El fin del mundo como lo conocemos nos aterra, como seres humanos estamos acostumbrados a la comodidad y por supuesto a la tecnología que al servicio del hombre nos ha ayudado a evolucionar como especie y sociedad, es cierto que sin este elemento no sabríamos qué hacer y todo colapsaría.
El mundo del entretenimiento no ha estado exento de producir películas así como series apocalípticas y postapocalípticas con esta temática abordando otros factores como en el que de repente el planeta es destruído por la aparición de los zombies, monstruos gigantes, una pandemia o aliens seguro que la situación mundial que vivimos desde el 2020 con el SARS-CoV-2, incendios, guerras, crisis energéticas, violencia racial, escasez de alimentos no nos resultan tan ajenos, nos consuela un poco saber que,al menos la ficción siempre ha sido más intensa que la realidad.
Este género en particular ha tenido éxitos en taquilla como The Day of the Triffids (1962), Night of the Living Dead (1968), The Omega Man (1971), Soylent Green (1973), Mad Max (1979), Terminator (1984), The Day After Tomorrow (2004), 12 Monkeys (1995), ID4 (1996), The War of Worlds (2005), Im Legend (2007), WALL-E (2008), 2012 (2009), The Book of Eli (2010), Snowpiercer (2013), Greenland (2020) y A Quiet Place (2020) entre muchas otras que son un ejemplo de la visión y originalidad que tienen escritores y directores para dar su punto de vista sobre la extinción.
2023 ha sido un año complicado para las producciones cinematográficas y de televisión, la huelga de escritores dejó claro que las cosas ya están cambiando, las plataformas de streaming han sabido aprovechar su espacio para transmitir sus producciones originales, Netflix presenta en este fin de año la cinta Leave the World Behind que aborda un tema interesante sobre un posible fin del mundo.
¿De qué va la película, Dejar el Mundo atrás?
Las vacaciones de una familia en una villa de lujo alejada del bullicio de la gran ciudad da un giro inquietante cuando un ciberataque a nivel mundial anula sus dispositivos… mientras que dos desconocidos llaman a la puerta para pedir ayuda, Amanda (Julia Roberts) y su esposo Clay (Ethan Hawke) tendrán que decidir si ayudan dejando atrás sus prejuicios para poder sobrevivir a lo que es el principio de la destrucción del mundo como lo conocemos.
La primicia de que el mundo colapse por un ciberataque suena muy interesante, un giro nuevo que puede aportar mucho al género que nos ocupa, la mezcla entre ciencia ficción y realidad es lo que puede funcionar, como idea no necesita tener toques modernos sino que tomar un punto en el tiempo de nuestra realidad y modificarlo, suena muy sencillo pero la realidad es que no lo es, manejar este tipo de conceptos puede resultar en algo exitoso o en un completo fracaso.
La película está basada en el libro del mismo nombre y que es del escritor norteamericano Rumaan Alam con la colaboración de Barack y Michelle Obama, nos da una sensación palpable de un siniestro temor e intriga a lo que es ahora un largometraje que puede que no sea para todos, o bien que no todos entiendan cuál es su concepto y su contexto actual en el que dependemos casi al 100% de la tecnología que nos provee casi de todo, esto puede manejarse al punto de hacerlo aterrador.
Como espectadores estamos acostumbrados a que las producciones de este género estén llenas de acción con deslumbrantes efectos visuales que están por encima de sus tramas, esto aquí no sucede, lo que vemos es una experiencia más íntima, una introspectiva de los personajes hacia sus miedos más profundos y cómo tendrán que hacer frente ante un inminente ataque que amenaza con destruir a la humanidad como la conocemos, es el descubrimiento de cada uno de ellos hacia lo desconocido y de lo que serán capaces de hacer para sobrevivir y proteger a sus familias.
Es un miedo racional el que tiene el ser humano hacia lo desconocido, el guión escrito y adaptado por Sam Esmail comprende muy bien la mecánica general del género post-apocalíptico y las reglas que impone, esta es la historia vista desde los ojos de una familia pretenciosa y snob atrapada en situación que altera el mundo entero. La frase favorita de Amanda Sandford (Julia Roberts) es “Odio a la gente” mientras mira hastiada desde la ventana de su lujoso apartamento en Brooklyn, en contraste con su amable esposo Clay (Ethan Hawke) que es más comprensivo con el entorno que lo rodea así como de sus habitantes, sean amigos o conocidos, sus hijos Rose (Farrah Mackenzie) y Archie (Charlie Evans) son una pareja de adolescentes modernos que basan parte de su vida en la tecnología que les da sus equipos de cómputo y celulares.
