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Reseña: Knock at the Cabin es una idea muy buena que no logra sobresalir

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Las adaptaciones literarias a la pantalla grande han tenido opiniones divididas, algunas han sido buenas y otras no tan afortunadas, en la última década han surgido trilogías y sagas entre las que tenemos:  The Godfather (1972 – 1990), Harry Potter (2001 . 2011), Twilight (2008 – 2012), The Hunger Games (2012 – 2015), Maze Runner (2014 – 2018) y Fifty Shades (2015 – 2018) que gozan de popularidad entre sus fans.

Cuando se pretende adaptar una de estas obras tomamos en cuenta que habrá una versión más libre, que habrá cambios en su historia para que como espectadores entendamos que este material es muy aparte de su original y que llegue a tener su propia personalidad en el complejo y exigente mundo del celuloide.

La ciencia ficción es un género literario que ha sido muy solicitado para hacer estas adaptaciones y el director M. Night Shyamalan adapta la obra Knock at the Cabin de Paul G. Tremblay con un giro muy interesante en su historia que la define como una cinta de terror psicológico apocalíptico

¿De qué va la película?

Las vacaciones de Eric (Jonathan Groff), Andrew (Ben Aldridge) y su hija Wen (Kristen Cui) una familia que planea tener unas vacaciones tranquilas en el bosque en una cabaña se ven interrumpidas cuando es invadida por 4 extraños armados que los toman como rehenes y luego exponen su simple propuesta: El mundo está llegando a su fin, todos lo han visto y sólo un sacrificio entre ellos podrá detenerlo y salvar a la humanidad.

La historia es interesante si la vemos en su propio contexto y la separamos de su material original, pareciera que su director tiene una fascinación plausible por las historias apocalípticas ya lo vimos con The Happening (2007) y After Earth (2013) siguiendo con la misma línea y que a su vez también pareciera que esto es su trilogía personal utiliza un recurso moral muy interesante sobre el comportamiento humano ante la amenaza del fin de los tiempos, lo que pueden hacer y como se toma una decisión tan importante que involucra a millones de personas inocentes.

Los dilemas de este tipo cuando son bien planteados y bien manejados llega a captar la atención de los espectadores y el mensaje funciona, aquí lo que se ha hecho es respetar a los personajes como fueron concebidos, una pareja de homosexuales con su hija pretenden tener unas vacaciones en el bosque en donde se encuentran con 4 personajes muy interesantes que representan de una manera moderna y sencilla a los 4 jinetes del apocalipsis quienes exigen que se haga un sacrificio para que el caótico mundo que presentan sea salvado de lo contrario todo lo que conocemos desaparecerá.

Estos personajes son interesantes de ver, dado el origen religioso que tienen La guerra, el hambre, la peste y la muerte han sido representados de muchas y diversas maneras, como caballos, como mujeres, como niños, como entes intangibles, como villanos y ahora como personas comunes planteadas en un escenario más real y actual, luego de que la humanidad vivió una pandemia entendemos y somos más conscientes de lo débiles que somos como habitantes de este planeta, del abuso de los recursos naturales que día a día se gastan más, de un inevitable calentamiento global, todo esto y más ha inspirado a autores literarios y a guionistas de cine a llevar esto al mundo del entretenimiento pero con un mensaje.

Sobre este trabajo se pueden decir muchas cosas, la realidad es qué sus guionistas Steve Desmond, Michael Sherman y el mismo Shyamalan dan su propia interpretación de lo que el autor original de la novela quiere darnos a entender con su trabajo, pareciera que aquí las cosas no tienen ni pies ni cabeza, que todo lo que se hace lleva un ritmo independiente que en algún punto se unirá como algo que concrete lo anterior y culmine con algo espectacular, eso aquí no sucede.

Es una pena que esta historia adaptada al cine no sea tan buena como se esperaría, como película tiene una muy buena propuesta con elementos de suspenso que la hacen más interesantes y convertirse en un thriller que mantenga a la audiencia entretenida e interesada por sus personajes, es inentendible como teniendo esto en las manos las cosas puedan resultar diferentes a como se tenían planeadas.

