Los 90 ahora son idealizados como una década prodigiosa en cuanto a música, series de televisión y películas principalmente, abogar por la nostalgia es algo que está muy de moda en nuestros días y va de la mano con la falta de ideas y de originalidad por parte de los estudios cinematográficos, guionistas y directores.
Los 90 tiene como es en todo sus cosas buenas, sus cosas malas y aquellas que son muy incomprendidas, esto se debe quizá a que estas producciones están muy fuera de su tiempo o bien sus ideas y realización es más de nuestros tiempos que de aquellas épocas, revisitar lo que se hizo puede convertirla en algo de culto o bien ya ser un clásico en el género que ocupa.
La década de los 80 y 90 fue un gran escaparate cinematográfico para los héroes de acción, muchos de ellos continuaron haciendo una carrera muy prolifera dentro de la industria mientras que otros más quedaron en el olvido, uno de ellos ha sido popular hasta nuestros días, nacido en Thal, Styria, Austria en 1947 Arnold Alois Schwarzenegger ha cambiado la visión el género de acción moderno haciendo grandes aportaciones, su paso por la política estadounidense causó controversia cuestionando si lo que hacía estaba a favor o en contra de las políticas impuestas en esos años.
Desde bárbaros, robots asesinos del futuro hasta un hombre que puede congelarlo todo este actor ha pasado por diversos géneros que van desde la acción, la fantasía hasta la comedia pero hay uno en particular, el horror, la combinación de acción con esto podría parecer algo descabellado o algo que solamente él podría hacer, el director Peter Hyams fue el encargado de hacer esto visualmente real, después de pelear con un cazador de otro planeta, defender a su familia de personas corruptas y hasta enfrentarse a Batman ahora lo hace pero con un enemigo poco común pero muy conocido, Lucifer.
End of Days estrenada en 1999 y en vísperas del inicio de un nuevo siglo y la oportunidad de que este enfrentamiento fuera posible no podía desaprovecharse, podemos decir que este trabajo no es una cinta de acción pero tampoco es de horror, es solamente un algo que mezcla ambas cosas y las pone en otra perspectiva para el espectador, impone sus propias reglas y respeta aquellas propias de ambos.
¿De qué va la película, El fin de los días?
Jericho Cane (Arnold Schwarzenegger) es un ex agente de policía que ahora trabaja como agente de seguridad con problemas de alcoholismo, de repente se ve inmiscuido en un caso en el que debe evitar que Lucifer engendre al Anticristo con una mujer que nació marcada y predestinada para esta unión profana, tendrá que hacer uso de todo lo que tiene y hasta de lo que ha perdido para proteger a esta mujer y salvar a la humanidad de un infernal destino.
La idea hasta nuestros días sigue pareciendo un chiste, algo que no podría ser o al menos no tener el éxito que se esperaba, si bien su recepción con el público en el año de su estreno no fue el mejor con el paso de los años esta cinta se ha vuelto un clásico discreto en la carrera del actor, la primicia como tal no es mala, este tema ya lo hemos visto antes y toma como clara referencia Rosemary’s Baby (1968) escrita y dirigida por Roman Polanski y basada en la novela homónima de 1967 de Ira Levin donde el anticristo toma un papel muy importante que puede definir el rumbo de la humanidad.
Tomando en cuenta que las cintas y los trabajos hechos en esta última década del siglo pasado podían narrar cualquier cosa transformándola o no en un éxito, películas como esta son particularmente vulnerables y desafían cualquier lógica que pudieran tener, End of Days usa esto a su favor para divertirse en sí misma tratando de aclarar y justificar el razonamiento religioso que hay detrás de lo que ya conocemos como el calendario satánico y la marca de la bestia.
La película comienza con un sacerdote mirando por la ventana la Ciudad del Vaticano y viendo un cometa arqueándose sobre la luna como una ceja mientras consulta un pergamino antiguo con un dibujo del mismo evento, uno de carácter celestial conocido como el Ojo de Dios, este hecho lo lleva de inmediato a tener una audiencia con el Papa donde resuelven que un niño elegido nacerá ese día, paralelamente a esto en Nueva York en el año 1979 nace una niña que llevan al sótano del hospital, donde es ungida con la sangre de una serpiente de cascabel marcándola como la futura madre del anticristo.
La historia establece que una vez cada 1000 años nace una mujer que si queda embarazada 20 años más tarde por el Príncipe de las Tinieblas durante las 11 y las 12 de la noche del último día del milenio dará a luz al anticristo, esto es un giro completamente nuevo en la historia que ya conocemos que se centran principalmente en el anticristo como tal, la trilogía The Omen (1976 – 1981) es el claro ejemplo de lo que sucedería si llegara a nacer pero nunca se había tratado la historia desde el punto de vista de la madre, hasta donde sabemos él nace de las entrañas de una chacal, en este universo la elegida es Christine York (Robin Tunney).
