Si algo causa fascinación en el cine son aquellas películas o series que mezclan el suspenso con lo desconocido, es el hecho de enfrentar miedos ante situaciones inverosímiles, más aún, si en esas tramas está involucrada una criatura que pone todo en peligro.
Shudder es una plataforma muy discreta pero que tiene una variedad en lo que al género de terror se refiere y muy recientemente han estrenado Superdeep una producción rusa que bien nos puede sonar familiar.
¿De qué va la película?
En 1984 el Kola Superdeep es el más grande laboratorio secreto de la Unión Soviética y se ubica en el Óblast de Murmansk a 12,000 metros bajo tierra, después de su inauguración un grupo de científicos registran que han escuchado voces y gritos de origen desconocido, tras estos eventos envían a un grupo de reconocimiento pero jamás regresan y el laboratorio es clausurado parcialmente, enviando a otro equipo de investigación liderado por Anna (Milena Radulovic) una epidemióloga para investigar qué esconde exactamente el proyecto llamado Sahara en el pozo más profundo del planeta.
La idea es buena pero nada que no hayamos visto antes en The Thing, Aliens o en Zygote, el cortometraje de Neill Blomkamp en donde se aborda este tema, aquí lo vemos de una manera un tanto diferente pero que en su propio contexto es efectiva.
Luego del éxito de Sputnik que tiene una estructura muy similar porque los cineastas rusos van contando las cosas de poco a poco, se toman mucho la molestia de ver los detalles pero descuidan en gran parte la narrativa y la dirección, esto causa fallos, no estamos acostumbrados a un cine de este tipo pero por lo demás respeta las reglas y aporta mucho al género.
En este caso, la ópera prima del director Arseny Syuhin es un homenaje descarado a lo que es The Thing y Aliens, el suspenso que maneja tiene muy buen nivel lo mismo sobre la expectativa de lo que vamos a ver, ya que por su estilo visual y atmósfera tiene un potencial muy bien definido, pero el contenido de esta película no es suficiente para estar a la altura de donde toma sus bases, elige un lugar que existe en la vida real y que fue uno de los proyectos más ambiciosos de Rusia para estudiar el subsuelo en sus diferentes capas lo que se presta para hacer historias como esta.
Eso ha cambiado con el paso de los años, en 2008 el pozo de Kola se cerró por falta de fondos, sin embargo, en esta película eso no existe aún, los gritos y otros sonidos que vienen del fondo es lo que detona los sucesos pero, esos sonidos suenan completamente falsos y los gritos resultan ser samples de bandas sonoras de terror que afortunadamente se van perdiendo conforme va avanzando, este detalle le resta mucha credibilidad al trabajo.
La verdad que está detrás de estos eventos es aún más espeluznante, la idea de que sea un hongo y/o parásito celular altamente virulento causa un nivel de desesperación y miedo alto aunque a ratos poco creíble, lo que sucede es que este hongo prehistórico se comporta de manera similar a Cordyceps, un hongo entomopatógeno que obliga a su portador a regresar a su colonia lo que a su vez libera esporas e infecta todo el entorno y esto se explica de una manera científica, simple y a la vez creíble, este moho no puede sobrevivir en condiciones frías y el permafrost que rodea la instalación es lo que impide que se propague hacia el exterior, la única forma en que puede salir es dentro de un anfitrión de cuerpo cálido pero si el anfitrión muere en un ambiente frío este también. Anna intenta fallidamente convencer al Coronel a que no intente sacar a un miembro infectado o muestras de laboratorio fuera de las instalaciones, pero él insiste en que debido al poder menguante y decadente por el que pasa la Unión Soviética, se necesita una nueva arma biológica que garantice su poder e influencia global.
Aquí el tema de las armas biológicas ya es un cliché muy trillado que si se sabe llevar puede tener un buen resultado y aquí eso sucede a medias, para empezar los personajes principales en compañía de un grupo de soldados no toman ninguna precaución sanitaria al entrar lo que supone que todo el lugar ha sido infectado porque este moho está en el aire, otro elemento trillado hasta el cansancio son los largos pasillos, la luz roja de alarma, las tomas huecas hacia una oscuridad implacable donde como espectadores sabemos que hay algo que los está observando y acechando, aquí hay otro gran fallo, para descubrir qué es lo que pasa con los infectados tarda demasiado tiempo y lo que vemos igual nos sorprende pero no con la efectividad de haberlo hecho antes.
