Netflix se ha consolidado desde hace ya unos años como una plataforma popular por su contenido pero más por sus exclusivas, series y películas han gozado de gran éxito como lo fue Squid Game durante el 2021.
Este 2022 no será la excepción en lo que nos ofrecerán, ARCHIVE 81 es una nueva serie de misterio, horror y ciencia ficción que está ganando terreno por sobre otras, combinar géneros puede resultar complicado si la idea base no es clara y en este caso el resultado ha sido bueno y va cada vez a mejor.
Podemos definir este trabajo como un horror analógico que toma su lugar dentro de un género que ha estado más que competido durante décadas y que muy poco puede llegar a sorprendernos, el uso de la tecnología como medio para desarrollar una historia como esta tampoco es sorprendente pero sí muy pertinente lo que le da puntos a favor.
¿De qué va la serie?
El archivista Dan Turner (Mamoudou Athie) acepta un trabajo para restaurar unas cintas de video, lo que parece ser algo simple de resolver se va complicando cada vez más a medida de que va revisando el contenido que tienen que de a poco lo van involucrando en el misterio que rodea la desaparición de una directora de cine y un culto demoníaco que ella investigaba, lo que lo pone en riesgo de ir perdiendo la cordura y su propia vida.
Podríamos decir que su premisa es interesante, la serie se basa en el podcast del mismo nombre escrito y producido por Marc Sollinger y Dan Powell sobre unos investigadores que van catalogando el archivo en video de un cineasta desaparecido, ya antes hemos visto trabajos así como por ejemplo Alice Isn’t Dead (2016), Lore (2017), Alex, Inc (2018), Homecoming (2018), Dirty John (2018) que a pesar de sus variados géneros ha impuesto sus propias reglas, es decir, su narrativa no puede ser tan convencional es de hecho la representación de lo que se escucha en su fuente base.
Teniendo esto en cuenta en ese mismo contexto entonces ARCHIVE 81 funciona muy bien, los elementos que plantea en cada uno de sus 8 episodios que nos deja con ganas de ver más, esperemos que esta primera temporada sea solo el prólogo a más entregas.
Cuando una serie usa algunos artilugios específicos para apoyar su horror debe ser sumamente cuidado en lo que presenten, ya hemos visto esto antes con teléfonos y cintas de video como aquí sucede lo analógico que vemos no nos es desconocido por el contrario resulta muy familiar, ya las conocemos o sabemos de ellas y eso se maneja muy bien aquí, es parte de algo aterrador, la tecnología ha evolucionado, que muchos de nosotros ya no las usemos y aquí se presenten para que nuevas generaciones las conozcan las hacen artículos de culto que suelen usarse como artículos malditos por estar desactualizados, casi olvidados como lo son aquí las cintas VHS, un dispositivo pre-digital que fue muy popular entre los 80´s y 90’s algo muy conveniente para apoyar esta historia.
Esto no quiere decir que la serie sea un éxito rotundo pero aporta novedades al género, en 1994 el edificio de apartamentos Visser se incendió y varios de sus inquilinos murieron, en la escena se encontraron una serie de cintas de video quemadas pero aún recuperables, en la actualidad, el archivista de películas Dan Turner (Mamoudou Athie) ha sido contratado para reconstruirlas y restaurar sus imágenes, entendemos que las cintas fueron grabadas por la estudiante de cine Melody Pendras (Dina Shihabi) quien estuvo en el Visser con el pretexto de hacer una película sobre su historia pero, Melody tiene otros motivos más personales y más ocultos para estar en el edificio y casi de inmediato intuye que hay algo extraño y siniestro, un lugar que guarda muchos secretos que involucra a sus anormales y hostiles residentes.
