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Reseña Película: Ghostbusters: Frozen Empire una propuesta interesante y entretenida que termina siendo aburrida

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La nostalgia en estos tiempos es tan añorada y abnegada que ya se ha vuelto más que una moda en las producciones hollywoodenses, ante la crisis de creatividad y de ideas originales se cree que el transformar algo que ya tuvo éxito volverá a repetirlo y en muchos casos no es así.

Si bien hay cosas que no debieron ser tocadas ni para modernizarlas ni para hacerles reboot mucho menos para continuarlas en precuelas o secuelas que nos cuenten algo que no nos interesa saber, lo que vimos es lo que hay, mucho de esto ha sobrevivido al paso del tiempo volviéndose un clásico de culto entre propios y extraños.

Franquicias van, franquicias vienen y muy pocas son las que se quedan y marcan una diferencia, hay otras con las que ya no saben qué hacer casos asi tenemos sagas como Aliens, Indiana Jones, Terminator y muy recientemente ghostbusters, estrenadas en una década de la que muchos se avergüenzan y de la que otros ven un supuesto éxito potencial los estudios han querido forzar las cosas para hacerlas mejor con un resultado no muy exitoso como pensaban.

Ghostbusters en este caso tuvo éxito solo en su primera entrega, ante tantos problemas de agendas y de guiones fallidos su secuela Ghostbusters 2 (1989) no tuvo buenas críticas, pretendieron hacer durante años una tercera parte que tuviera a su elenco original pero ya era demasiado tarde para continuar con estas aventuras cómico/paranormales.

Ghostbusters Afterlife (2021) del director Jason Reitman trató de revivir una franquicia que al parecer ya lo había dado todo, ya no se podía contar más allá de lo que ya sabíamos y recurrió fácilmente a una nostalgia que no aporta nada y solo para hacernos pasar un rato entretenido, una nueva generación de cazafantasmas nos fue presentada y aún no han podido tener su propia personalidad, el peso de sus antecesores es demasiado y como espectadores buscamos en este producto la esencia de su original.

En este 2024 regresa a la pantalla grande Ghostbusters: Frozen Empire, una secuela dirigida por Gil Kenan y que pretende traer aún más nostalgia con una historia diferente y que sirva para futuras secuelas.

¿De qué trata la película?

Después de los eventos ocurridos en una granja en Oklahoma, el equipo de Ghostbusters regresa a donde comenzó todo a la icónica estación de bomberos en Nueva York, todo parece ir medianamente bien, cuando el descubrimiento de un artefacto antiguo libera una fuerza maligna  la familia Spengler unirá fuerzas con los viejos Ghostbusters para proteger la ciudad y salvar al mundo de una segunda era del hielo.

No sé qué sea peor y más triste si abogar por la nostalgia o seguir intentando revivir una franquicia que les de un éxito, los estudios Sony Pictures han tenido los derechos durante muchos años y han tratado desesperadamente de llevar más secuelas a la pantalla grande incluso con un reboot hecho por mujeres de la cuál nadie quiere acordarse, y no porque esto fuera un mal trabajo que evidentemente lo es, es por el hecho de que nada de lo que se haga podrá imitar pero nunca emular lo que fue.

Ghostbusters como franquicia ha tenido un sin fin de problemas, desde que su elenco original tuvo problemas de agenda hasta que no querían regresar si no estaban completos, lamentablemente para que este suceso se diera tuvo que ser después del fallecimiento de Harold Ramis en 2014, momento en el que las cosas empezaron a cambiar y decidieron participar a manera de homenaje para que un amigo, un actor, un guionista y un director de cine tuviera un homenaje y una despedida de un público que añoraba ver otra historia con todos ellos juntos.

La idea de modernizar y ser inclusivos en esta saga ya se hizo, ya se probó con Extreme Ghostbusters (1997) una serie animada que pretendía ser una continuación directa de otra serie animada, The Real Ghostbusters (1987) y que forman parte de la franquicia, la serie en cuestión presentaba a un equipo de jóvenes de nivel universitario que eran instruidos y  guiados por el veterano cazafantasma Egon Spengler, tal fue su éxito que solo duró una temporada de 40 episodios en donde teníamos a diferentes personajes en situaciones recicladas de su original.