Juntos planean unas mini vacaciones lejos de todo y de todos en una lujosa mansión en Long Island durante el fin de semana, como suele suceder en otras producciones sobre desastres, esta película explora más a sus extraños personajes que a un desastre que implique el uso de efectos especiales, se interesa más por la desintegración de la sociedad y la tensión que surge de personas dispares con nada en común tratando de sobrevivir juntas, tampoco hay demasiadas explicaciones de lo que sucede ni en su trama central como en sus sub tramas.
El director, creador y guionista Sam Esmail (Mr. Robot) pretende ser un parte aguas en lo que al género post apocalíptico se refiere, muchas producciones exploran lo que sucede afuera y muy pocas lo que sucede dentro, es decir, lo que viven los personajes y de lo que podemos ser testigos a través de sus ojos, cuáles son sus motivaciones y modo de sentir ante una tragedia en donde no hay salida ni un lugar seguro a dónde ir, lo que como audiencia nos hace preguntarnos ¿qué haríamos nosotros en una situación similar? humanos comunes y corrientes sin preparación para enfrentar desastres, lo hemos visto en la vida real con sismos por poner un ejemplo más inmediato, hay que reconocerlo, muchos nos apendejamos y dejamos que el miedo y el pánico nos domine y nos justificamos con algo tan simple como decir que nunca tenemos el tiempo necesario para informarnos y prepararnos.
Leave the World Behind plantea una teoría de conspiración que se hace realidad cuando menos lo esperan, desde el inicio nos van dejando sutiles señales de lo que va a suceder. Lo que podemos esperar de esta cinta por ejemplo, es que mientras están de vacaciones pierden el servicio de telefonía celular y esto de poco a poco va creciendo, o bien que mientras toman el sol en la playa un buque carguero sin control encalla violentamente en la orilla, luego de ese inesperado suceso y ya en la noche llaman a su puerta, es el propietario de la casa que han rentado por el fin de semana, GH Scott (Mahershala Ali) y su hija Ruth (Myha’la) han regresado repentinamente debido a un apagón que ha dejado en penumbra a toda la ciudad de Nueva York.
Es de esperarse que la intolerante y racista Amanda sospeche que estas personas son los verdaderos dueños y tampoco les cree que haya un apagón en la ciudad, aunque, aparte de un aviso de emergencia nacional, los televisores han dejado de funcionar, GH se muestra conmocionado por una razón muy diferente, estos acontecimientos están empezando a alinearse con un plan gubernamental que parecería extravagante, exagerado y difícil de creer si no fuera por la realidad de la situación.
En este punto las cosas van teniendo giros inesperados y la historia se vuelve más interesante, la tensión racial entre los Sandford y los Scott es el eje central en una gran parte de la película, esto podría ser un ejemplo plausible de lo más despreciable que puede hacer el ser humano, algo que representa muy bien Amanda Sanford, ella es una mujer viciosa y egocéntrica, pretenciosa, presumida y racista que da más importancia a la forma de ser y de pensar así como los sentimientos y deseos de sus hijos blancos que los cree por encima de las emociones que puedan sentir los demás, específicamente hacia estos invitados afroamericanos.
El guión es muy benevolente consigo mismo, no se arriesga a llamar las cosas por su nombre nunca llega a referir abiertamente el racismo de Amanda sino que crea una historia poco convincente para disculpar su mezquindad y egoísmo ante una situación de emergencia en la que no le importa nada más que ella y su familia, tampoco llega a desarrollar concreta y convincentemente una personalidad para su hijo y se basa principalmente en una broma divertida sobre la serie televisiva Friends para dar una identidad a su hija, una que es más simple y materialista, una vez que esto se plantea se entiende mejor la trama aunque esta referencia que aboga por la nostalgia puede ser innecesaria cuando se podría profundizar más en otros temas.
La dirección de Esmail pretende ser más artística y profunda los movimientos rápidos y oscilantes de la cámara que junto con el director de fotografía Tod Campbell hacen tomas panorámicas largas y ostentosas con composiciones reorientadas para mostrar un mundo que poco a poco va cayendo en el caos, hojas de papel cayendo del cielo, cadáveres arrastrados a la playa por la marea, calles desoladas, saqueos y una violencia muy disimulada que a ratos quiere ser explícita hasta la aparición de Danny (Kevin Bacon) como una figura misteriosa con una ideología que comprende y representa a una sociedad conspirativa y de supervivencia, representa a aquellas personas que siempre han sabido y que han querido que el mundo se enfrente así mismo en una guerra que concluya con un apocalipsis, un grupo rebelde que durante años se ha estado equipando y preparando para ese momento.
