Es increíble como las series han tomado auge desde hace muchos tiempo y siguen siendo tendencia ya sea con reboots o precuelas de otras, pero, no todo es tan bueno como pensamos o bien siempre pueden superar nuestras expectativas. Apple TV+ ha apostado por contenidos novedosos ya sea en este género o en otros y se ha arriesgado a cambiar el formato y presentar cosas nuevas, este es el caso de Servant un thriller psicológico y misterioso que ha captado la atención de muchos.
¿De qué va la serie?
El plot es muy sencillo, el matrimonio de Sean Turner (Toby Kebell) y su esposa Dorothy Turner (Lauren Ambrosse) ha perdido a su bebé de 13 semanas, ella ha quedado afectada psicológicamente desde que perdió a su hijo, él es chef profesional y trabaja desde casa, una labor que se hace cada vez más complicada por la pérdida de sus papilas gustativas, en medio de este conflicto aparece Leanne Grayson (Nell Tiger Free) llega al hogar de los Turner para ser la encargada de cuidar de Jericho, el bebé del matrimonio que es en realidad un muñeco reborn, de lo cual no es consciente Dorothy por el trauma que le dejó haber perdido a su hijo real, pero todo tomará un giro misterioso y aterrador desde su llegada.
La serie tiene una narrativa completamente distinta a las que son de su género, la duración de sus capítulos es de apenas 30 min y son 10 episodios de su primer temporada que se transmitieron en su plataforma una vez a la semana.
Después de verla completa me surgen dos dudas: ¿por qué no fue una de sus series principales desde el día de su lanzamiento? y ¿por qué ha decidido estrenar sus episodios semana a semana?
La primera duda surge porque la propuesta de su creador y escritor Tony Basgallop para la serie tiene mucha más personalidad y atractivo que algunas que ya conocemos, la segunda, porque después de una apertura fabulosa parece ser el tipo de historia de la que se puede ir perdiendo interés conforme avanzan los capítulos y de ir perdiendo espectadores porque seamos honestos, los primeros capítulos apuntan en esa dirección pero el formato permite que te quedes interesado en saber qué es lo que sigue y la fórmula funciona perfecto porque a su vez la narrativa lo permite.
La presentación que tuvo la serie tuvo un buen arranque y por arranque me refiero a los dos primeros episodios es sumamente prometedor, el primero de ellos está dirigido por M. Night Shyamalan (Glass) que luego de hacer el Sexto Sentido se ha destacado por ser un director un tanto incomprendido en sus trabajos pero aquí hace algo completamente diferente además de que le gusta este género y más que sentirse cómodo en el le gustan las historias extrañas y retorcidas, es muy convincente y destaca mucho en sus detalles, en los movimientos de cámara y los encuadres con primeros planos como la primera vez que los protagonistas se sientan a la mesa, uno al lado del otro y no frente a frente y lo que transmite con eso es un ambiente de profunda desconfianza y hostilidad.
El ambiente es claustrofóbico en el apartamento donde viven y dentro del cual transcurre toda la acción principal, acentúa mucho la atmósfera misteriosa de una historia perturbadora, de secretos y traumas no superados cuyo detonante es la muerte de un bebé a las 13 semanas de nacido lo que es muy importante de entender desde el principio porque a partir de esto es como se va desarrollando todo a manera de subtramas.
El primer giro de tuerca que tiene y lo que nos engancha a ver el segundo episodio es potente y muy efectivo que nos deja helados y preguntándonos si todo lo que vemos es real o simplemente es una terrorífica alucinación, a partir de este punto y a pesar del potencial que tiene pareciera que nada de lo que veamos más adelante pueda superar ese momento, y esa, es la sensación con la que nos quedamos al terminar de ver la temporada completa, queremos saber más.
Los personajes están bien desarrollados porque aunque los capítulos son cortos se dan el tiempo justo y necesario para hacerlo, lo mismo que la trama que de poco a mucho nos va envolviendo para no caer en el cliché de lo adivinable que puede ser sino todo lo contrario, hace que nos hagamos preguntas sobre lo que estamos viendo y cómo asimilarlo.
Pero, la mayor sorpresa que me llevé no fue ese giro, ni comprobar que el punto de vista de la historia lo tiene Sean y no su esposa Dorothy o Leanne la niñera sino que lo más más agradable fue descubrir que la serie tiene momentos de humor muy oscuro que a ratos aligera ese tono tétrico, aterrador y sombrío de la historia y que funciona realmente bien, las escenas en la cocina son muchas y están muy bien dirigidas que hasta se antoja lo que preparan pero también perturban por la carga emocional de los personajes.
Reconozco que hay capítulos donde se nota que están alargando de forma forzada el momento de revelar información a la que siempre están haciendo referencia, y el misterio alrededor de la niñera va perdiendo misticismo y complejidad conforme los personajes indagan más en su pasado.
A pesar de todo esto y que habría sido muy beneficioso estrenar la temporada completa para quienes gustan de hacer maratones Servant tiene el atractivo suficiente y la personalidad para mantenernos intrigados qué es la base de todo al final de cuentas y la ventaja de que los episodios sean de media hora.
La serie me ha sorprendido de muy grata manera porque es bueno ver trabajos que rompen con lo que se establece que debe ser la estructura de una serie y que por más sencilla que sea la primicia si la sabes llevar y narrar bien, los resultados suelen ser muy buenos.
Servant ya está disponible en Apple TV+. Por cierto, los episodios de la otra serie que podemos ver en la plataforma de la manzanita, es Amazing Stories
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