Entre sus personajes estaban Egon Egon Spengler como tutor del nuevo equipo, a Janine Melnitz personaje importante en esta saga en la que a veces es una parte activa como cazafantasma, secretaria y encargada de la contabilidad y relaciones públicas, entre los “nuevos elementos” están una exalumna de Egon Kylie Griffin, una chica gótica y la única miembro que poseía algunos conocimientos paranormales antes de integrarse al equipo, Eduardo Rivera un vago y sarcástico chico que no cree del todo en los fenómenos paranormales y que guarda cierta analogía con Peter Venkman, Roland Jackson el mecánico del grupo, el sensato, el maduro y el que toma las mejores decisiones para el equipo que junto con Egon ayuda a reparar y mejorar los paquetes de protones y el Ecto-1 y finalmente tenemos a Garrett Miller miembro del equipo discapacitado que usa una silla de ruedas ´pero que tiene una actitud muy asertiva, testarudo y entusiasta a pesar de que nació con una incapacidad para poder caminar y que a lo largo de la serie se burla así mismo de su “condición” usando a menudo la frase “¡Nunca subestimen la capacidad de los discapacitados!” para ser un personaje inclusivo da la casualidad de que es el único cazafantasma en la historia del merchandising de la franquicia del que nunca se hizo una figura de acción (si, qué ojetes).

Lo anterior viene al caso porque en esta nueva cinta tenemos algo muy similar que trata de seguir el patrón de esta serie en particular, tenemos a Callie Spengler (Carrie Coon) hija del fallecido Egon Spengler (Harold Ramis) líder del equipo y madre del rebelde e inmamable Trevor (Finn Wolfhard) y de la inteligente y encantadora Phoebe (Mckenna Grace) que junto con su novio Gary Grooberson (Paul Rudd) se han mudado de la granja y la vida tranquila de Oklahoma a la ruidosa y problemática gran manzana instalándose la estación de bomberos  mientras que sus amigos Podcast (Logan Kim) y Lucky Domingo (Celeste O’Connor) trabajan con Ray Stantz (Dan Aykroyd) y el millonario filántropo ex Ghostbuster Winston Zeddemore (Ernie Hudson).

A diferencia de la citada serie animada Ghostbusters: Frozen Empire intenta presentar y seguir desarrollando demasiados personajes, historias y aventuras en donde hubo tiempo para todo menos para contar lo más importante, la integración de esta familia como equipo de cazafantasmas, algo que queda vagamente equilibrado entre lo nuevo y lo viejo y que poco mejora lo que su antecesora no hizo, vemos imágenes familiares y diálogos mejor estructurados y que al mismo tiempo mueve a todos estos personajes y los lleva en una dirección muy diferente.

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La secuencia inicial ocurre en un Nueva York de 1904 en donde un grupo de bomberos pertenecientes a Hook & Ladder que ocupa la actual sede de Ghostbusters acude a un llamado muy poco usual en el Manhattan Adventurers Society, ahí llegan a un salón en dónde todo y todos están congelados, una alerta de emergencia que ninguno había visto antes y en donde uno de ellos sotiene un artefacto esférico con una extraña simbología que se mueve y se cierra conteniendo algo que no saben qué es pero que deducen que es el responsable de lo sucedido.

De ahi pasamos a un Nueva York actual la familia Spengler a bordo del Ecto-1 persiguen a un dragón fantasma de las alcantarillas de Hells Kitchen, si, mismo barrio que vigila Daredevil, podemos ver una secuencia de acción y persecución en donde hacen uso de la tecnología que tienen entre esto un nuevo dron trampa que maneja Callie y con el que capturan a la espectral criatura, pero esto trae destrozos a la ciudad y consecuencias para el equipo, vemos que regresa un personaje de la saga original el ahora alcalde de la ciudad Walter Peck (William Atherton) un viejo y desquiciado oponente de los Ghostbusters originales, es él quien los hace responsables de los daños causados a la ciudad en su persecución, las acusaciones toman un giro diferente cuando cuestiona la intervención y el trabajo que hace de Phoebe en el equipo siendo menor de edad.

De este punto y en adelante vemos demasiadas escenas y secuencias de relleno, mientras que el equipo está fuera cazando fantasmas que es lo que como audiencia queremos ver y en cambio vemos que Phoebe conoce y se hace amiga de un fantasma llamado Melody, quien murió en un incendio con su propia familia cuando ella tenía 16 años y no puede descansar en paz, qué emocionanteeeeeeeeeeeeee, una sub trama pendeja que no lleva a ninguna parte ni aporta nada a la historia, secuencias así o bien que abogan por la nostalgia es lo que vemos incansablemente, al inicio y en el noticiero la gente expresa su inconformidad ante lo peligroso que son las acciones de este equipo, vemos que hacen una referencia a la estatua de la libertad que cobra vida en Ghostbusters 2, vemos un comercial de televisión y parte del video oficial del tema cantado por Ray Parker Jr. con la pregunta que ya no es a quién vas a llamar sino quién pagará todos esos destrozos en la ciudad.