Los eventos suceden de manera muy lenta en una novela escrita se justifica porque el espectro para narrar lo que se pretende es más amplio, 100 minutos no son suficientes para presentar a detalle los sucesos, para desarrollar mejor a los personajes y plantear una narrativa más ágil y creíble dentro de su mismo trabajo, sabemos desde el inicio que esta familia objetivo la conforman Wen y sus dos padres, Eric y Andrew quienes no saben por qué han sido elegidos y las mismas preguntas que se plantean como personajes son las mismas que las que nos planteamos como espectadores, los vemos atados en sillas ante sus captores armados y deben decidir sacrificar a uno de los tres para detener un apocalipsis inminente la regla es que no pueden suicidarse bajo la amenaza de que si rechazan la propuesta de sus captores algo terrible sucederá en la cabaña y se desatará una plaga a nivel mundial que ya ha empezado con tsunamis y fuertes terremotos.

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Estos 4 personajes antagonistas son encabezados por Leonard (Dave Bautista), Redmond (Rupert Grint), Sabrina (Nikki Amuka-Bird) y Adriane (Abby Quinn) cada uno tiene un propósito fijo, al tratarse de una historia que presenta a un matrimonio igualitario era infaltable el comentario fuerte que pretende estar justificado dentro de su narrativa Andrew es el que protesta ellos están allí solo para “matar a los maricas” lo que es una apreciación equivocada dentro de la desesperación ante un peligro que no saben como terminará, esto se siente más a favor del guión que no trasciende y sea importante.

Podemos decir que estamos ante un thriller muy ligero, a un trabajo que bien podría ser presentado en alguna plataforma de streaming en donde igualmente pasaría sin pena ni gloria, uno de los grandes e imperdonables fallos que tiene es la visión de su director M. Night Shyamalan, sabemos que se inclina más por proyectos poco convencionales, por historias que difícilmente podrían ser llevadas a otro medio, el problema es la ejecución, aquí las cosas son tan lentas que caen en el tedio y el aburrimiento y cuando pretende llevar las cosas a un nivel alto de suspenso ya es demasiado tarde, su mecánica y estructura es presentar todo de golpe al principio y después se vuelve lento hacia un final poco dinámico y dramático, The Sixth Sense (1999) presentaba lo anterior y sorprendió, lo que no esperábamos es que las cosas fueran de mayor a menor y a menos que eso.

Esto hace que carezca  de un elemento clave, no es que esto que vemos necesite una dosis de gore la amenaza de violencia verbal y física en un sitio aislado no logra tener ese nivel de tensión que se necesita, desde un inicio se plantea hasta dónde puede llegar la capacidad humana de saber y reconocer el valor de la vida de otra persona simplemente no existe el horror que podría crear una atmósfera claustrofóbica en las emociones y sentimientos de sus personajes, la falta de este elemento saca de ritmo todo lo que vemos, es una lucha constante entre el bien y el mal lo que nos hace preguntarnos ¿estos 4 antagonistas en verdad lo son o sólo están haciendo lo necesario para salvar a la humanidad? Y esto crea un anticlímax tras otro dentro de las propias subtramas.

Las escenas de acción son necesarias, pero igualmente mal ejecutadas y caen en el cliché de los que tratan de defenderse para huir de sus captores, esto podía haberse manejar desde varias perspectivas que bien dirigidas darían un resultado diferente y el impacto que eso causara sería genuino, lo que funciona mejor que el horror es el hecho de que plantean a esta pareja desesperada pero a su vez que nos preocupemos por ellos y su destino, siendo la familia objetivo, el estrés va y viene entre la historia de amor de Eric y Andrew y su vida con la hija adoptiva Wen y y el hecho de tener que decidir algo que termine con eso.

El amor que se profesan como base va cambiando a medida de que van sucediendo los hechos y van revelando una personalidad que no sabían ni conocían el uno del otro, es un gran atino y da sustancia a la trama la representación de una pareja casada del mismo sexo que por un lado esto ya forma parte de la vida cotidiana dentro y fuera de lo que estamos viendo y por otro que no hay ni comparación con un matrimonio heterosexual como muchos que hemos visto en otras películas pero aquí y en este tema en específico Hollywood aún no se arriesga del todo se siente que en este rubro aún hay mucho más trabajo por hacer.