El guión escrito por Paul Harris Boardman, Rebecca Sonnenshine, Bobak Esfarjani, Helen Leigh, Evan Bleiweiss y Michael Narducci se percibe muy independiente en cada capítulo, como si este fuera una película de corta duración, su narrativa permite que ARCHIVE 81 tenga saltos a manera de flashbacks entre lo que ha pasado y ese presente, aquí es donde la serie toma más potencia, desde que vemos a Dan trabajando en las imágenes ya nos damos una idea de por donde van a ir las cosas, todo eso al más puro estilo de Joel Schumacher en 8mm (1999) donde vemos y no vemos que es lo que sucede en las grabaciones lo que nos deja con la duda de si lo veremos más adelante o no, es un juego perverso que tiene el director para darnos a entender que el protagonista está horrorizado con los resultados.
Luego de lo anterior es aquí donde vemos el fallo en todo esto, los flashbacks a los años 90 son los que rompen el ritmo de los capítulos, primero nos involucran en la investigación que plantea concretamente que algo no muy bueno está en las imágenes de las cintas pero, se la historia se preocupa más por mantenernos en tensión que interesarnos en lo que está viendo y descubriendo, sabemos a medias que en este edificio hay un extraño culto pero tampoco sabemos quién o quiénes están involucrados y qué es lo que hacen, es predecible que quieren reservarse todas esas sorpresas para casi el final y mientras dejarnos más interesados pero eso no siempre funciona de buena manera, esos jueguitos cansan al espectador porque no vemos que esté sucediendo algo interesante y relevante.
Otro de los fallos más significativos y evidentes es que ARCHIVE 81 como serie se siente demasiado ansiosa por querer dar una respuesta concreta a cada una de las situaciones que plantea su trama principal con Dan y la sub trama de qué pasó con las cintas y este misterioso culto, esta ambigüedad inquieta pero no sorprende, es cansado que como espectador estés a punto de ver algo muy revelador y en vez de eso lo cambien por cualquier otra situación mientras que lo primero lo dejan para el siguiente episodio donde tampoco pasa nada, este fallo es suficiente para que de poco a poco vayamos perdiendo el interés porque ya no sabemos en qué creer o si esto se pondrá mejor, la atmósfera del entorno está muy bien cuidada con esas escenas en donde los personajes están rodeados por una espeluznante luz azul que viene de una pantalla de televisión hasta lo claustrofóbico de las habitaciones que son como una pesadilla que se siente muy real pero, esto no sirve de nada si la historia no avanza y se desarrolla.
En cuanto a los personajes, los cambios de director entre capítulos entorpecen mucho su desarrollo, se percibe de que una vez que hubo un avance retrocedemos al principio para arrancar en otra dirección paralela a lo que ya vimos y eso, también cansa, ya para los últimos 2 episodios todo se siente sumamente apresurado como de ya ya, pongamos esto, pongamos aquello y lo que no se resuelva lo dejamos para explicarlo en otro momento, el final que pudo ser perturbador queda en solo algo que ya esperábamos, cae en ese bucle sin fin en donde se repiten una y otra y otra vez las cosas.
El elenco lo conforman, Mamoudou Athie, Dina Shihabi, Evan Jonigkeit, Julia Chan, Ariana Neal, Matt McGorry y Martin Donovan quienes hacen un buen trabajo pero que se entorpece mucho por los fallos de guión y dirección, logran el cometido de desarrollarlos hasta donde pueden con lo que tienen sin perder ese elemento de convencimiento que tiene cada uno.
La música compuesta por Ben Salisbury y Geoff Barrow (Ex-Machina) sirve como un buen fondo, no hay una pieza clave con la que nos identifiquemos, en las escenas culminantes al igual que en todo lo demás está forzada a apoyar lo que vemos sin que se escuche fluída y natural, ¿es buena la banda sonora? sí pero muy mal ubicada.
En conclusión, ARCHIVE 81 cumple a medias con las reglas que ha impuesto el mismo subgénero pero que se queda como un misterio incognoscible que tendremos que averiguar si es que hay más temporadas, como espectáculo es buena y entretiene, sabe muy bien cómo enganchar al espectador pero una vez que esto sucede ya no sabe qué hacer con eso ni con el hecho de que cada capítulo se aleja más y más de su fuente original, esperaremos a ver si esto sigue o no y por mientras lo que ves es lo que hay.
ARCHIVE 81 ya está disponible en la plataforma de Netflix.