Las referencias aunque muy forzadas quedan bien y da gusto verlas pero, el guión escrito por Gil Kenan, Jason Reitman tiene grandes fallos y se preocupa más por pendejadas como estas de que Phoebe es amiga de un fantasma y lo que hace en sus ratos libres porque se siente tan sola y tan inútil fuera del equipo hasta que se preocupen por pagar daños, situaciones que están a favor de la nostalgia y que sirven solo para presentar viejos personajes o referencias o situaciones que por establecer un punto concreto en su historia que sea lo suficientemente fuerte y sólido para seguir manteniendo esta franquicia en el gusto popular.

En muy poco y en muy breve se nos cuenta toda esta mitología alrededor de un antiguo y malvado monstruo que “accidentalmente” se libera del artefacto de metal en el que estaba aprisionado y que ahora amenaza a la humanidad con una nueva era del hielo permanente y en la que fantasmas capturados estarán libres y causarían estragos en Manhattan y así poder extenderse por todo el mundo, mientras que Ray, Phoebe y Podcast visitan al Dr. Hubert Wartzki (Patton Oswalt) en la Biblioteca Pública de Nueva York misma que vimos en Ghostbusters (1984) quien les explica que el esférico artefacto estaba destinado a encarcelar al dios demoníaco Garraka que buscaba conquistar esta dimensión con su capacidad de controlar telepáticamente fantasmas y tener la habilidad de bajar la temperatura a un cero absoluto cuando se alimenta de emociones negativas como el miedo.

Este demonio Garraka quedó atrapado en el artefacto tras una batalla con cuatro hechiceros llamados los Maestros del Fuego hace miles de años y que fue brevemente liberado miles de años más tarde por la Manhattan Adventurers Society en 1904, lo que vemos en la secuencia inicial, una sociedad pitera de personas que por pasatiempo se dedican a descubrir objetos y artefactos perdidos que supuestamente tienen alguna maldición o esconden algún tipo de magia, al estar libre mata a sus miembros antes de ser recapturado por uno de los descendientes directos de los Maestros del Fuego, se les dice que la biblioteca alberga una grabación del fonógrafo del ritual que hicieron en el club para liberarlo, un fantasma conocido como el Poseedor intenta robar la cinta y que es destruido junto con uno de los leones de mármol de la biblioteca durante la persecución, en respuesta al daño causado el alcalde Peck toma la estación de bomberos y confisca el equipo original así como todos los artefactos, su tecnología e información que poseen los Ghostbusters.

Ahora esta familia necesita formar un equipo más sólido para detener a este demonio y vemos escenas y secuencias largas, estúpidas e innecesarias de que no pueden ponerse de acuerdo de quién hace qué y quién es quién, la lógica de cómo podría ocurrir toda esta invasión paranormal y destrucción innecesaria a gran escala hace que  consulten al personaje de Nadeem Razmaadi (Kumail Nanjiani) y les explique un plan complicado e igualmente innecesario de qué es lo que deben hacer y en qué momento.

Mientras esto sucede seguimos viendo en lo que es una gran parte de la película a Phoebe que sigue aburrida porque se le ha prohibido cazar fantasmas porque solo tiene 15 años y su corta vida puede correr peligro, asu desarrollo como personaje pasa de ser la chica brillante, inteligente, ingeniosa, valiente y aguerrida a ser solitaria y aburrida, la relación que tiene con el fantasma de Melody nos hace suponer que ahí hay un coqueteo evidente entre estos personajes, ni los guionistas ni su director y mucho menos el estudio cinematográfico se arriesga para permitir que se presente un romance entre ellos, entonces, esta sub trama no concreta ni aporta, ni se dirige hacia ninguna parte, en este punto recordemos que estamos en una cinta de Ghostbusters y lo que queremos ver es que cazan fantasmas no que haya romances y dramas pendejos que solo sirven para quitar tiempo y atención vital de lo que realmente nos ocupa.

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Para cualquiera de nosotros que ya tiene la edad suficiente para haber vivido en la década de los 80 y haber visto el éxito inminente e indiscutible de Ghostbusters en 1984 cuando se convirtió en un auténtico fenómeno en taquilla y en merchandising, esta historia de Phoebe nos parece más la de una mocosa que exige unos derechos que aún no tiene como menor de edad y a la que el guión favorece demasiado al recordarnos a cada momento cuál es su situación, una niña malcriada de una nueva generación que se acerca a lo sobrenatural no con asombro o humor irónico como anteriormente vimos, sino con un berrinche muy poco creíble y que queda completamente fuera del contexto en el que está.

Ghostbusters: Frozen Empire es un ejercicio de nostalgia, una película poco adecuada con sus propios arcos argumentales de personajes y ritmos narrativos disparejos que son evidentes en los grandísimos agujeros de guión que tiene y esto debido a los constantes cambios y refilmaciones en donde quitaron secuencias que seguramente aportan más a lo que vemos y que amplían más el panorama general de que esto es algo nuevo que puede llegar a funcionar como una saga independiente dentro de una moribunda franquicia, como lo fue el caso de Jurassic World (2015) misma fórmula pero no el mismo interés.

