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Cruella no es una atrocidad hueca y sin propósito

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Sucede que las producciones live-action que ha tenido Disney en los últimos años han tenido un éxito mesurado con producciones como Maleficent (2014), The Jungle Book (2016), Beauty and the Beast (2017), The Lion King (2019) y Mulan (2020) teniendo a directores como, Robert Stromberg, Jon Favreau, Bill Condon y Niki Caro quienes han adaptado las películas animadas a este formato.

El estudio quiere renovar estas historias para las nuevas generaciones que sirve como un mero pretexto para que estos personajes sigan vigentes en el gusto del público que ya los conoce.

En este 2021 vuelven con una super producción que va más allá de lo que todos pensábamos, cuando se dio a conocer la noticia de que el director australiano Craig Gillespie llevaría a la pantalla grande la historia de origen de una de las villanas icónicas de este popular estudio causó gran expectativa, Cruella tiene mucho que ofrecer de una manera muy renovada.

¿De qué va la película?

Desde su nacimiento y hasta quedar huérfana Estella von Hellman (Emma Stone) ha sido una niña diferente y muy problemática que tendrá que hacer frente a un mundo que poco la comprende si quiere alcanzar el sueño que tiene de ser una famosa diseñadora, con ayuda de Jasper (Joel Fry) y Horace (Paul Walter Hauser) entenderá el valor de la amistad y de lo que significa tener una familia y así enfrentar a una adversaria en el mundo de la moda quién será una parte fundamental para su transformación en una mujer que buscará venganza pero sobre todo, una identidad.

No podemos negar que Disney no ha escatimado nada en esta y otras producciones, los resultados que han tenido sean buenos o malos son punto y a parte pero, en el caso muy en específico de sus villanos ellos mismos impusieron sus reglas con base en lo que en su momento se necesitaba.

Haciendo un poco de historia Cruella de Vil fue adaptada por primera vez a la pantalla grande en 1961 en la película animada One Hundred and One Dalmatians o como la conocimos en latinoamérica con el nombre de La Noche de las Narices Frías de los directores Clyde Geronimi, Hamilton Luske y Wolfgang Reitherman, años más tarde se haría la adaptación en live action 101 Dalmatians(1996) del director Stephen Herek e interpretada por Glenn Close basandose en la película animada dándole un tono más sarcastico y caricaturesco pero que respetaba el hecho de que es una mujer que intenta hacer un abrigo con la piel de los perros dálmatas, en esta nueva versión de Cruella el tema queda completamente descartado y se vuelve más una historia aspiracional y feminista que cambia la historia a su favor, le han dado un perro como compañero así nos predisponen a saber que que ella misma no mataría animales por el bien de la moda.

Cruella como película y el personaje en sí mismo se ambientan en los años 70’s y adopta una postura con más sensibilidad en medio de la moda punk- rock londinense de esa época, como si los estudios Disney pudieran contener el eco de la contracultura cuando es la cultura dominante en sí misma; si vemos este trabajo más a detalle es un claro indicativo de la cultura a la que pretende criticar, vamos, su personaje central es una mujer blanca cuyas preocupaciones y políticas comienzan y terminan en ella misma en un intencionado pero discreto egoísmo, es la jefa de una banda de 3 que finge luchar contra todo un sistema estableció en donde la moda solo se sugiere y no se aborda del todo es simplemente la aspiración que tiene para ser mejor en una sociedad que la ha rechazado por sus ideas, es claro que no quiere derrocarla pero tampoco pertenecer a ella sino crear su propio mundo que cumpla sus propias reglas llegando incluso al vandalismo tomando uno de los arquetipos narrativos con más potencial, la mujer a la que todos ven como una loca pero que resulta ser genial y muy inteligente pero que no tiene nada que decir y mucho menos describir sobre cómo se desarrollan y se relacionan las mujeres en ese entorno.

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La película comienza con el nacimiento de Cruella teniendo como principal caracteristica su cabello que es mitad negro y mitad blanco pero nunca explican el ¿por qué? Estella que es su nombre real vemos sus problemas y como lidia con ellos en el colegio a mediados de la década de los 60’s deginida como problemática y que nadie exepto su madre no saben qué hacer con ella. luego de la muerte de su madre queda sola siendo su único compañero un fiel cachorro al que rescata y que permanece a su lado culpandose a sí misma por lo sucedido  se dirige a Londres donde conoce a quienes serán sus secuaces Jasper y Horace unos niños huérfanos que roban para sobrevivir; la mayor parte de la película se desarrolla teniendo como fondo el Londres de finales de la década de los 70´s, ella pasa de ser una trabajadora de limpieza de una prestigiosa tienda a ser la principal diseñadora de la baronesa (Emma Thompson), una mujer intrigante, altanera, déspota y elegante con su personal, Estella ve en ella a una mentora, las cosas cambian cuando descubre que ella posee un collar que su madre le había dado y es justo aquí donde empieza su transformación y cuyo objetivo es recuperar la joya y superar el éxito que ha tenido por años haciendo burla de sus diseños y creando una disputa entre las 2 en donde solo sobrevivirá la mejor y la más inteligente.

