2018 fue el año en el que la plataforma de Netflix presentó uno de sus éxitos pasajeros más importantes, Bird Box una película de suspenso y de horror postapocalíptico teniendo como estelar a Sandra Bullock, dirigida por Susanne Bier y escrita por Eric Heisserer, basada en la novela de 2014 del mismo nombre de Josh Malerman mostraba una visión muy diferente de un mundo entrando al caos.
Presentar a criaturas que nunca vemos y siendo el suspenso el protagonista, exploraba el miedo de los humanos ante lo desconocido suicidándose ante una revelación perturbadora, pensamos que ahí había terminado todo con un final más que esperanzador.
En este 2023 llega como estreno a la plataforma Bird Box Barcelona, un spin off que nos lleva a ver qué es lo que ha sucedido en otras partes del mundo con este extraño fenómeno, algo que al parecer promete abrir un nuevo universo y construir de esto una franquicia.
¿De qué va la película?
Luego de la llegada de una misteriosa presencia que está destruyendo la población mundial, Sebastián (Mario Casas) comienza un viaje de supervivencia a través de las desiertas calles de Barcelona, en su camino se encontrará con otros supervivientes con los que formará alianzas inciertas para intentar escapar de la ciudad a un refugio seguro para tratar de sobrevivir, pronto se darán cuenta de las cosas no son lo que parecen y que hay una nueva e inesperada amenaza aún más peligrosa.
El cine español tiene una perspectiva muy diferente a lo que podríamos esperar de una super producción Hollywoodense, Cintas como El espinazo del diablo (2001), REC (2007), V/H/S (2012), El páramo (2021) son algunas de las más impactantes y discretas que abordan diferentes temas desde una perspectiva muy particular.
En el caso de Bird Box Barcelona las cosas toman un sentido muy diferente a su predecesora y su material base, inventar una historia que sea parte de un mundo post apocalíptico y fuera de todo el contexto de la novela es arriesgado y difícil, lo que aquí sucede toma un punto de evolución aunque esté contada en el mismo tiempo de la primera cinta.
Esto comienza cuando Sebastián y su hija Anna (Alejandra Howard) celebran su cumpleaños en una bodega patinando sobre ruedas, al escuchar ruidos tratan de huir pero son interceptados por un trío de carroñeros quienes les roban su comida y lo dejan herido, al salir y vagar por las desoladas calles de Barcelona se encuentran con otro grupo de personas a los que él les pide ayuda, para convencerlos les dice que es un ex ingeniero y que sabe dónde hay un generador a cambio de comida y refugio para pasar la noche.
Ellos lo aceptan como uno más del grupo y lo llevan a una bodega de autobuses que les sirve como refugio, mientras todos los demás duermen Sebastián secuestra el autobús que sirve de dormitorio exponiendo a todos al aire libre en dónde les hará ver que estos seres en su muy retorcida apreciación son Ángeles que vienen a liberarlos, es aquí donde su protagonista se revela como el antagonista de esta historia.
Siguiendo la regla establecida por la primera Bird Box hay criaturas que son invisibles y parecen vivir en el aire, que cuando las miras te susurran tus más profundos miedos para que mueras por suicidio, a esto se le ha agregado un nuevo elemento, los videntes, personas que pueden ver a estos seres sin que les afecte y nos preguntamos ¿Sebastián es el héroe o es el villano? ya que posee esta habilidad pero junto con ello está el recuerdo de su hija muerta que al parecer es una representación mental de uno de estos seres.
Si bien los directores David Pastor y Alex Pastor se interesan por hacer de esto algo más religioso en una narrativa post apocalíptica al llamarlos Ángeles, su intención a ratos carece de estilo o sentido, esta versión pretende rediseñar el éxito de la película anterior sin nada de originalidad pero con planteamientos y sub tramas muy interesantes, cada uno de los personajes tiene una historia de trasfondo que no conocemos pero que deducimos por las situaciones en las que se encuentran, hacer un trabajo así y se presta para jalar el hilo para saber más.
Junto con esto se nos dice que la humanidad ha reconstruido su sociedad con base en la desconfianza mientras que otros lo hacen en un culto retorcido a Dios, la historia se va dando su tiempo para ir desarrollando a sus personajes, tras la revelación de lo que es y hace Sebastián lo que esperamos es algo más siniestro, un hombre que miente, que engaña y que mata sin importarle que a quienes lo hace tengan un gran deseo de sobrevivir, descubrimos en esta mitología del horror que lo que impulsa a Sebastián es creer que estas criaturas son serafines y que entre más personas mate o salve estará más cerca de su redención y podrá estar de nuevo con su esposa y su hija.
Uno de los puntos fuertes de la película es que toca diferentes temas con su respectivo discurso moral, esta se presume así misma con una narrativa sobre el duelo, abordando el tema de una manera más suave, junto con esto está la amistad, el compañerismo, el amor, la familia, elementos que hace que Sebastián replantee su meta y acciones cuando se une a otro grupo, esta vez es Claire (Georgina Campbell) una escritora británica-española que cuida de una niña alemana Sofía (Naila Schuberth) que perdida que busca a su madre y los demás miembros que son Rafa (Patrick Criado), Octavio (Diego Calva), y la pareja de adultos mayores, Isabel (Lola Dueñas) y Roberto (Gonzalo de Castro) todos han perdido a alguien lo que los hace vulnerables cuando las criaturas les susurran al oído la voz de sus seres queridos.