El casting es poco o nada conocido en esta parte del mundo, Milena Radulovic, Maksim Radugin, Nikita Dyuvbanov, Vadim Demchog, Kirill Kovbas, Viktor Nizovoy, Artyom Tsukanov y Nikolay Kovbas son quienes dan vida a estos personajes, y es aquí donde tenemos una desventaja, no hay un parámetro con el cual podamos comparar sus trabajos previos, pero sí queda muy bien definido que Milena Radulovic (Anna) hace un buen trabajo con su falsa bravuconería al ser mujer y científica en un mundo que es enteramente de hombres, calculando la indiferencia de los mismos y en última instancia, es a quién vemos más vulnerable aunque después se transforma en una teniente Ripley, en un punto culminante de la película en donde da una resolución férrea.
El resto de los personajes son unidimensionales, este es el fallo más grande de la película, durante años estadounidenses han sido adoctrinados de manera justa para desconfiar de los rusos, aquí esto se traiciona así mismo porque el lenguaje elegido no es el ruso sino el inglés americano; al principio la protagonista hace algunas cosas bastante despreciables y sus jefes deshonestos y corruptos lo esconden como si fuera cualquier cosa, el equipo militar con el que está, e incluso los compañeros investigadores son aún peores, es muy difícil preocuparse por lo que le sucede a la mayoría de estos personajes cuando muchos de ellos son irredimibles en sus decisiones y motivaciones porque no pueden ponerse de acuerdo en qué hacer con esta amenaza y el impacto que puede causar al resto del mundo.
Los impresionantes efectos especiales son muy convincentes que incluyen un horror corporal genuinamente repugnante y un industrialismo de ciencia ficción que pretende ser duro cuando en realidad es mediocre, estamos ante una buena historia que carece de una narrativa secuencial simétrica y una premisa aún mejor pero esto pierde ritmo con explicaciones cada vez más extensas que son totalmente innecesarias en un tiempo que bien se podía haber aprovechado en dejar que los efectos hablen por sí mismos, el hecho de mezclar una extraña forma de vida prehistórica con horror puede ser complicado y aquí es mayoritariamente exitosa.
Syuhin es también responsable del guión, pareciera que tiene muy clara la idea de lo que quiere que como audiencia veamos y de cierta manera es normal porque ha escogido una película tan ambiciosa para su opera prima, un proyecto de mediano nivel que con las personas adecuadas podría haber sido un blockbuster de verano y que podría estar a la altura de Sputnik por ejemplo pero todo esto tiene una conclusión muy accidentada y adivinable, tampoco se toman muchas consideraciones al cerrar sub-tramas porque para este punto ya hemos visto a la criatura y lo demás ya no importa.
El diseño de producción es sucio, descuidado, antiguo, pareciera que todo en Rusia es así, como para dar la sensación de que lo que vemos es siniestro. La humedad en el ambiente se ve falso todos los ruidos del monstruo son inquietantes pero carecen de todo suspenso.
La música original compuesta por Dmitry Selipanov tiene piezas que exageran el uso de sintetizadores lo que hace que las escenas de acción se sientan saturadas, la cinematografía de Hayk Kirakosyan captura muy bien la sucia esterilidad del sitio que es una visión menos hermosa pero no menos horrible de una naturaleza vengativa.
En conclusión, la película es un compromiso de casi dos horas que vale la pena de ver por sus efectos especiales muy bien logrados y los guiños que tiene a las películas que trata de homenajear, no es un trabajo perfecto y que tenía todo el potencial para serlo y se queda en un divertido retroceso que ofrece una buena dosis de nostalgia y cumple con su cometido de entretener.
Superdeep ya se encuentra disponible en la plataforma de Shudder.
