Inicio Películas Reseña: Infinite pudo ser infinitamente mejor

Reseña: Infinite pudo ser infinitamente mejor

19 min lectura
0
845

Cuando se habla o se piensa sobre la reencarnación evocamos esa referencia a seres o almas que vuelven a tomar forma corpórea y muchas veces de una forma romántico / fantasiosa pensamos en cómo sería, quiénes seríamos y la pregunta más importante que nos hacemos es ¿recordaríamos cosas de nuestra vida pasada? a personas, lugares, a nuestros gustos pero en otro cuerpo, en otro entorno.

El concepto es interesante porque de alguna manera se maneja la inmortalidad del ser, pero si eso fuera posible ¿qué haríamos con todo ese conocimiento adquirido a través de los años?

Paramount+ ha estrenado una película que aborda ese tema de una manera interesante, Infinite es una mezcla entre creencias con temas actuales y tecnología.

¿De qué va la película?

Evan McCauley (Mark Wahlberg) es un hombre que cree tener problemas mentales, cuando descubre que sus alucinaciones son en realidad visiones de vidas anteriores, será Nora Brightman (Sophie Cookson) su guía para descubrir en donde escondió en una vida pasada un artefacto que podría destruir a todo ser vivo sobre el planeta.

Paramount plus

He comentado muchas veces que cuando se mezclan géneros se deben respetar las reglas de los mismos, para que el producto final sea simétrico y coherente, que nos haga pensar que lo que vimos es algo que podamos recomendar, de lo que hablemos en una charla informal e intercambiemos puntos de vista, en este caso, el resultado es muy simple, es una película más para una plataforma.

Infinite es entretenida porque no se tiene que prestar mucha atención, no tiene una narrativa compleja ya que en su desarrollo nos van contando lo que debemos saber sin detallar demasiado aunque para ser claros, es muy fácil pensar que hay trabajos mejores que este y es porque su simpleza la hace ser bastante tonta y desordenada, como espectadores entendemos que ese es su objetivo que con base en su primicia puede ser lo que sea.

Después de una secuencia de apertura de acción que tiene lugar en México lo que es un gran error porque se supone que está ubicada a mediados de los años 80’s cuando lo que vemos es la Avenida Reforma muy actual, este error no importa, vamos, para el tiempo en el que sabes en qué momento ha sucedido tampoco importa ya, luego nos encontramos con Evan McCauley vagando por un Nueva York actual sin pandemia en una entrevista laboral  señalando repetidamente que es un enfermo mental y violento, con este misterio es con el que empezamos a conocer al protagonista estableciendo las únicas dos cosas que necesitamos saber sobre él.

Lo siguiente que vemos en el orden de hechos es a Evan haciendo una espada en un garaje para poder cambiarla por drogas que necesita para supuestamente controlar sus sueños, es adivinable que algo sale mal, y termina en la comisaría donde es visitado por un hombre misterioso conocido como Bathurst (Chiwetel Ejiofor) que lo conoce de otra vida, de otro tiempo.

QUIZÁ TE INTERESE  Reseña de Doom Patrol, una patrulla condenada
Infinite

La escena de acción posterior a esto es buena sí pero demasiado rápida, no da tiempo de ver la acción en su totalidad, y aquí ya se establece el tono y para dónde va a ir la trama, desafortunadamente para esta secuencia se ha tomado la idea de otras películas como The Transporter (2002),Transformers (2007), Wanted (2008), Red (2010) cosa que no sorprende porque al final de cuentas es parte de la regla en este tipo de trabajos lo que aquí engancha y que es el eje que une todo es la mística que hay en una súper ciencia escondida, un equipo de personas que visten a la moda pero que poseen habilidades disciplinadas, no podía faltar la organización rival con la que han estado en guerra durante siglos y la bus queda de un artefacto que podría aniquilar a la humanidad.

