Las películas del género Noir resultan ser muy atractivas, las tramas detectivescas que abordan implican una trama medianamente compleja en donde se mezcla el misterio con la aventura.
Cuando esto se mezcla con lo post-apocalíptico y de ciencia ficción la propuesta suena muy atractiva e interesante porque podemos ver como pueden desarrollar el ingenio y llevarnos a un mundo futuro que tiene grandes posibilidades.
Los estudios Warner Bros estrenan Reminiscense como un proyecto blockbuster para este verano con esta primicia.
¿De qué va la película?
En un futuro cercano, Nicolas Bannister (Hugh Jackman) tiene un negocio en el que sus clientes puedan revivir cualquier recuerdo que deseen, su vida cambiará radicalmente cuando conoce a Mae (Rebecca Ferguson) una mujer que sólo acude para poder recordar dónde dejó sus llaves, este encuentro se convierte en un apasionado romance, sin embargo, Mae desaparece sin razón y Nick hará todo lo posible por encontrarla lo que implica volver al pasado para descubrir una perturbadora verdad.
Esta película de suspenso de ciencia ficción neo-noir tiene una idea base muy interesante, vemos un Miami que está bajo el agua presuntamente causado por el calentamiento global en donde también la temperatura ambiental se ha elevado al punto de que ahora se duerme de día y se vive de noche, este giro en los géneros que aborda es sumamente atractivo si se sabe manejar de la manera correcta y esto aquí no sucede.
Este presunto futuro cercano malinterpreta fatalmente el pasado, esta mezcla que aquí se ve poco original basado en un Art Deco que va entre Waterworld y Blade Runner es un claro ejemplo de lo que puede salir mal cuando la ciencia ficción ignora sus reglas y la naturaleza inmutable de los hechos, está muy lejos de ser memorable por un lado, sería muy difícil encasillarla en un género específico y por otro lado es muy fácil encasillarla como una película mala.
El mensaje de que los ricos han sido beneficiados por vivir en una enorme plataforma que está amurallada con su propia presa privada es un tema muy recurrente durante toda la cinta y con eso intentan justificar el hecho de que las personas que no están en es estatus tienden a ir a esta agencia de recuerdos a revivir épocas pasadas, su ambientación más que post-apocalíptica se siente forzada con la tendencia a imitar trabajos que sí estuvieron bien hechos.
La cinta se obsesiona con cosas que intentan imitar a Humphrey Bogart con la solemnidad de las películas de Christopher Nolan, el guión escrito por Lisa Joy en su temática y narración es sumamente incoherente al momento de abordar los recuerdos, se siente como si ella ni nadie sabe lo que significa recordar y como es su estructura, la primera pregunta que nos hacemos al verla es ¿por qué los recuerdos se ven desde el punto de vista de una tercera persona? este es uno de los grandes fallos.
La agencia junto con la máquina no intentan evocar a una tecnología que permita desarrollar este proceso de una manera fiable y creíble dentro de la ciencia ficción, mucho menos se toman la molestia de explicar como es ese proceso y de donde viene o el para qué fue creado, las sub-tramas solo interrumpen la historia principal que comienza con una cosa y termina siendo un complot que involucra muertes y narcotráfico.
Es una idea ingeniosa para una novela en papel pero que adolece en su ejecución en la pantalla grande porque desperdicia todo el recurso que puede ocuparse para hacer de esta una gran historia, Joy como directora se niega a aceptar que las personas están conectadas de manera diferente a las máquinas y que sus recuerdos funcionan de diferente manera y no en perspectiva que pueda verse en 3-D.
Aquí pareciera que nuestros cerebros son discos duros y nuestros recuerdos están codificados en ellos como datos que se pueden manipular y buscar con tan solo usar un par de palabras, el pasado que aborda se siente blando incluso se omiten esos detalles de lo que no puede completar un recuerdo, Joy como guionista y directora en su opera prima insiste en que la memoria es tan objetiva como el ADN lo que hace que sea casi imposible que este trabajo alcance el nivel de nostalgia que se necesita para estar a la altura de su nombre.
La química entre sus protagonistas es tan poco creíble que no podemos entender como de un primer encuentro nazca una obsesión por querer indagar en la vida el otro en este caso la de Mae una presunta femme fatal que entra tranquilamente en la vida de Nick con el tipo de vestido rojo ceñido que podría hacer que un hombre sienta que debe enamorarse, en este caso ella ha perdido sus llaves y espera que Nick pueda activar la parte de su mente que le recuerde dónde están después de algunos momentos juntos Mae desaparece misteriosamente con algunos de los archivos de memoria guardados en la bóveda de Nick que tienen que ver con el juicio penal de un magnate que está involucrado con la desaparición pero también con el tráfico de drogas y con la desaparición del hijo de esta.
Reminiscence se vuelve aún más frustrante porque Joy tiene una imaginación fílmica muy limitada en este género y lucha desesperadamente por justificar los aspectos de la trama que implica aspectos de su tecnología, la película presenta una imagen vívida de un futuro en el que hay tan poco que esperar que todo el mundo sigue buscando la felicidad en sus recuerdos, es muy clara la influencia que tiene sobre los trabajos de Christopher Nolan lo que resulta en algo que no podemos ni siquiera llamar imitación por lo mal ejecutados que están sus elementos base y lo confuso de su trama.
Por otro lado falla en el lenguaje cinematográfico que maneja para estabilizar su inquebrantable adhesión a la lógica, donde películas como Memento (2000) contaba una historia que era inseparable de su estructura, el misterio no tan retorcido sobre lo que significa recordar y el recurso que utiliza para resolver su trama aquí esto no se ofrece, no hay una razón sólida que se conecte con el acto de recordar, Minority Report (2002) desarrolla este tema de otra manera que aquí bien podría funcionar si se hubiera tratado a la memoria con la misma falibilidad plástica, hubiera permitido que se formaran personajes y más desarrollados pero su premisa no permite que el pasado sea nada más que un pretexto para abordar otros temas sin tanta relevancia.
El casting lo conforman buenos actores como Hugh Jackman, Rebecca Ferguson, Thandiwe Newton, Cliff Curtis, Daniel Wu y Marina de Tavira que lamentablemente están tan mal dirigidos que ninguno luce y hacen lo que pueden con lo que tienen.
Los efectos especiales son muy simples y nada vistosos, los que más destacan son los exteriores de una ciudad inundada y toda esa atmósfera calurosa que produce el calentamiento global, la máquina de los recuerdos pasa completa y totalmente desapercibida porque no es aquí un elemento clave que resulte tener efectos definidos.
La música de Ramin Djawadi (Pacific Rim, Game of Thrones) es lo más rescatable de la cinta, sus piezas con ese toque noir resulta ser muy agradable en algunas escenas que no involucran acción, lo que hace es una mezcla sutil entre Jazz y blues con toques electrónicos.
En conclusión, este trabajo es difícil de ver y entender, como espectadores buscamos algo que justifique las laboriosas metáforas o que tenga un final incoherente que sugiere que nunca tuvo ningún gusto real por sus fundamentos en el género noir, las imágenes de la película solo nos pueden parecer interesantes en la medida en que contradicen la desesperada insistencia de su protagonista al tratar de resolver un caso.
Es una lástima que ideas tan buenas sean tan mal desarrolladas, este proyecto queda solo como un entretenimiento momentáneo que no llegará a ser algo célebre.
La película ya se encuentra disponible en cines y en la plataforma de HBO Max.
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