Los fans de Star Wars reconocen el 4 de mayo como el día de “May the 4th be with you” una saga que pasó de la pantalla grande a los cómics, libros, series de televisión y es en este último en donde para bien ha ganado mucho terreno, primero con la serie animada de Star Wars: Clone Wars (2003) del creador, productor ejecutivo y director Genndy Tartakovsky, luego la animación CGI Star Wars: Clone Wars (2008) de Dave Filoni.
Para conmemorar este día la plataforma de Disney+ ha estrenado una secuela / spin off que da continuidad a los eventos de la serie del 2008 y ha sido espectacular y del gusto de todos los que la esperaban.
Star Wars: The Bad Batch es lo nuevo en la pantalla chica pero tampoco es tan nuevo porque los personajes nos resultan conocidos, este equipo de Clonetroopers rápidamente se ganó la atención y el cariño de sus seguidores.
¿De qué va la serie?
El capítulo titulado Aftermath comienza justo cuando Obi-Wan Kenobi se prepara para enfrentarse al General Grievous en Utapau (evento que vimos en live action en en Star Wars Epsidode III: Revenge of the Sith) por otra parte la general Jedi Depa Bilaba lucha otra batalla en el planeta Kaller con su Padawan Caleb están al frente de un batallón clon contra uno de los últimos ejércitos de droides de Grievous; superados en armas y teniéndolo todo en contra son rescatados por el escuadrón Bad Batch, entonces, es cuando llega la fatídica orden 66, momento de matar a todos los Jedi.
La mayor parte del episodio tiene lugar en el planeta Kamino en donde se encuentran las instalaciones de clonación, mismos que vimos en Star Wars Episode II: Attack of the Clones pero reciben la visita de un personaje muy querido, Moff Tarkin como el representante del naciente imperio galáctico quién ha llegado para evaluar las necesidades del ejercito imperial con estos 5 clones defectuosos Wrecker, Hunter, Echo, Tech y Crosshair, este último aún mantiene el chip inhibidor lo que lo hace cumplir las órdenes impuestas por el emperador y con esto crear una política burócrata fascista.
Si bien la serie se enlaza directamente con eventos anteriores su desarrollo es dinámico, lo que vemos en pantalla es el mismo formato y la misma línea que ya habíamos visto antes solo que con una perspectiva muy diferente.
Este primer episodio de la serie tiene un comienzo muy interesante porque el logotipo de The Clone Wars arde para revelar The Bad Batch, y situarnos ya en lo que será este trabajo que se siente muy apegado al canon original.
Los detalles que vemos en la animación han mejorado pero los rostros humanos continúan luciendo iguales, es decir, esta serie no se toma la molestia de mejorar los rasgos porque son característicos de este estilo que se siente más artesanal como si fueran muñecos de madera pero a la vez es más sofisticada y estilizada, la atmósfera que crean realmente nos sitúa en una realidad; a lo largo de lo que vemos, el desarrollo no es limitado e inmediatamente la sitúa como una secuela directa, tanto así que desde el inicio escuchamos la voz en off del narrador que recapitula lo que sucede en las películas para cine como la serie en la que se basa, junto con esto la línea del tiempo que maneja es ubicarla en momentos estratégicos.
Una de las sorpresas que vemos es la aparición de un nuevo personaje, una clon joven y defectuosa llamada Omega (Michelle Ang) con la que inmediatamente nos conectamos y deseamos saber más sobre su origen porque al parecer el Padawan Caleb y ella serán en quienes gire toda esta historia que en capítulos posteriores nos irán revelando.
El guión fue escrito por Jennifer Corbett y Dave Filoni llena de manera parcial los huecos de las series pasadas sin ser demasiado referencial, el desarrollo de los personajes va de menos a más porque cada uno de ellos tiene una personalidad definida que los hace únicos y perfectos para las misiones más peligrosas porque una de sus características es no acatar órdenes y hacer las cosas por su cuenta, este detalle enriquece mucho y aporta una nueva idea de que no todos son lo que parecen ni tampoco son iguales estableciendo lo que harán y lo que no para salvaguardar a los demás; esto nos hace recordar al videojuego de Halo: Reach en cuanto a su estructura como grupo de élite al poseer habilidades específicas que usan acertadamente en batalla.
El diseño de producción es impecable, es impresionante como este equipo puede crear nuevos mundos, nuevas criaturas, las naves espaciales y terrestres, dar un entorno misterioso y hasta siniestro que combina perfectamente con la narrativa ya que en cada escena hay algo nuevo e interesante de ver ya sea en el espacio, en algún planeta o en el interior de una nave porque recrean a la perfección lo que caracteriza a esta saga por ejemplo, las cortinillas para los cambios de escena o el como deben lucir o de qué manera moverse.
El diseño de sonido es excelente en cualquier proyecto relacionado a Star Wars, vale la pena mencionar aquí por ejemplo las escenas en el comedor están llenas de ruido ambiental y ecos de espacios vacíos lo que crea una sensación inmersiva como en los 9 episodios en cine y en Mandalorian que son live action.
La dirección por parte de Steward Lee, Nathaniel Villanueva y Saúl Ruiz es muy buena porque se entiende perfectamente bien lo que sucede pero sobre todo, le da ese toque de aventura con sus escenas de acción sin sacarla del contexto de que lo que vemos es una serie animada pero que por su estructura debe lucir lo más real posible, en ningún momento sentimos que hay cosas innecesarias porque todo está perfectamente situado dentro de varias continuidades en eventos pasados.
La música es otro punto muy fuerte en la serie, el compositor Kevin Kiner ha creado un soundtrack muy a la altura de lo que se espera ver y por supuesto tomando segmentos de la composición de John Williams como es el caso del Imperial March un icónico tema que es muy fácil de identificar por su fuerza y por ser específicamente creado para lucir al imperio y al malvado Darth Vader.
La voces que escuchamos son de Dee Bradley Baker, Michelle Ang, Archie Panjabi, Ian McDiarmid, Stephen Stanton, Freddie Prinze Jr, Matthew Wood y Tom Kane quienes hacen un trabajo muy sobresaliente en cuanto a los tonos y los acentos que hay en cada uno de los personajes que les ha tocado interpretar.
El único problema que tiene este primer episodio es que de nueva cuenta se enfocan en situaciones políticas que seguramente veremos a lo largo de esta primer temporada haciendo especial énfasis a los imperiales y los separatistas, cosa que ya sabemos hasta el cansancio pero que sigue siendo un eje importante de la historia pero así misma cae en contradicciones porque por un lado quieren establecer un nuevo orden como república/imperio y por otro la lucha por la libertad en la galaxia, cosa que también ya sabemos como terminará pero aún así Filoni insiste en que deba ser un elemento básico en el que se basen sus historias.
En conclusión, Star Wars: The Bad Batch es un excelente pero curioso experimento de seguir con una línea temporal que bien puede arreglar el desperfecto (por no llamarlo mierda) de lo que fueron los episodios VII, VIII y IX en el cine dejándolos inexistentes para esta y otras series que vienen en camino, este es un trabajo muy bueno, muy impresionante que nos ha dejado con ganas de saber más, esta primer temporada consta de 16 episodios que se transmitirán de manera semanal.
La serie ya está disponible en la plataforma de Disney+
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