Mientras que en el Vaticano se libra un debate entre quienes quieren asesinar a la mujer y el Papa, ¿quién dice que debemos poner nuestra fe en Dios? argumento que plantea que el asesinato sería un pecado mortal pero muy justificable dadas las circunstancias, sobre todo porque el humilde instrumento elegido supuestamente por Dios para salvar a esta chica y a toda la humanidad es un guardaespaldas alcohólico llamado Jericho Cane y su socio Chicago (Kevin Pollak) que se encuentran investigando una serie de crimenes que no tienen una exploicación lógica, bueno es que nada aquí tiene lógica, incluido un hombre al que le cortaron la lengua que grita una advertencia y luego es clavado al techo de su habitación del hospital.
Cuando a Jericho le explican el calendario de la Víspera del Milenio incluido el requisito de que el Príncipe de las tinieblas hará acto de presencia entre las 11 de la noche y la medianoche del 31 de diciembre de 1999 y que la hora exacta fue calculada meticulosamente hace siglos por los gregorianos haciendo cálculos matemáticos y astronómicos por la alineación de planetas puede abrir la posibilidad en 1000 años de que Lucifer engendre a su predecesor y se abra un portal infernal que hunda al mundo en la miseria.
Como buena cinta de acción no necesita dar demasiadas explicaciones, aquí todo se va desarrollando de la historia principal en sub tramas que nos dan una idea más clara de qué es lo que está sucediendo, por un lado tenemos a la madre que da a luz a esta niña, después a los médicos y las enfermeras involucradas en un rito satánico, despues tenemos las visiones de esta chica ya en su etapa adulta, tenemos al protagonista que tras el asesinato de su esposa y de su hija ha perdido la fe en Dios y en todo lo que le rodea pasando de ser un agente de policiía a un escolta de seguridad privada, luego tenemos a Lucifer como un ente casi invisible que posee el cuerpo de un hombre (Gabriel Byrne) y la conexión que hay entre todos ellos para llevar a cabo una conspiración que lleva milenios planeándose.
Cuando finalmente se conocen Jericho y Lucifer no es tan espectacular como pudiéramos haber esperado pero todo aquí tienen un por qué de ser, con base en lo antes mencionado esto no es ni de acción ni de horror es solamente un ejercicio para poner las cosas desde otro punto de vista y replantea los hechos, el guión escrito por Andrew W. Marlowe se toma demasiadas libertades y plantea sus propias reglas por ejemplo desde siempre hemos sabido que la biblia como principal pilar de la religión católica dice que la marca de la bestia es descrita como un 666 mientras que aquí se explica que eso tiene un significado oculto, que si la ponemos de cabeza será un 999 año en el que se desarrollan los hechos.
Este giro cambia las reglas del juego, si ya tenemos que aquí es la historia de la madre y no del heredero del infierno también se pueden jugar con más elementos, como este de la marca, las horas en las que debe ser engendrado, las muy pocas referencias que apuntan a este hecho, todo esto hay que verlo en el contexto de que es una mezcla tonta y ambiciosa con tintes de horror y tensión psicológica muy del tipo de thriller en los años 90 y el posible resurgimiento del horror religioso que planteó The Exorcist (1973).
End of Days aún con lo descabellada e incoherente que pueda ser funciona muy bien para entretener y no gracias a sus dos protagonistas, aquí encontramos un cambio tonal muy interesante, este proyecto destaca en el hecho de que intenta ser dos películas diferentes y completamente opuestas, tenemos a un hombre que ha pasado el punto de ruptura, un viudo suicida, un ex policía borracho, un personaje completamente diferente que no encajaba con su enorme personalidad en aquel entonces y nos cuesta creer que él será el salvador de todos sin usar sofisticadas armas de fuego y no teniendo otra cosa que su propia fé, el otro lado de la historia es también muy interesante en la que se plantea todo lo religioso y satánico con un muy leve tinte de horror que está muy bien hecho y equilibrado con la historia.
Esto no podría estar completo si no mencionamos el diseño de producción, End of Days tiene un ambiente sombrío y oscuro que se mueve y se narra visualmente de una manera en la que nunca nos quedamos en el mismo sitio, el ritmo es inteligente porque sabe manejar el momento justo entre la acción y el horror vinculado al fin del mundo y de la humanidad como la conocemos, esto es algo que no siempre funciona porque se tiene la tendencia a contar más de una cosa que de otra, equilibrar y balancear esto en los momentos que se necesita es lo que hace que todo esto nos resulte lógico, interesante pero sobre todo entretenido.
