Cuando una saga ya ha dado lo que tenía que dar es difícil que llegue a prosperar porque ya se ha contado todo, es común que los cambios en los personajes y en los actores influya en gran medida a que rápidamente caigan en el olvido.
Pero ¿qué pasa cuando la saga en cuestión se renueva y propone un nuevo concepto? La respuesta puede ser complicada, habrá a quienes les guste y a quienes no pero es un hecho que el saber hacerlo y estar en las manos correctas esto resulta ser muy interesante.
Wes Craven era en vida un director, escritor y productor muy idealista en los proyectos en los que se involucraba, Nightmare on Elm Street (1984) fue el claro ejemplo de lo que es abrir camino a nuevas cosas, pero lo que lo ha logrado consolidar aún más ha sido Scream (1996), luego de 27 años de su primera entrega las cosas están mejor que nunca.
Scream 6 estrenada en este 2023 ha sido la sorpresa de la temporada, reinventa, homenajea a manera de parodia a sus antecesoras con un muy buen resultado.
¿De qué va la película?
Tras los últimos asesinatos de Ghostface, cuatro sobrevivientes dejan atrás el pueblo de Woodsboro y comienzan un nuevo capítulo ahora en New York en donde nuevamente tendrán que sobrevivir a un asesino más implacable que los anteriores.
Hay que reconocer que esto sí es una auténtica continuación no solo de Scream (2022) sino de toda la franquicia, cuando se decidió hacer un quinto capítulo se rumoraba que esta entrega sería dividida en 2 partes en la que la generación de personajes y actores dejaba el camino a nuevos talentos, y no se equivocaron, el concepto y como plantean las situaciones tienen como base lo clásico en un entorno más actual y funciona no solo para una nueva audiencia sino para todos.
Los directores Matt Bettinelli – Olpin y Tyler Gillett dan seguimiento a la franquicia Scream estableciendo a los personajes en otro entorno, esta vez en la ciudad de Nueva York donde creen estar a salvo y lejos de la sombra suburbana de Ghostface pero por desgracia para ellos las cosas aún no han terminado, en este proyecto se plantean y re plantean nuevas reglas no solo en el guión escrito nuevamente por James Vanderbilt y Guy Busick quienes aportan nuevas cosas.
La película tiene un comienzo muy distinto a las anteriores el asesinato de una profesora de cine en un callejón nos sitúa de inmediato como espectadores en algo completamente nuevo y diferente, el nuevo Ghostface es implacable y su método de asesinar es más sangriento y violento, en este caso los crímenes tienen una estructura más definida, en momentos recordamos a Jason Voorhees de la saga Friday the 13th o a Leatherface de Texas Chainsaw Massacre a quienes se homenajea de manera directa pero muy sutil.
El guión es útil pero a un nivel muy superficial, jóvenes siendo asesinados mientras hacen cosas de jóvenes de hoy en día, la tecnología juega un papel importante pero secundario, retrata mucho mejor la evolución que ha tenido la vida estudiantil desde su primera parte, la trama en sí misma respeta ese paso del tiempo de más de 2 décadas cuando esta nueva generación apenas estaba naciendo y que ahora sarcásticamente están muriendo para el entretenimiento de aquellos seguidores del gore.
Las ideas son interesantes pero nunca se desarrollan como deberían pero qué mierdas importa eso si es Scream, la base de todo este conflicto es el trauma y cómo los personajes se las arreglan desde el principio para tener una estrategia de supervivencia, unas muy bien empleadas y otras muy fallidas, pero esas preocupaciones se ponen en alerta de inmediato cuando en las noticias anuncian los primeros asesinatos, no pueden faltar esos esperados gags visuales nerd de horror como son los disfraces de personajes que aparecen en otras películas, las referencias a directores de este género y por supuesto el elemento novedoso de los podcasts sobre películas.
Scream 6 no tiene mucho que decir sobre todo ese fandom que tiene de horror en sí mismo, que en el caso de esta película se vuelve extremadamente tóxico y mortal, su estructura no pierde simetría al respetar fielmente lo que hizo Wes Craven, fue el primero en burlarse de todas estas reglas y clichés del género y las explicaciones de las reglas dentro de las películas de horror sin mucho sentido.
Decir que todo lo que vemos tiene sus puntos buenos sería estarnos auto engañando, tiene buenas secuencias de acción, buenos asesinatos ya en otra perspectiva, buenos actores juveniles que no les cuesta interpretar a sus personajes porque son tan simples que no hay falla en esta fórmula, como lo dije antes son de hoy jóvenes haciendo cosas de jóvenes y lidiando con problemas propios de la edad más un asesino serial que juega a ser el mejor de todos los de la franquicia pero que no toman en cuenta que cada uno de ellos ha tenido su propia personalidad y que aquí es imposible de definir.