La interacción de los originales con este nuevo equipo y este enfoque y mensaje moral que se centra más en la familia Spengler a ratos es una rara combinación, mientras que los nuevos aún no tienen una personalidad definida, los originales siguen un replanteamiento más concreto, Winston trabaja como un benefactor de investigación secreto y de alta tecnología. Ray Stantz es una figura más apacible y cómica el simpático del grupo, una fuente de conocimiento y consejos para los más jóvenes, sin embargo, la aparición de Peter Venkman (Bill Murray) y Janine Melnitz (Annie Potts) en este nuevo y recortado guión no hacen mucho más que soltar un par de frases ingeniosas y chistes y ser una parte muy breve en la acción lo mismo que al encantador Slimer, verlos nuevamente y quizá por última vez en pantalla con buenos personajes que aquí están completamente desperdiciados y que pudieron aportar más a la historia quedan solo como una nostálgica referencia a lo que pudo ser bueno o quizá maravilloso hace muchos años.

Los Guiños y las referencias a las películas originales no suman mucho y se vuelven molestos, desvían demasiado la atención de la audiencia de lo que podría ser una aventura juvenil más sólida y mejor estructurada, en donde cada uno tuviera su momento de brillar en pantalla enfrentándose a nuevos desafíos como Ghostbusters, a plantear que en un futuro estos personajes pueden aportar más y grandes cosas a su nueva saga que tenga su propia personalidad y sea completamente independiente a todo lo demás, que en cada entrega nos muestren algo distino que demonios encerrados en cuadros o en artefactos o que tengan la forma de un muñeco de malvavisco o que quieran venir a conquistar y dominar esta dimensión desde el más allá, todo esto es lo que se puede definir como un refrito mal hecho.

Los efectos especiales y las secuencias de acción están bien a secas, vemos muy poco de lo que se presentó en su primer trailer y que aquí esas escenas las cortaron y jamás las vimos, la acción aunque bien nos demuestra que el director Gil Kenan no tiene ni idea de lo que representa el nombre GHOSTBUSTERS ni tampoco lo que hicieron en su momento Iván Reitman como director y Dan Aykroyd y Harold Ramis como guionistas, su enfoque es más hacia la juventud rebelde, mientras una se aburre el hermano es un inmamable presumido e insoportable, personajes que no causan ni lástima ni que alguno se identifique con ellos, su enfoque va más a lo familiar a la convivencia y la adaptación, y aquí cabe hacer la pregunta si esto es más un drama familiar y de identidad que una cinta de acción ¿para qué chingadas mierdas se llama Ghostbusters???? Señor Kenan lo que queremos como audiencia es ver más acción, más fantasmas y algo cómicamente aterrador que dramas pendejos, entiéndalo!

Como es de esperarse este equipo detiene a este demonio pero aprenden que como equipo y como familia pueden llevarse mucho mejor mientras haya tolerancia y respeto, la cinta queda abierta para una posible tercera parte con una escena post créditos que involucra a los ahora pequeños  Stay Puft Marshmallow Man robándo un camión, el cierre que pretende ser chistoso y que a huevo trae a estos personajitos.

¿Cuál es el elenco de la película?

El elenco lo conforman, el equipo de los nuevos: Paul Rudd, Carrie Coon, Finn Wolfhard, Mckenna Grace, Kumail Nanjiani, Patton Oswalt y el equipo original: Bill Murray, Dan Aykroyd, Ernie Hudson y Annie Potts, es evidente que en cuestiones de actuaciones los originales superan por mucho a los nuevos, pareciera que cada equipo fue dirigido por diferentes directores y que mientras unos hacen lo que pueden con lo que tienen los otros saben perfectamente bien qué hacer, no podemos decir que es un desperdicio de talento pero sí que bajo otra perspectiva y dirección las cosas pudieron ser mucho mejores.

¿Quién compuso la música?

La música compuesta por Dario Marianelli tiene momentos interesantes que evocan a lo ya hecho por Elmer Bernstein, Randy Edelman y Rob Simonsen con toques modernos sin faltar el tema de Ray Parker Jr. recompuesto y remezclado.

En resumen, es triste y decepcionante que Ghostbusters: Frozen Empire sea un fallido ejercicio que aboga por la nostalgia y que recurre a viejos personajes y gags porque no puede sostenerse por sí sola sin que haya una referencia clara y concisa de lo que representa esta franquicia en la cultura pop y en la cinematografía, una película que empieza siendo entretenida y que termina siendo aburrida, no logra tener un punto de equilibrio entre lo que es y puede llegar a ser una saga exitosa, que vive a la sombra de algo que hasta hoy es insuperable.

Ghostbusters: Frozen Empire ya está de estreno en salas cinematográficas de nuestro país.

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