La cinta de poco a poco va transformándose en un thriller dramático en el que los flashbacks por mes nos ubican en cómo es que se ha ido desarrollando su personaje principal, desde que recibe una llamada en donde le comentan de un accidente en su trabajo, luego el accidente en donde muere su esposa hasta que conocemos al segundo antagonista de esta historia, el Padre Estéban (Leonardo Sbaraglia) quien cree que esto es una obra de Dios para limpiar al mundo de los impíos por medio de estos siniestros seres celestiales y quien es responsable de la muerte de Anna.
El guión escrito también por Alex y David Pastor y tomando como referencia la novela de Josh Malerman quiere darle más importancia egoísta al dolor, su trabajo quiere demostrar que dentro de esta ficción puede haber algo de realidad, el trauma causado por el dolor de una pérdida puede hacernos perder el sentido, perder la lógica e incluso llevarnos a un lado religiosamente exagerado, uno de los falos es que ese sentido no se siente tan profundamente como pretende en ninguno de los personajes, nos cuentan a medias sus tragedias porque no son importantes, son el medio para que sea Sebastián el que cumpla con la expectativa en su evolución, la cinta tiene tanta prisa por crear situaciones que justifiquen el horror que tampoco está bien planteado ni desarrollado, vemos cadáveres, asesinatos y suicidios pero que no logran tener el impacto necesario que la misma trama exige lo que hace que no nos preocupemos por ningún grupo de personas.
Otro fallo que tiene es que al plantear sus propias reglas deja de lado algo importante, la parte del misterio y la intriga que son la base de la novela en incluso del anterior Bird Box aquí el objetivo principal es que este último grupo de sobrevivientes sigan un camino a través de Barcelona hasta un teleférico que los llevará al Castillo de Montjuic, donde es un sitio seguro, es entendible que el guión juegue con los supuestos, lo que alguien escuchó, los rumores, y esto es muy fácil de llevar a cabo, no hay energía eléctrica ni internet ni teléfonos, toda la información pasa de persona a persona para bien o para mal.
Lo anterior trata de reflejar lo que pasó el mundo con la pandemia mundial causada por el SARS-CoV-2 que a pesar de tener todo los medios de comunicación a disposición la saturación de información fue lo que causó contagios y muertes, aquí en vez de usar cubrebocas se vendan los ojos, en el camino Sebastián debe lidiar con su fe y con su deseo de reunirse con su familia, este conflicto emocional carece de tensión dramática y lo que queremos como audiencia es saber qué es lo que va a pasar, hacia su final lo adivinable se vuelve sencillo, predecible, de todos solo unos pocos se salvarán quizá para vivir un infierno peor al que estaban en las calles.
Su final es prometedor pero nada impactante, Sebastián se enfrenta a Esteban el jefe de este culto del fin del mundo en donde los 2 mueren, uno defendiendo su fe y el otro cumpliendo su deseo de reunirse con su familia, Clarie y Sofía sobreviven al llegar a Montjuïc lugar que es custodiado por soldados en donde encuentran a la madre de la niña, a Clarie se le revela que hay un grupo de científicos que trabajan y buscan una inmunidad al ataque de las criaturas usando la sangre de los videntes, experimentando con ratones y siendo expuestos a una criatura que tienen cautiva en una bóveda.
De esta manera es que Bird Box: Barcelona como película es más fiel a sus reglas que a lo que puede aportar al género este es el punto menos atractivo, su creatividad parece estar dirigida más al drama que al suspenso lo que no le resta nivel de entretenimiento pero que pudo ser mejor tomando en cuenta los recursos que tiene, su desarrollo es distinto lo mismo que su narrativa, a momentos se cae y a momentos se levanta no dejando que como espectadores caigamos en el aburrimiento.
Los efectos especiales son mínimos, el que las cosas floten en presencia de las criaturas es muy rústico es más bien el diseño de producción para recrear una Barcelona abandonada lo que lo hace ser más impactante, no es el típico escenario post apocalíptico en donde hay botes incendiados, aquí la atmósfera es siniestramente silenciosa y se nota levemente el asecho de estos seres, el gran fallo que tiene es que tampoco se nos explica de dónde vienen y qué son en realidad esto es un elemento muy conveniente para hacer de esto una nueva saga de películas que cuenten cada una por separado pero llevando un mismo arco argumental lo que ha sucedido en alguna otra parte del mundo.
El cast está conformado por Mario Casas, Naila Schuberth, Georgina Campbell, Diego Calva. Alejandra Howard, Leonardo Sbaraglia, Lola Dueñas, Patrick Criado, Celia Freijeiro, Michelle Jenner y Gonzalo de Castro quienes están muy por encima de sus personajes, en el caso de Casas es volver a encasillarse en un personaje antagónico con motivaciones muy simples.
La música compuesta por Zeltia Montes es sumamente discreta tanto que en momentos pasa muy desapercibida, contiene samples de lo que hicieron Trent Reznor y Atticus Ross que sirve de apoyo para las partes más tensas.
En conclusión, Bird Box: Barcelona es una película que cumple con entretener y para ser un experimento para abrir paso a nuevas entregas, una idea que puede desarrollarse mejor y replantear que esto es un thriller y no un drama, que aporte más al género que lo ocupa y a la ciencia ficción.
Bird Box: Barcelona ya está disponible en la plataforma Netflix.
