Los personajes históricos han causado curiosidad y controversia a lo largo de los años, quienes han hablado de ellos tienen su propio punto de vista de lo que pudo o debió suceder y más aún en los hechos que se tratan de representar.
Desde la biblia y su interpretación de lo que fue la vida de Jesucristo hasta personajes que cambiaron de manera parcial el rumbo de la humanidad, ya sea por sus descubrimientos científicos o por la conquista de territorios en nombre de un imperio.
El cine ha visto en estos personajes una oportunidad de revivir hechos de manera más real que ha servido no solo para entretener lo que ha sucedido sino hasta para pretender y educar tomando esto como referencia en clases de historia a todos los niveles escolares más no como algo fiable y creíble.
Junto con esto las guerras y las grandes batallas han sido protagonistas de grandes producciones cinematográficas, el director Ridley Scott ha sido un director muy versátil al momento de contar sus historias, ha dejado la ciencia ficción espacial y los robots por algo más complicado, narrar la vida de uno de los hombres más controvertidos, incomprendidos y polémicos hasta nuestros días, en este 2023 estrena en salas de cine la cinta Napoleón que promete que veremos algo completamente diferente a lo que sabemos.
¿De qué va la película?
Una mirada personal a los orígenes del líder militar francés, su implacable travesía hacia el poder y su rápido y despiadado ascenso a emperador, la historia se cuenta a través de la relación entre Napoleón Bonaparte (Joaquin Phoenix) con su esposa y único amor verdadero, Josephine (Vanessa Kirby).
Muchas producciones cinematográficas y televisivas han tratado de narrar los hechos alrededor de Napoleón Bonaparte, no podemos negar que como personaje histórico ha sido muy relevante para la historia moderna de la humanidad, sus tácticas militares lo llevaron a convertirse en un líder bélico y a formar su propio imperio, no es de extrañarnos que estos proyectos hayan tenido sus éxitos y sus fracasos, cada una ha tratado de aportar algo nuevo y de manera diferente de como se supone que fueron las cosas.
La idea de llevar a la pantalla grande este proyecto biográfico no suena nada mal, lo distinto es el enfoque que se le quiere dar, Si bien sabemos Napoleón Bonaparte ascendió al poder y fundó todo un imperio, también sabemos que el gran amor de su vida fue Marie Josèphe Rose Tascher de La Pagerie/ Josephine Bonaparte/ Joséphine de Beauharnais, históricamente se pueden poner en duda algunos eventos de la cinta, este tipo y género de cine tiene reglas muy específicas y una de ellas es respetar la cronología de eventos.
Como material audiovisual podemos decir que este trabajo de Ridley Scott es casi impecable, la ambientación, el vestuario de Janty Yates y David Crossman, la cinematografía de Dariusz Wolski, la dirección de arte están sumamente bien planeadas y cuidadas hasta el más mínimo detalle, si hacemos a un lado el guión y su historia es todo un espectáculo como los que suele presentar este director, crear atmósferas que se vean y se sientan reales no es nada fácil mucho menos hoy en día que como público asistente a una sala de cine somos más exigentes.
La película abre con estas citas:
1789…
Revolución francesa…
El pueblo entra a la revolución por la miseria…. y termina en la miseria por la revolución…
Los franceses salieron del engaño por falta de comida y la depresión económica generalizada…
Los anti-realistas pronto acabarán violentamente con el rey Luis XVI y 11 mil de sus simpatizantes… y luego se enfocarán en la última reina de francia, Maria Antonieta…
Mientras un ambicioso oficial de artillería corso llamado Napoleón Bonaparte busca un ascenso…
Lo anterior ya nos pone en contexto de lo que vamos a ver, la secuencia de apertura presagia el ascenso de Napoleón Bonaparte, futuro emperador de Francia, la ejecución y decapitación de María Antonieta y de cómo un hombre tiene la ambición de ser el mejor de todos y llevar la victoria a Francia, lo que daría paso a una gran tensión política en la Europa del siglo XIX, entonces empiezan las guerras Napoleónicas en donde vemos solo un poco de la Batalla de Toulon, la Batalla de las Pirámides, la Batalla de Austerlitz y por supuesto la Batalla de Waterloo que es la estrella.
Toda esta acción sucede mientras se desarrolla una sub trama que involucra el noviazgo y romance con Joséphine de Beauharnais y por momentos se transforma en la historia de ella y no de él para volver a cambiar el ritmo y tono de su narrativa, pasamos del drama romántico a la acción y viceversa, esto resulta confuso para el espectador, la versión original de 4 horas sufrió cambios para poder ser exhibida en cines, los recortes que se le hicieron se notan y son evidentes, pasamos de una cosa a otra sin tener un contexto previo, los diálogos se sienten pesados y esto por momentos aburre.
