¿Qué porque me gusta tanto el cine?
Porque es mi iglesia preferida de todos los domingos.
Porque es el lugar perfecto para comer palomitas, hot-dogs, nachos y refresco a lo bestia sin sentirme culpable.
Porque me recuerda mi niñez… esos fines de semana de Godzilla, Kung Fu movies y películas de vaqueros en sesiones de 2×1.
Porque cuando está bien hecha la película desconecto mi cerebro de la cotidianidad y siento que todo es posible.
Porque todavía soy como un niño que se maravilla con los “efectos especiales” diciendo: “Cómo chingaos hicieron eso”.
Porque el bien y el mal, “los buenos y los malos”, son conceptos bien claros de entender.
Porque es un espacio sagrado para compartir con los “camaradas de toda la vida”.
En resumen… Porque todavía tengo fe que todos podamos ser super-heroes algún día.
¿Y ustedes….?
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