La película es un buen ejercicio que combina varias cosas que llevan la misma línea y a su vez se adapta a un tiempo más moderno sin que este sea tan ostentoso y pretencioso, a lo primero que apelan es a la nostalgia por estos personajes tan icónicos, una regla que tienen sobre sí mismos es que los buenos son muy buenos y los malos son muy malos y no hay que dar más explicaciones, la princesa en desgracia conoce al príncipe que la salvará del mal y cierran con un final feliz para todos, eso en estos tiempos ha cambiado porque no solo es modernizarlos sino también hacerlos políticamente correctos y es aquí donde las cosas fallan, las villanas son villanas y la pregunta que aquí cabe hacerse es ¿era necesario que nos contaran el origen? la respuesta puede generar controversia.

Visualmente es impecable, la recreación del entorno en donde se desarrolla sí crea una atmósfera muy convincente pero, hay elecciones extrañas así como la insistencia en transmitir información a través de titulares de periódicos superpuestos a una escena o las que son nocturnas hacen evidente que el director de fotografía Nicolas Karakatsanis se olvida por completo de la correcta iluminación para transmitirnos lo que quiere decir lo que es especificamente frustrante en el clímax de la película, las sub tramas son confusas porque carecen de la información básica para desarrollar a los personajes, estos se sienten extraños, innecesarios y fuera de ritmo, o que la protagonista se emborracha con el whisky de su jefe tras una fuerte discusión y rediseña un escaparate en la tienda Liberty of London por dezquite mientras suena de fondo la canción “These Boots Were Made for Walking” de Nancy Sinatra que representa la moda pop feminista.

El diseño de vestuario por Jenny Beavan pasa de la elegancia a lo rebelde, de la alta costura al punk pero todo esto se siente inerte y que está al servicio de una historia que se siente confusa sobre lo que quiere ser y definir quién es el personaje central que se supone debe ser el nacimiento de una villana como tal y no de una mujer aspiracional que cumple sus sueños a costa de una venganza, no se basa en la moda de esa década sino que la reinventa muy a su favor lo que la saca del contexto que es y la sitúa en algo más moderno.

El guión escrito por Dana Fox y Tony McNamara se permite muchas libertades creativas que caricaturizan a los personajes, es claro que la Baronesa está inspirada en el personaje de Miranda Priestly interpretado magistralmente por Meryl Streep en la película de The Devil Wears Prada (2006) pero en un tono sumamente exagerado y ridículo o la misma Cruella que en ningún momento creemos como espectadores que vaya a ser la antagonista en su historia, es más bien que abogan por el camino del héroe dándole justificaciones a sus acciones, los giros que tiene la trama llegan a ser impactantes pero que no sorprende el hecho de que sea la hija no querida de su principal opositora y que para el cierre elabore un plan en donde de manera representativa Estella muera y ella renazca con una nueva identidad y forma de actuar que al fin y al cabo queda más como una heroína que como la villana que queremos ver.

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Su elenco tiene a muy buenos actores como Emma Stone, Emma Thompson, Joel Fry, Paul Walter Hauser, Emily Beecham,, Kayvan Novak, Kirby Howell-Baptiste, John McCrea y Mark Strong quienes demuestran ser brillantes en su trabajo y que entienden perfectamente bien que esto que están haciendo es una comedia melodramática de ficción, el punto en contra es cambiar la etnia de algunos personajes como el de Anita Darling de Baptiste que se aleja mucho de ser esa mujer dulce y fuerte que es en la novela en la que está basada y en la película animada, aquí es más bien una reportera de sociales o a Roger que es el mediocre abogado de la Baronesa y no el músico fracasado o finalmente Artie el personaje gay interpretado por McCrea que representa lo inclusivo pero que lo encasilla en que los miembros de la comunidad LGBTTI en esos años tomaban como estilo de vida la moda pero sin definirlos ni desarrollarlos.

Su director Craig Gillespie (Tonya) se toma muy en serio su trabajo pero en su desarrollo se siente flojo y mal pensado, con falta de consistencia y de esa fuerza que necesita la protagonista con quién es demasiado blando, como posible villana Cruella como personaje no se siente lo suficientemente audaz para lucir esos ostentosos vestidos que usa para su causa y es inevitable no compararla con Glenn Close con su maravillosa y atrevida extravagancia; el mensaje que da sobre la feminidad tiene más base en una perspectiva del poder y desde quién lo obtiene hasta quién realmente lo merece.

En cuestión de efectos especiales que aunque no son muchos destaca el pésimo trabajo de CGI que hacen con los perros dálmatas que se ven falsos en sus movimientos y burdos en su textura, no se sienten reales y es debido a las reglas que se impusieron sobre la ley que protege el uso de animales en producciones cinematográficas.

Punto a parte es la música compuesta por Nicholas Britell (12 Years a Slave, Moonlight y If Beale Street Could Talk) que le da el dramatismo necesario a cada una de sus piezas y que combina perfectamente bien con el soundtrack de canciones cuidadosamente seleccionadas entre las que están Supertramp, The Doors, Nina Simone, Blondie y Ike & Tina Turner entre otros.

En conclusión, Cruella no es una atrocidad hueca y sin propósito, no nos sorprende que después de todo sea un trabajo que abogue descaradamente por la nostalgia (siendo su escena post créditos lo que más valga la pena) y el entretenimiento que aporta que por querer reformar a sus villanos haciéndolos héroes y justificando sus acciones, Disney como estudio demasiado indulgente consigo mismo como para comprender su pasado y demasiado inerte para avanzar hacia un futuro artísticamente más concreto y arriesgado, si planean una segunda entrega esperemos que sea más convincente y que replantee mejor los hechos y su argumento.

La película ya está disponible en algunas salas de cine y en la plataforma de Disney+

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