La cinta como tal tiene a caerse por los suelos en varios momentos o al menos es lo que nos hacen creer, sucede cuando las cosas parecen no cuadrar del todo en conjunto y cada parte tiene su encanto, las escenas de una acción exagerada no son necesarias y las pocas que hay añaden un nivel en el que por sí solas son impresionantes y bien coordinadas, en lo que refiere al material de investigación religiosa resulta ser muy superficial y se va más por el lado de lo que ya conocemos todos en un tono y una cinematografía que encajan y la hacen más simétrica con la situación, con los diálogos y hasta su final.
Los guiños religiosos a lo largo de la película son manejados de una manera muy sutil para no caer en más controversias en una historia que se centra en contar un enfrentamiento entre el bien contra el mal por ejemplo, Jericho Cane hace referencia con sus iniciales JC a Jesús Cristo sin ser propiamente una encarnación del mismo sino más bien es como un Ángel protector o simplemente alguien del bando de los buenos para evitar que Lucifer culmine con su diabólico plan.
Los efectos especiales son prácticos y justo lo que se necesita, no hace alarde de tener demasiada tecnología naciente o que trate de experimentar con esto, la revelación de cómo es realmente Lucifer estaba bien para esa época y cumple con lo que promete, un demonio con alas con apariencia aterradora que pudo ser mejor si hubieran entendido el concepto general de todo y que al final terminaron reemplazando un gran diseño de Stan Winston por algo mucho más genérico y más entendible para una audiencia más general y menos exigente.
Revisitar esta película 25 años después es un ejercicio interesante de cómo se hacía el cine en otros tiempos y que no apreciamos como tal, una cinta que llega en un momento histórico en el que las leyendas urbanas suponían que el fin de la humanidad sería en el año 2000 lo que causó una histeria colectiva que siguió hasta el 2012, las noticias hablaban constantemente el miedo sobre los hechos pero nunca dijeron qué hacer, el error más evidente venía del lado de la tecnología que condenaba impune y tajantemente y aseguraban que las computadoras fallarían en todo el mundo, calcularon que las computadoras no podrían manejar los dos últimos dígitos y que en el año 2000 volverían al punto de partida en 1900, la época en la que se estrenó esta película fue parte de un material que hacía mofa de todo esto en más de un sentido.
El cast lo conforman Arnold Schwarzenegger, Kevin Pollak, Robin Tunney, Rod Steiger, Víctor Varnado, CCH Pounder, Derrick O’Connor, Miriam Margolyes, Udo Kier, Mark Margolis y Gabriel Byrne quienes en pantalla se ven tan disparejos pero que juntos hacen que todo esto tenga sentido, si bien la química que hay entre Schwarzenegger y Tunney no es la mejor al menos es suficiente para lo que se requiere, Byrne por su parte hace un trabajo fantástico y elegante, su presencia apacible hace que tenga ese toque que se necesita para encarnar a Lucifer.
El Score compuesto por John Debney tiene esos elementos sutiles en sus piezas que mezclan acción con una religiosidad muy apacible en cantos gregorianos y sacros que enmarcan muy bien cada una de las secuencias, el soundtrack tiene piezas interpretadas por Korn, Everlast, Professional Murder Music, Limp Bizkit, Guns N’ Roses, Prodigy, Rob Zombie,Eminem, Powerman 5000, Stroke, Sonic Youth y Creed, algo que relaciona la música soft metal con las cosas demoníacas y que quedan muy bien en el marco de lo que estamos viendo.
Los formatos caseros fueron presentados en 2 versiones en VHS, una era la edición estándar de lo que vimos en cine y otra de 2 cassettes de edición especial que contenía escenas extras, las versiones más modernas en Laser Disc, DVD y Bluray respectivamente contienen extras entre entrevistas y detrás de las cámaras que amplían mejor la experiencia y se entiende más lo que el director quería mostrar.
En resumen, End Of Days es una cinta muy incomprendida que tuvo un estreno fuera de su tiempo, una mezcla de géneros que no fue bien entendida ni recibida por propios y extraños pero que al paso de los años de ha vuelto un clásico de culto en un género aparte de la acción y el horror, un trabajo que si se aprecia en su contexto es entretenido y que aporta cosas interesantes a este gran multiverso de historias en las que todo puede ser posible.
End Of Days está disponible en Star Plus-