Es más que evidente que el guión escrito por David Scarpa se toma demasiadas libertades creativas y rompe las reglas, intenta que sus personajes tengan un subdesarrollo que queda muy corto para el tiempo que tienen en pantalla, el ascenso al poder de Napoleón Bonaparte y sus tácticas belicistas que llevaron a la muerte a millones de personas de su pueblo y que concluye con su muerte en 1821, hay secuencias impresionantes que pretenden mostrar el horror de una guerra desde las balas que atraviesan cuerpos hasta las siluetas en llamas que huyen de sus atacantes.
Las cartas escritas por Napoleón a Josephine son el eje de todo y se expresa a través de la voz en off que intenta desarrollar un romance que resulta poco creíble, plano y sin una emoción que se sienta auténtica. Josephine está y no está, es y no es, los diálogos entre ellos son extensos y con muy poca sustancia, se representa así misma como una mujer muy práctica que vive en una época caótica y problemática en la que el pueblo francés expulsa a un grupo de gobernantes ególatras para entregarle las riendas del poder a alguien que está aparentemente más loco siendo que solo es un hombre incomprendido.
Esta parece ser una película sobre dos personas que llegan a ver el poder como una meta en sus vidas, él sobre Francia y luego sobre la Europa continental y ella sobre este hombre poderoso que queda obsesionado por su belleza, esto suena más a un intercambio de intereses personales que a una pareja que quiere establecer que el amor es lo más importante y lo que le da un sentido a su existencia.
Napoleón como personaje no define su personalidad está instalado en ser el que tenga el control de todo en todo momento y no nos permite ver a ese hombre que se supone tiene un lado sensible y romántico que enamora no solo a quien es el amor de su vida sino a nosotros como audiencia, el punto clave de la película es esa extraña fijación que él siente por una mujer que según su guión no estaba tan interesada en él como hombre sino como una figura de poder.
La cinta como tal pasa de ser algo biográfico e histórico a un drama de ficción con acción, su protagonista por lo que conocemos de la historia era un estratega brillante que se llevó victorias pero que no dejó de ser un genocida, Scott lo retrata de una manera fantasiosa en una mezcla entre hombre de acción y superhéroe, su ascenso en cada batalla ganada sucede demasiado rápido, como espectadores no tenemos tiempo de ver cómo es que sucede y con su romance sucede lo mismo, pasamos del punto A al punto D en donde ya hay cosas que sucedieron y que son importantes para seguir con su desarrollo.
El hilo conductor que es el romance es algo que de poco a poco se va diluyendo hasta llegar al punto de una separación porque después de una década de matrimonio ella todavía no ha podido darle un hijo, por otro lado se reconoce la brillantez táctica, la astucia despiadada de este hombre en el campo de batalla, y su desmesurada ambición por el poder pero en todo lo demás ámbitos nunca se nos da una idea clara y concreta del por qué alguien debería seguir a este desquiciado emocional a una batalla, si hablamos de poderío territorial también se debe abordar el tema político y poner las cosas en contexto y haya una justificación porque estamos hablando de hechos históricos y eso aquí no sucede de hecho está completamente ausente.
Como película interpretativa y basada en hechos históricos reales es más que muy entretenida y combina bien su acción con la actuación, Scott como director es exuberantemente confiado en su ya característico estilo cinematográfico, conoce y maneja muy bien la narración épica y lo ha demostrado en cintas como Gladiator (2000), Kingdom of Heaven (2005) y The Last Duel (2021) su estilo lo ha llevado a que sus producciones sean más espectaculares que certeras, este género necesita más de una historia base muy concreta que solamente visuales.
Lo poco cuidado de su edición hace que varias de sus secuencias como por ejemplo el distanciamiento de Napoleón y Joséphine y su posterior pseuda-reconciliación ocurre en un lapso de solo unos minutos, o cuando se menciona que han pasado 15 años desde que comenzó nos falta material para saber qué es lo que pasó en todo ese tiempo, es muy poco probable que una película de dos horas y media pueda abarcar una vida tan grandilocuente como la de Napoleón, el resultado se siente apresurado e incompleto, tan libre es la versión que nunca vemos que sostenga su mano dentro de su chaqueta como aquella imagen tan clásica, tampoco se habla de ese dicho de que la grandeza se mide de la cabeza al cielo, esto no se basa en suposiciones populares sino en una suposición personal de lo que se cree que fue.