Como una parte independiente de la sociedad están preparados para todo lo que pueda suceder más que cualquiera, esto los ha vuelto profundamente egoístas y peligrosos ya que llegado el momento y por su conocimiento podrán someter a los más ignorantes y débiles, Danny no parece sentir la menor compasión por sus semejantes, mantiene alejados a todos y no quiere compartir sus posesiones, reconociendo sólo el valor del dinero y el trueque, es para él una nueva forma de sociedad en la que los más fuertes son los que dominen y sobrevivan por sobre los demás, esta idea hace que la trama tome otro giro inesperado, nos plantea que el verdadero peligro que existe en ese mundo no es lo que le sucede al mundo sino en cómo se va transformando su sociedad y los individuos en ella.
Lo que funciona muy bien en esta cinta es el hecho de que nos plantea algo que no nos es ajeno ni desconocido si recordamos aquellos días de inicio de la pandemia en donde nadie sabía nada de lo que estaba pasando, donde los medios de comunicación saturaban con noticias verídicas y falsas sobre la situación mundial, esto nos ha demostrado la fragilidad del modo de vida que tenemos como humanidad, algunos pueden tener producciones en donde burlarse del enfoque sobre la versión moderna del fin del mundo solo para entretener pero con una perspectiva más aterradora y una realidad más identificable.
Este trabajo está muy lejos del típico thriller trillado sobre un mundo post apocalíptico al que ya nos tiene acostumbrados, Leave the World Behind es un relato más profético de lo que puede estar acercándose a la humanidad y de nuestra triste realidad sobre la dependencia de los medios y la tecnología que nos ha condenado a una muerte aparentemente inevitable, dando como resultado la extinción de todo como lo conocemos, este panorama es lo que transmite al espectador, una sensación de miedo y descuido en lo que tenemos que ser más conscientes.
El fallo que tiene como cinta es que todo sucede demasiado rápido, al no tener muchas explicaciones y un contexto más amplio de las cosas esto queda a medias, si la idea es pretender hacer de esto una saga entonces el fallo es aún mayor porque entonces está equivocado el formato en el que nos lo han presentado, funcionaría más como una miniserie que pudiera contar más a detalle lo que está sucediendo y daría más tiempo al desarrollo de los personajes, es tan evidente que el guión está enfocado en 3 cosas, primero en un desastre global, segundo en una familia que tiene que lidiar con esto y tercero el afrontar las consecuencias como humanidad sin dejar de lado ese discurso moral de que el amor por la familia lo permite todo, hasta los actos más viles, la amistad, el compañerismo, el amor y bla bla bla, un sin fin de temas de los que ya estamos hartos, lo que queremos ver es la acción de esto hasta llegar a su conclusión y no que nos eduquen sobre algo que ya vivimos.
El elenco lo conforman Julia Roberts, Mahershala Ali, Ethan Hawke, Myha’la Herrold y Kevin Bacon, un reparto de super estrellas que dan vida a personajes muy dispares haciendo gala de todo su talento, lástima que la dirección de Sam Esmail quede muy por debajo de sus capacidades.
El score compuesto por Mac Quayle es igual de raro e impredecible que la cinta, piezas que parecen no tener sentido y que son presentadas de forma muy disimulada para ayudar a crear una atmósfera de tensión, junto con este trabajo también podemos escuchar las canciones de Kool & The Gang, Backstreet Boys, TV on the Radio y el tema I’ll Be There For You de The Rembrandts.
En resumen, Leave the World Behind es un proyecto que bien puede ser experimental, aporta algo mínimo al género pero no lo suficiente para ser un clásico, una buena idea mal planteada y mal desarrollada hace que toda esa tensión que crea en un inicio se diluya al final y quede solo como algo que hemos dicho aquí michas veces, en algo que pudo ser y no fue, es decepcionante que teniendo un equipo técnico capaz de crear todo un mundo en caos no sea tan bien aprovechado, lo mismo sucede con el elenco, actores de primer nivel que se ven reducidos a hacer el esfuerzo mínimo por desarrollar a personajes complejos.
Una película que en otro formato y medio podría haber funcionado mejor pero que se queda como una digna exponente en una plataforma que tiene éxitos semanales y que después quedan en el catálogo del olvido y ni quién las vuelva a ver, el resultado es algo que no puede ni debe continuar en secuelas, tuvo su oportunidad y la desaprovechó de manera magistral, pero esto ya es parte de la sociedad inconforme y desechable en la que vivimos.
Leave the World Behind ya está de estreno en la plataforma de Netflix.