Cada pieza en este rompecabezas juega bajo sus propias reglas y marca de manera tajante quienes son buenos muy buenos y quienes son malos muy malos y no hay un balance ni un punto medio en el que podamos entender cuáles son los motivos, explican muy poco y caen en otro cliché muy cómodo de jugar con el espectador y que adivinemos o tengamos nuestra propia opinión y eso no funciona y menos con una dirección tan inestable y mediocre como la que nos entrega Shyamalan lo que comprueba una vez más que su guión es malo y las cosas vayan aún peor.

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Para una película que trata básicamente sobre cómo los humanos eligen interactuar entre sí las actuaciones dejan mucho que desear, a Leonard que es interpretado por Bautista jamás le creemos que tenga buenas o malas intenciones, sus monólogos dicen una cosa y su expresión otra, oscila entre el puedo pero no quiero y entre no sé qué hago aquí, es de reconocer que la única vez que lo hace bien y muy creíble es como explica con tanta suavidad y cortesía un plan impensable, cada uno de estos 4 personajes han tenido visiones apocalípticas que les han cambiado la vida, juntos comparten la idea de que para salvar al mundo hay que hacer lo justo aunque esto nos parezca horroroso y la única manera viable de hacerlo es por medio de la violencia.

Su final es algo más que predecible, no sorprende ni emociona, concluye con el hecho de que estos 4 personajes estaban diciendo la verdad y los terribles sucesos que ocurren en el mundo están disminuyendo e interpretamos que 2 de los personajes que conforman esta rota familia tienen que enfrentarse a una realidad increíble y tratar de seguir con sus vidas llevándose con ellos la enseñanza de que el dolor de perder a un ser querido no justifica pero vale la pena por conservar un agonizante mundo que aún puede tener cosas buenas que ofrecernos.

Como es ya una constante en cualquier producción cinematográfica el discurso moral ahora incluye la tolerancia, el amor entre personas del mismo sexo, el amor en la familia, los matrimonios igualitarios, la comprensión, y si bien es una buena idea tocarlos de manera sutil pero directa aquí tampoco funcionan en su ejecución y se siente forzado y se puede llegar a creer que esto está impuesto como una regla y esto mismo entorpece lo que los personajes pueden dar y hacer de ellos mismos, es frustrante que teniendo un elemento tan importante no se sepa trabajar.

Para ser muy honestos Shyamalan como director es malo, es pésimo, aquí trata desesperadamente de encontrar la forma de mantener la película visualmente interesante más en las tomas en interior de la cabaña la claustrofobia se retrata con eficacia y aunque deseamos que Knock at the Cabin se transforme en lo que promete nos quedamos muy a medias esperando más en tensión, suspenso, acción y horror, la mezcla es difícil de llevar y más aún se complican mucho las cosas en un tema tan interesante.

Hay un cambio significativo en la narrativa en un momento específico que lleva la historia por un camino diferente al de su material de origen y tampoco es suficiente para realzar y sacar a relucir algunos de los temas que acechan más sutilmente en la novela, es muy poco probable que se convierta en una película de estudio importante que aporte algo al género que la ocupa, los libres cambios que se hacen le dan una personalidad propia y diferente, esto no quiere decir que estos cambios sean lo mejor.

El cast lo conforman Dave Bautista, Jonathan Groff, Ben Aldridge, Kristen Cui, Nikki Amuka-Bird, Abby Quinn y Rupert Grint quienes hacen lo que pueden con lo que tienen, como actores podían haber dado mucho más pero las limitaciones de un mal guión y una mala dirección se quedan solo al principio de lo que podía ser.

La banda sonora compuesta por Herdís Stefánsdóttir es corta, sencilla y sus piezas en momentos sobrepasan por mucho lo que vemos audiovisualmente, funciona de manera limitada y no impulsa ni apoya simplemente es un elemento que está y qué podemos escuchar.

En conclusión, M. Night Shyamalan debería mantenerse alejado de los temas apocalípticos es más debería mantenerse lo más lejos posible del cine como director visto está que sus proyectos no son buenos aunque gusten a algunos pocos, ha tocado temas con ideas muy buenas que no sobresalen y por el contrario se quedan como un burdo intento de querer hacer algo bien y esta reciente entrega lo demuestra.

Knock at the Cabin ya está de estreno en salas cinematográficas de nuestro país.

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