiene en su taller y al marcar las 9 de la noche todos darán sus campanadas en donde podemos ver el A-Ok Corral con Woody de Toy Story, al pato Donald perseguido por un cocodrilo, Roger y Jessica Rabbit, Maléfica y Aurora representando la escena de la maldición cumplida, este tipo de referencias son agradables nos recuerdan que Disney tiene un universo muy vasto de personajes pero no de historias originales y representarlos de esta manera le da ese toque a temporal.
Las aventuras que vive a lo largo de la cinta las conocemos bien, la perspectiva que tiene Zemeckis es muy diferente a lo visto hace 82 años pero trata desesperadamente de mantener el mismo ritmo y su misma estructura, vemos que lo políticamente correcto obliga a cambiar algunas cosas por ejemplo en Pleasure Island los niños perdidos ya no fuman, la imperante necesidad de actualizar una película de esa manera no tiene ningún sentido, estas adaptaciones corregidas las hemos visto con frecuencia en este tipo de trabajos en estos estudios y se siguen sintiendo vacías y no aportan absolutamente nada a la historia son más un vínculo para enviar un mensaje o discurso innecesario de los que también ya estamos aburridos.
El guión escrito por el mismo Zemeckis y Chris Weitz no se toma muchas libertades pero tampoco muchas molestias, la tenían fácil porque sacaron cosas de la película animada y cosas de la novela y les dieron un sentido narrativo, en cuanto a los efectos especiales no hay queja alguna ya sabíamos lo que nos esperaba mucho CGI en personajes caricaturizados en un mundo en donde todo es posible, digamos que el detalle novedoso que tiene es que los ojos de Pinocchio tienen solo movimiento sin una expresión muy marcada, sus pupilas no se mueven y su textura es lo más real y parecido a la madera y a cada momento nos maravilla porque usan muy bien la tecnología a su favor, la ballena aquí es más bien un monstruo que se traga a los protagonistas y del cual tienen que sobrevivir, mismo caso de la marioneta su textura es muy especial y hasta real dentro de lo fantasioso que pueda ser.
Su diseño de producción y vestuario se apegan mucho a lo que ya vimos, la paleta de colores es casi exacta, un muy buen trabajo que nos muestra el gran talento artístico que tiene el personal de estos estudios, cada detalle es cuidado al máximo y podría decir que hasta con exageración, aquí lo que importa es lucir bien ya historia se cuenta aparte, aprovechan muy bien su recurso y lo modernizan dejando ese toque nostálgico y limpio.
Dentro de lo espectacular que puede llegar a ser tiene fallos muy evidentes en su historia que aparte de ser simple se pierde con los efectos y no logra ese impacto y esa nostalgia que conmueve en una marioneta que está descubriendo el mundo, que está aprendiendo lo que es el bien y el mal pero que siente un profundo amor y respeto por su creador, su redención demuestra su bondad, su sinceridad y su generosidad que es lo que lo transforma en un niño de verdad aquí se siente forzada porque lo que vemos en los últimos momentos a una nueva familia mientras Jiminy Cricket cierra su narración diciendo que se cuentan muchas historias sobre esta marioneta donde algunos afirman que se convirtió en un niño de carne y hueso y nos dejan la duda de si eso sucedió alguna vez, mientras escuchamos estas últimas frases y Pinocchio se aleja con Gepetto vemos que sus brazos y piernas de madera se vuelven de carne entonces la película insinúa que lo que se dice es cierto y el mensaje es que lo realmente importante está en el interior y no en el exterior, que cualquiera puede hacer lo correcto hasta una marioneta.
El cast lo encabeza Tom Hanks, Cynthia Erivo, Benjamin Evan Ainsworth, Joseph Gordon-Levitt, Keegan-Michael Key, Giuseppe Battiston y Luke Evans, este ha sido uno de los trabajos en los que Hanks no luce en todo su esplendor como el excelente actor que es, el cambio impuesto por la modernidad cambia a la Blue Fairy que conocemos por Erivo que lo hace muy bien pero que es tan breve que no se disfruta como quisiéramos, Evans nos da una excelente interpretación de un villano como solo él lo sabe hacer.
La música compuesta por Alan Silvestri también la tuvo muy fácil, los acordes y los samples en sus piezas musicales homenajean al trabajo que hicieron Leigh Harline y Paul J. Smith en 1940 así como nuevas canciones y una versión modernizada de When you wish upon a star que no suena mal pero que no tiene ese sentimiento de su original.
En conclusión, Pinocchio como película para una plataforma de streaming funciona muy bien, cumple con entretener y maravillarnos audiovisualmente pero nada más, una versión completamente innecesaria que pasa a formar parte de un universo live action que aún no ha logrado tener su propia personalidad.
Pinocchio ya está disponible en la plataforma de Disney+