En este caso vamos a pensar bien, vamos a decir que el corte que está actualmente en cines está editado para este formato y que le faltan 2 horas de metraje en los que seguramente veremos las cosas más a detalle, con una narrativa más fluída y con el completo desarrollo de los personajes, esto no es justificación para decir que este trabajo es malo pero tampoco para decir que es bueno, tampoco podemos negar ni afirmar que sea uno de los peores trabajos de Scott, si existe un metraje de 4 horas es porque fue concebido así para aprovechar el tiempo, su resultado hasta ahora es algo mediático que se queda pendiente, es quizá a esto que se deba su fracaso en taquilla.
Uno de los posibles grandes fallos que tiene es su protagonista, Joaquín Phoenix ha demostrado más de una vez que es un estupendo actor, pero para esta cinta se necesitaba a un francés que entendiera, sintiera y reflejara toda la grandeza de Napoleón y no un actor norteamericano pero entendemos que esto es solo algo basado en algo y nada más, por otro lado tenemos el idioma, nunca se pensó ni se concibió para que estuviera hablada en francés, entonces esto es la película biográfica de un personaje francés en idioma inglés,
un producto comercial que no pretende educar ni tampoco ser históricamente precisa es solo entretenimiento problemático y confuso como una sátira mordaz y una crítica al azar y no aquél conquistador implacable que sólo estuvo realmente vivo cuando estuvo rodeado de tanta muerte.
Al final podemos decir que después de tanta acción, drama y un supuesto romance las cosas se transforman en algo reflexivo para su perconaje central, un recuento de lo que ha hecho y de cómo afectó su vida y cambió el rumbo de una nación, lo espectacular que es la batalla de Waterloo es justamente lo que todos queíamos ver y no desepciona por el contrario es la mejor parte de todas.
La película cierra con estas citas:
Napoleón Bonaparte murió el 5 de mayo de 1821 después de 6 años de exilio en Santa Elena…
Lidereó 61 batallas…
- Tolón 6000
- Marengo 12000
- Austerlitz 16500
- Borodinó 71000
- Waterloo 47000 en un día
- Invasión de Rusia 460000
De 1793 a 1815 mpas de 3 000 000 de muertos…
Sus últimas palabras fueron Francia, Ejército, Josephine…
Al final la reflexión y pregunta que nos deja es, y todo esto ¿para qué? como dato histórico para hacerla un poco más creíble está bien pero jamás se toma la molestia de plantear bien sus justificaciones y cae en el trillado cliché de que es solo un punto de vista, una idea más generalizada y moderna, algo espectacular pero muy plano y sin sustancia, buenos actores en buenas tomas con un buen equipo técnico y muy creativo, un segmento que representa una parte muy importante en la historia de la humanidad que solamente se ve bien.
El cast lo conforman entre otros Joaquin Phoenix, Vanessa Kirby, Tahar Rahim, Ben Miles, Ludivine Sagnier, Youssef Kerkour, Ian McNeice, Matthew Needham, John Hollingworth, Sinéad Cusack, Phil Cornwell, Édouard Philipponnat, Catherine Walker, Mark Bonnar, Davide Tucci, Sam Crane y Rupert Everett quienes hacen un muy buen trabajo que podría haber sido mucho mejor si la dirección y el guión tuvieran un rumbo definido y más concreto.
La música compuesta por el músico británico Martin Phipps que es un gran acierto, piezas que van de lo conmovedor a lo espectacular sin perder su personalidad, un trabajo que sin ser excesivamente orquestal logra estar a la altura de lo que se requiere.
En resumen, Napoleón es una cinta a medias que nos deja a medias hasta en esta reseña, no hay mucho que contar o hacer un spoiler sobre su contenido, es cuestión de tiempo para que se presente la versión completa de 4 horas en Apple TV+ y podamos ver y decidir si esto es un trabajo que vale la pena de convertirse en un clásico o no, mientras esto sucede nos quedamos con un producto que no cumple con lo que promete, que se esfuerza por ser algo que no es, por ser complicado, aburrido y sin sentido, que se engaña a sí mismo rompiendo sus propias reglas, que solo es un entretenimiento de alta calidad audiovisual pero muy olvidable.
Napoleón ya se encuentra disponible en salas cinematográficas de nuestro país.
Quieres saber ¿Quién fue Napoleón? Checa este video.