El mayor fallo viene cuando la cinta alcanza una mayor resonancia temática es porque trata de decirnos algo sobre la naturaleza de la familia, los valores aunque retorcidos en la que se basan las relaciones interpersonales. la complejidad del trauma que supone el hecho de casi ser asesinado y ver morir a los amigos y conocidos, sin embargo, cada vez que busca tener sustancia pierde el rumbo y tropieza en su desarrollo de personajes para volver a otra escena asesina, el guión da por hecho de que ya sabemos lo que va a pasar y ya no juegan con eso simplemente está ahí a su propio servicio.
Otro de los evidentes fallos muy a propósito es que no hay buenas pistas a seguir que conduzcan a la revelación del asesino, no hay forma de que podamos identificar quien está detrás de la máscara, en cambio, los directores dejaron que la audiencia jugara a adivinar el siguiente personaje en morir en cualquier momento y en cualquier lugar, algo que es sumamente obvio si estamos en un slasher con un asesino que fallidamente no entendemos sus motivaciones, lo que empieza siendo un juego se transforma en toda una carnicería casi sin sentido, pero vale madres todo esto estamos en Scream pero eso no significa que traten al espectador como estúpido.
Y es justamente en este punto cuando el guión pierde fuerza e impacto, entre la primera muerte y el enfrentamiento climático de la película en donde descubrimos que no es uno, ni dos, sino tres asesinos en una secuencia de acción y suspenso que solamente demuestra que esto sigue sin ser en serio, aunque la tensión está perfectamente bien ejecutada sigue siendo una copia de lo que ha hecho Craven en el pasado, entendemos que una cosa es respetar esa base y otra sostener todo un nuevo proyecto con este pretexto mientras que tienen demasiadas cosas que explicar y que seguramente se quedan bajo el tópico de “será para la siguiente entrega” que es un hecho de que la habrá.
Lo nuevo que aporta es este cliché del flashback en donde o se olvidan de todo o explican de manera poco creíble y redundante lo que sucedió, es vergonzoso que siendo una franquicia de éxito no pueda quitarse de encima esa sombra de que lo anterior ha sido mucho mejor simplemente porque aquí falta en este nuevo elenco el personaje central de todo. Sidney Prescott (Neve Campbell) los personajes femeninos no tiene la solidez que se necesita y mucho menos el carisma que tenía su protagonista original. En su ausencia es Courtney Cox la que disfruta más siendo el centro de atención, finalmente tiene su tiempo en pantalla que no es en absoluto destacable, en cambio Jenna Ortega concretiza más a su personaje de Tara Carpenter que ya se sabe cómo es la dinámica de la supervivencia.
Scream 6 es extraña y autorreferencial, algo que quiere ser y tener su propia personalidad pero no se define y queda como una película gore nostálgica con algunos sustos generan más risa que sorpresa, hacia el final podemos apreciar que su trama ya está completamente agotada y que la única manera de mantener esto a flote es engañando y bombardeando al espectador una y otra vez con referencias que ya vimos antes en el mismo trabajo y en los anteriores, te mato pero no te mato porque antes te cuento el plan y hay demasiado bla, bla, bla que solo sirve para distraernos y que pensemos que estábamos equivocados en las deducciones que sacamos antes de quien podría ser el culpable.
La secuencia final es larga y todo ese parloteo rompe completamente el ritmo porque si antes vimos que los Ghostface eran implacables asesinando aquí entonces se vuelven idiotas con mucha diarrea verbal sin sentido porque el hermano le echa la culpa a la hermana que supestamente estaba muerta pero quien tuvo la idea de todo fue el padre que resulta ser el detective encargado del caso y que siempre ha tenido información pero cree que va un paso delante de las hermanas Carpenter pero no es así y sabemos que morirán y tratan de crear un ambiente angustioso que simplemente no funciona pero que entretiene.
El cast cuenta con las actuaciones de Melissa Barrera, Jenna Ortega, Jasmin Savoy Brown, Jack Champion, Henry Czerny, Mason Gooding, Liana Liberato, Devyn Nekoda, Tony Revolori, Josh Segarra, Samara Weaving, Hayden Panettiere, Dermot Mulroney, David Arquette y Courteney Cox quienes una vez más demuestran que no se necesita mucho para interpretar a personajes jóvenes y no tan jóvenes que huyen de un asesino.
La música compuesta por Brian Tyler es también una secuela de lo que audiovisualmente presentó en 2022, ayuda mucho el hecho de que las piezas están muy bien colocadas en las escenas más flojas que tiene que apoyarse de este recurso para parecer impactante.
En conclusión, Scream 6 entretiene y aporta a la misma franquicia pero lamentablemente no al género que la ocupa, como secuela de un supuesto reboot funciona muy bien dentro de su propio contexto pero no en el de una franquicia, que se ha dividido entre lo nostálgico y lo moderno sin que en esto encuentre un equilibrio que le de su propio lugar y personalidad.
Scream 6 ya está proyectándose en salas cinematográficas de nuestro país.
