Netflix, ¿derechairo?

Hace unos días, Carlos Mota en su columna de El Heraldo de México reveló que Netflix prepara una serie documental contra el virtual candidato a la presidencia de México – dirigente, líder moral y estampita milagrosa- de Morena, Andrés Manuel López Obrador (AMLO).

La emisión que se espera entre los meses de marzo y mayo en plena campaña electoral, sería estrenada un capítulo por semana y de acuerdo al texto de Mota, “personas cercanas a la producción” aseguran que la manera en que se está trabajando es totalmente distinta pues un equipo de guionistas “secretos” serán los encargados de exponer “el tema del populismo, sus riesgos y graves consecuencias”.

También la semana pasada, AMLO se dejó ver acompañado del productor Epigmenio Ibarra, cabeza de Argos, la productora responsable de telenovelas como Nada Personal, Las Aparicio, El Octavo Mandamiento, Infames, y “series” como Capadocia o El Señor de los Cielos. Trascendió que el paladín de las causas perdidas que realiza todos los días un pase de lista de las infamias de los últimos dos gobiernos en su cuenta de Twitter, prepara actualmente una serie documental sobre el “Mesías Tropical”. Lo que además no sería una táctica nueva, recordemos ¿Quién es el Sr. López? y Fraude: México 2006 dirigidas Luis Mandoki.

Si tomamos en cuenta que la relación entre Ibarra y Netflix atraviesa un momento idílico, después de los buenos resultados que han generado contenidos como Ingobernable y Cuando Conocí al Chapo – aunque no aparezcan oficialmente en los créditos-; seguramente la información del columnista sea por decir lo menos errónea si no es que hasta malintencionada.

Me llama la atención por el momento en que renace El Heraldo de México, que hace sospechar que más allá de cualquier intención periodística su regreso fue motivado por un excedente de publicidad electoral que podrían canalizar a través de sus páginas en la campaña del año próximo, y probablemente estos rumores hayan sido soltados para tentar qué tan hondo es el río por el que sus contactos – evidentemente ligados al partido en el poder- tendrán que atravesar el año próximo.

Y es que ya desde ahora se adivina una primera mitad de 2018 con mucha agitación y donde veremos aún más jugadas sucias (como la inscripción de 48 candidatos independientes que atomizarán el voto indeciso y que revisando sus biografías una gran mayoría han estado ligados al PAN). Y lo más grave pareciera que pese a que cada vez hay menos razones para votar por López Obrador, nadie está trabajando para crear una opción verdadera.