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Reseña: Run es un horror muy muajajá

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El cine de serie B se hizo muy popular desde la década de los 50’s pero tomó un nuevo impulso en los años 70’s y 80’s por ser películas que no se preocupan mucho por afinar esos detalles en producción, con tramas simples que cumplan con la regla del género que las ocupa y nos hagan pasar un buen rato.

Muchas de estas producciones llegaron directamente a vídeo o a festivales independientes en donde los fans podían reunirse y comentar acerca de las películas que se presentaban, de aquí que surgieran directores para comerciales de televisión o para hacer más películas con actores desconocidos y con muy bajos presupuestos.

Run se supone que toma su primicia de un hecho real y pretende ser un trabajo de serie B o bien un experimento que pretende ser serio pero que carece de muchos elementos para llegar a ocupar un lugar entre las súper producciones.

¿De qué trata la película Run?

Chloe (Kiera Allen) es una adolescente que por una enfermedad crónica vive postrada en una silla de ruedas, al no poder valerse del todo por sí misma es educada en casa por su madre, sin embargo, algunas extrañas actitudes de ella le hacen sospechar que hay algo oculto en esa relación porque su madre Diane (Sarah Paulson) es muy sobre protectora con ella al punto de ser nociva y perversa a lo que Chloe deberá hacerle frente si quiere sobrevivir.

Dirigida por Aneesh Chaganty (Searching 2018) y con guión de Sev Ohanian y el mismo Chaganty nos muestran que el suspenso puede estar en donde menos esperamos causándonos sorpresa, miedo y angustia pero con resultados sumamente predecibles en lo que es un thriller genérico que no se toma muchas molestias en definir más a sus personajes porque tenemos a la víctima inválida buena onda y a la madre malvada que es muy malvada cumpliendo al pie de la letra ese cliché de las películas de serie B.

Cuando Chloe descubre que un frasco de pastillas que supuestamente forman parte de su medicamento, resulta que no es lo que cree que es y las cosas empiezan a revelarse, las pastillas verdes son en realidad un relajante muscular para perros que casualmente si es ingerida por humanos causa parálisis, desde aquí ya podemos ver hacia dónde van las cosas.

La película aunque está muy bien estructurada presenta serios problemas en su guión y en su narrativa porque se va más por el suspenso fácil y poco elaborado que por cuidar más los detalles que la hagan adivinable porque todo parece que se va dando por casualidad pero no es así, es porque es tan simple la historia que hay que darle varias vueltas al mismo punto para crear tensión y hacernos creer a nosotros como espectadores que habrá un importante giro de tuerca, uno que no existe.

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Entendamos que esta película es una producción pequeña donde básicamente nos centramos  en estos dos personajes, la madre y la hija y del como es su convivencia día a día porque mientras una es muy hábil con la tecnología la otra es fría y calculadora, manipuladora y chantajista estableciendo desde el primer momento quién es quién, es muy fácil sumergirnos en su ambiente esperando que los argumentos y motivaciones vayan a cosas más tensas y oscuras pretendiendo mantenernos atentos hasta el final.

Cuando una trama simple tiene mucho suspenso y un claro coqueteo con el horror esperamos que esto levante y nos lleve por un camino poco conocido, en donde el director muestre su habilidad para llevar el guión a un punto convincente en el que ya le tengamos aprecio a la protagonista y odio a la antagonista para que con esto estemos inmersos ya en la trama y dejemos que vaya sorprendiéndonos de maneras muy gratas pero esto aquí pretende que sucede apoyándose en elementos como la música compuesta por Torin Borrowdale juega un papel muy importante porque sin ella carecería por completo de esa tensión que por regla necesitan este tipo de trabajos.


Más allá de ser una cinta muy genérica en su ejecución y desarrollo el guión es sumamente engañoso y pretende ser  muy inteligente; la idea de que a Chloe le interese la robótica está puesto a propósito para que con eso justifiquemos el final que ya predecimos desde antes de la mitad así como el fingido conflicto que tienen estas 2 mujeres porque una quiere salir de la casa para ir a la universidad y es aquí donde no es que las cosas se enreden sino más bien es donde le dan tantas vueltas al asunto que es tiempo perdido con diálogos sin sentido que no llevan a ninguna parte, mucho menos a enriquecer la trama.

Durante la primera media hora se manejan bien los aspectos de horror de la historia muy al estilo de Stephen King  con It,  el que ella se levanta por la noche para usar su computadora es uno de esos pequeños detalles que esperamos que conformen una escena en donde todo vaya cuadrando sin perder esa esencia original pero todo esto desaparece después de haber visto 25 minutos, además es muy poco el tiempo que hay antes de la mitad que es donde revela el primer gran giro, lo que comentaba de las pastillas verdes, después de esto la película no toma un respiro durante los próximos 45 minutos y se pierde por completo el desarrollo de personajes.

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No es muy difícil hablar del final cuando ya nos han estropeado todo porque es algo que hemos visto una y otra y otra vez en otro tipo de trabajos pero mejor logrado y a qué me refiero con esto a que Chloe al tratar de escapar de esta mujer descubre casualmente que ella no es su madre, que la Chloe original murió 2 horas después de nacida y que fue Diane quien se robó a un bebé de los cuneros del hospital para criarla como su difunta hija pero para evitar que ella supiese la verdad la enferma para que nunca pueda irse, al final la víctima sale avante de la situación regresando con sus padres biológicos y aprendiendo a caminar, visita a su supuesta madre en la cárcel y lleva consigo esas pastillas verdes que le da a tragar a manera de venganza por lo que le ha hecho, un final sumamente cliché, mal hecho que no es nada satisfactorio y traiciona todo el tema de la película.

El casting de actores lo conforman Sarah Paulson, Kiera Allen, Onalee Ames, Sara Sohn y Pat Healy quienes a cada momento pretenden estar en una linea muy seria siendo Paulson quién más experimentada está en este género que trata de hacer que su personaje sea sutil sin llegar a ser tan exagerado pero son las mismas deficiencias del guión la que la mantienen muy plana en su relación enfermiza de una madre con su hija.

En resumen, aquí cabe que hagamos la siguiente pregunta ¿Run está a la altura de las expectativas o es solamente un trabajo  transitorio que busca un lugar que no encuentra en el género de horror? a lo que podemos responder que es solo un thriller que se vende como algo que en realidad no es, con actuaciones regulares que no aportan nada al género de suspenso.

Run ya está disponible en la plataforma de Netflix.

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