Supuestamente y según la trama hay un número reducido de personas en todo el mundo que recuerdan sus vidas anteriores, lo que significa que saben muchas más cosas que cualquier persona normal, plantea que estos infinitos están divididos en dos grupos los Believers que son los buenos que fueron dirigidos por Treadway (Dylan O’Brien) hasta su encarnación actual quien tuvo sus recuerdos conmocionados en la pubertad por la medicina moderna, mientras que los nihilistas que son los malos tienen como lider a Bathurst (Chiwetel Ejiofor) quién quiere acabar con toda forma de vida en la tierra, la motivación para este genocidio en masa es que ya superaron todo, ya aprendieron todo y ahora ya no quieren seguir reencarnando.

Durante siglos estos dos grupos estuvieron en guerra hasta que el antagonista ha descubierto una tecnología que puede usar como arma que almacena las almas de sus víctimas en un chip por lo que ya no pueden seguir siendo inmortales cambiando de cuerpo e ir renaciendo para finalmente atraparlos en una prisión digital, junto con esto también construyen una bomba en forma de huevo de Fabergé para destruirlo todo y es donde el protagonista toma mayor relevancia porque en sus recuerdos está el paradero de dicho artefacto mortal.

Cuando Treadway recupera sus recuerdos se convierte de un ezquisofrénico paranóico sin recuerdos en el hombre más mortífero de la historia, cosa que suena sumamente exagerada y es aquí donde los fallos empiezan a concretarse más, el guionista Ian Shorr pierde completamente la dimensión de las cosas y la lleva de un punto supuestamente místico a uno tecnológico, en mancuerna con el director Antoine Fuqua (Tears of the Sun, Olympus Has Fallen, The Equalizer) sacan completamente de contexto la idea base a pesar de que este último conoce muy bien el género y sus reglas, aquí pareciera que lo estuvieron ideando, planeando y realizando día con día, su endeble guión que aunque simple en su narrativa no establece parámetros en los cuales estos personajes puedan ser más desarrollados y mejor entendidos.

QUIZÁ TE INTERESE  Reseña de Justice League: Gods and Monsters es un excelente trabajo que cayó en el olvido

La historia cae demasiado en clichés de otras películas de acción y asegura que sus secuencias de acción sean poco emocionantes y ridículamente exageradas, honestamente es aquí donde radica su nivel de entretenimiento y nada más porque no aporta absolutamente nada al género y mucho menos está al nivel de otras producciones de mediano presupuesto y todo para llegar a un final más que predecible en donde vemos la reencarnación del protagonista tras su muerte lo que deja la posibilidad de una o más secuelas.

El elenco está conformado por Protagonizada, Mark Wahlberg, Chiwetel Ejiofor, Sophie Cookson, Jason Mantzoukas, Toby Jones y Dylan O’Brien quienes hacen un trabajo muy cumplidor, en el caso específico de Wahlberg se ha estancado en este tipo de películas y no logra ser convincente en su actuación porque el personaje lo supera, habría sido más fácil recurrir a otro actor como por ejemplo Jason Statham que conoce muy bien el género y es más carismático en pantalla.

Los efectos especiales cumplen con el estándar que se pide sin ser tan cuidado ni tan elaborado en algunas escenas, no amerita el mayor esfuerzo ya que su falta de perspectiva la justifican con movimientos de cámara demasiado rápidos lo que podría ahorrar tiempo, uno que se desperdicia en otras secuencias que involucran a las sub-tramas que así como llegaron se fueron sin dar demasiadas explicaciones.

La música compuesta por Harry Gregson-Williams (Antz, The Tigger Movie, Chicken Run, Cowboys & Aliens) tiene momentos fuertes muy bien empleados en la partitura que sirven de soporte para las fallidas escenas de acción.

En conclusión Infinite en los cines habría parecido demasiado estúpido y confuso pero cumplidor como una película medianamente decente que su única función es la de ser y entretener sin más pretensiones.

La película ya está disponible en la plataforma de Paramount+

ARTÍCULOS RELACIONADOS
Cargar más de Rod
Cargar más en Películas
Comments are closed.

CHECA ESTO

Reseña Película: Late Night with the Devil es sencilla, honesta, perturbadora, terrorífica y siniestramente entretenida

Las plataformas de streaming han tenido un gran auge desde lo que pasó con el SARS-CoV-2, …